Enlaces accesibilidad

Un concurso para fabricar pequeños vehículos a control remoto con impresoras 3D

  • Premiaba los diseños en 3D con pocos materiales, rápidos de montar
  • Los vehículos de aire o tierra debían superar circuitos de obstáculos bajo radiocontrol
  • Excepto la parte electrónica, los ingenios podían "imprimirse" en plástico

Por
Dron fabricado en el concurso VT-ARC.
Dron fabricado en el concurso VT-ARC.

En la universidad Virginia Tech estadounidense se celebró hace algunas semanas un concurso que dejó ver algunas de las posibilidades de la tecnología actual en los campos de la fabricación y la construcción de pequeños juguetes, robots e ingenios voladores.

Con el nombre de VT-ARC consistía en fabricar el mejor vehículo de control remoto con una impresora 3D.

El aparato podía ser terrestre o aéreo -coches, camiones o alguna variante de helicóptero- y contar con una cámara de alta resolución.

Excepto la parte electrónica y la cámara, que eran un kit igual para todos los participantes, el resto de piezas debían ser creadas con una impresora 3D, que como es bien sabido, utiliza material plástico de gran resistencia con el que se pueden construir piezas de todo tipo a partir de un diseño dibujado en el ordenador o descargado de internet.

Pruebas del concurso

Parte del concurso premiaba el diseño del aparato, pero lo más importante era el tiempo que se requería para imprimir las piezas, ensamblarlas y el coste de los materiales empleados.

Más divertido sin duda era la competición práctica en la que los aparatos debían superar diversas pruebas y completar tareas: atravesar túneles, rampas y ventanas.

Los ingenios voladores debían además ser capaces de aterrizar, guiados por sus creadores, en marcas precisas sobre el terreno, en una especie de competición de habilidad de pilotaje.

Diseños para imprimir en 3D

Entre los factores relevantes para la competición en los que más tuvieron que trabajar los participantes, estaba sin duda la adecuación de los diseños CAD a la impresión 3D, algo que requiere de pruebas y diversas labores de optimización.

Se considera que esta modalidad de 'fabricación desde cero' puede ser una buena solución para crear piezas y máquinas a medida en entornos peculiares, donde haya acceso a una impresora y materias primas y se puedan 'crear objetos de la nada'; desde en el aislamiento de la estación espacial internacional a campamentos de combate en conflictos armados, barcos aislados en mitad de las aguas o diversas situaciones de emergencia.

El vehículo ganador utilizó una impresión con un diseño de tipo plegable similar a los origamis japoneses de papel; se podía imprimir al completo en algo más de tres horas y montar en unos minutos plegándolo y desplegándolo.

En total participaron unos 225 estudiantes de 70 equipos durante 3 meses. De los 36 diseños principales llegaron a la final 14: 7 aéreos y 7 terrestres.

Además de la coordinación de la Virginia Tech la competición estaba patrocinada por la NASA, el Departamento de Defensa y diversas empresas y fundaciones de robótica, fabricación e I+D especializadas en este tipo de desarrollos.