Obama necesita 3.700 millones para reforzar las fronteras y las políticas de inmigración
- Los republicanos han puesto condiciones para aprobar el presupuesto
- Obama debe valorar si desplegar la Guardia Nacional en la frontera
- Eliminar las "causas de raíz" es esencial para un futuro a largo plazo
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha urgido al Congreso a aprobar su petición de 3.700 millones de dólares para solucionar la crisis inmigratoria, y ha rechazado que la llegada de miles de niños indocumentados se deba a su política.
Después de reunirse con el gobernador de Texas, el republicano Rick Perry, y otros funcionarios de ese estado, Obama ha asegurado que la que vive el país es una crisis "a largo plazo" que "tiene solución", pero únicamente si se permite al Gobierno aumentar sus recursos en la frontera y las instalaciones que acogen a menores en el país.
Obama ha asegurado que las sugerencias de aquellos que trabajan en la frontera o la han visitado están incorporadas en la legislación que está preparado para firmar tan pronto como sea posible.
La visita de Obama a Texas ha suscitado críticas de republicanos y activistas por la decisión del presidente de no visitar la zona del valle de Río Grande en la frontera, por donde cruzan la mayoría de los niños indocumentados que llegan solos al país.
"No hay nada que esté ocurriendo en la frontera de lo que yo no esté íntimamente al tanto", ha asegurado el presidente que ha afirmado que no está interesado en oportunidades de foto, sino en resolver el problema.
"El Congreso ha dicho que quieren una solución. La solicitud de fondos les ofrece la capacidad de votar de inmediato para conseguirla", ha dicho Obama.
Reforzar los efectivos en la frontera
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, ha puesto objeciones a la solicitud de fondos porque no incorpora el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera.
Perry también ha pedido esto al mandatario junto a su solicitud de acercar a la frontera a más agentes de la Patrulla Fronteriza que ahora trabajan desde otras localizaciones dentro de Texas.
Obama ha prometido que evaluará esa posibilidad si el Congreso aprueba los fondos, y ha sostenido que no tiene ninguna "objeción filosófica" a las otras medidas que propone Perry, como aumentar la flexibilidad para deportar más fácilmente a los niños centroamericanos y acelerar los mecanismos de justicia migratoria.
En cuanto al envío de la Guardia Nacional, el presidente ha asegurado que si los congresistas de Texas necesitan un compromiso en este punto para aprobar los nuevos fondos, está dispuesto a considerarlo.
Eliminar las “causas de raíz”, clave para el futuro
"Lo más importante que tenemos que reconocer es que esto no va a ser un problema a corto plazo. Esto es un problema a largo plazo" ha apuntado el mandatario que ha defendido que la mejor forma de solucionarlo es "asegurarse de que los niños" centroamericanos que emigran "pueden vivir de forma segura en sus propios países".
"Tenemos países muy cercanos a nosotros donde las oportunidades de vida para los niños son mucho peores que aquí. Cuanto más podamos hacer para ayudar a estos países a hacer las cosas bien, menos probable será que tengamos un problema en la frontera", ha agregado.
Por eso, ha considerado "muy importante" poder dirigir la atención y recursos a Honduras, Guatemala y El Salvador de una forma "más sostenida y de alto nivel" que hasta ahora para que "los padres no crean que es más seguro para sus hijos enviarlos a miles de kilómetros para que no les hagan daño".
La solicitud de fondos de Obama incluye 300 millones de dólares para ayudar a esos países centroamericanos a afrontar las "causas de raíz", como la pobreza y la inseguridad, que han llevado a más de 57.000 niños a cruzar solos la frontera a Estados Unidos en los últimos diez meses.
11 millones de ciudadanos indocumentados
El presidente estadounidense también ha rechazado las críticas republicanas de que su propia Administración ha generado un efecto llamada al aprobar la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) que entró en vigor en 2012 y ha evitado la deportación de muchos jóvenes indocumentados.
"Si se fijan en las pautas de inmigración, ahora estamos a un nivel significativamente inferior en términos de flujo de inmigración ilegal que cuando llegué al poder en 2008", ha mantenido.
Según Obama, la verdadera solución permanente al problema pasa por aprobar una reforma migratoria, dado que abriría un camino a la ciudadanía a los 11 millones de indocumentados que ya viven en Estados Unidos y "permitiría reubicar" en la frontera muchos recursos de seguridad que ahora se dedican a perseguirlos y deportarlos.