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Activistas de Greenpeace escalan el Faro de Moncloa contra la Ley de Seguridad Ciudadana

  • Durante el ascenso han mostrado pancartas con el lema 'No a la Ley Mordaza'
  • Aseguran que la ley castigará "duramente" la protesta pacífica

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Uno de los activistas enseña una pancarta en la que se puede leer: 'NO a la Ley Mordaza'.
Uno de los activistas enseña una pancarta en la que se puede leer: 'NO a la Ley Mordaza'.

Activistas de Greenpeace han escalado el mirador del Faro de Moncloa en Madrid para mostrar su rechazo al proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana, que se aprobará este viernes en el Consejo de Ministros.

Según ha informado la organización en un comunicado, durante el ascenso los activistas a lo más alto del mirador, de 93 metros de altura, han mostrado pancartas con el lema 'No a la Ley Mordaza' para mostrar el descontento con una ley que, a su juicio, castigará "duramente" la protesta pacífica y la desobediencia civil.

"Hemos elegido el Faro de la Moncloa por su situación frente al Palacio de la Moncloa, donde se celebra el Consejo de Ministros. Desde aquí queremos enviar al Gobierno un mensaje claro contra la Ley de Seguridad Ciudadana", ha señalado Sara del Río, portavoz de Greenpeace sobre la acción, que se ha prolongado por cinco horas.

Cuatro activistas han sido interceptados por la Policía, aunque finalmente ninguno de ellos ha sido detenido, según ha informado a Europa Press la portavoz de Greenpeace Sara del Río.

La "esencia represora" no ha desaparecido

Aunque ha reconocido que no conocen los últimos detalles ni las modificaciones del nuevo texto, Del Río considera que la "esencia intencionadamente represora" del proyecto no ha desaparecido, pues sigue limitando la capacidad de respuesta ciudadana ante reformas gubernamentales a través de sanciones.

Además, la portavoz ha criticado que el Gobierno de luz verde al polémico proyecto en verano, lo que dificulta "el debate, la crítica y la respuesta ciudadana". Asimismo, ha asegurado que la ley tiene el objetivo de "sancionar la protesta pacífica" y "no tiene consenso social" ni "un argumentario coherente".

"Un ejemplo más de lo mucho que molesta la participación de la ciudadanía al Gobierno y lo poco que interesa su opinión", ha declarado Sara del Río.

Por su parte, el director de Greenpeace, Mario Rodríguez, también ha admitido que el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ha escuchado sus demandas, pero "ha hecho caso omiso de ellas", especialmente en lo referido a sanciones por escalar edificios y protestar en infraestructuras críticas, como centrales nucleares.

La ley parte de un "afán de control"

Para la organización, la nueva ley no parte de una demanda social, sino de un "afán de control" de las protestas sociales por parte del Gobierno.

Así, aseguran que se trata de "una pieza más de un entramado de reformas legislativas dirigidas a penalizar y poner trabas a la protesta pacífica y la disidencia", en el que se encuentra también la reforma del Código Penal.

Hasta el lugar se han desplazado varios bomberos, visitantes del museo de América y paseantes que observan el "laborioso trabajo" de escalada de los activistas.