El último militar estadounidense liberado en Afganistán regresa a su vida como soldado
- Tras la polémica de su desaparición, Bergdahl retoma su vida como militar
- El Pentágono confirma que "ha completado" el proceso de reintegración
- Las Fuerzas Armadas investigan las causas de su desaparición
El sargento estadounidense Bowe Bergdahl, prisionero de guerra de los talibanes durante cinco años se reincorporará esta semana a sus actividades cotidianas como soldado, después de la polémica que rodeó a su cautiverio y su posterior liberación.
Bergdahl ha terminado la terapia de recuperación a la que ha sido sometido tras su prolongado aislamiento en la en la base militar de Fort Sam Houston, en el estado de Texas, donde también desarrollará su puesto de sargento del Ejército de Tierra Norte, cargo que le fue asignado durante su aislamiento.
“El sargento Bargdahl ha completado su fase final en el proceso de reintegración; ahora volverá a sus tareas normales dentro del Comando (del Ejército)”, ha afirmado una portavoz del Pentágono, tras seis semanas de tratamiento en el hospital militar de San Antonio.
Asimismo, las Fuerzas Armadas de EE.UU. han abierto una investigación para determinar las circunstancias en las que se produjo su desaparición e intentar averiguar si fue un acto voluntario, motivo por el cual podría ser acusado de deserción.
Vivirá junto a dos soldados durante su readaptación
El último preso de guerra estadounidense en Afganistán residirá en los barracones de esa misma base y estará acompañado por otros dos soldados que le servirán de apoyo en su fase de readaptación.
Bowe Bergdahl, de 28 años, fue liberado el 31 de mayo tras casi un lustro de cautiverio. Esta liberación no estuvo exenta de polémica, pues a cambio del joven militar, el Gobierno de EE.UU. entregó a sus captores 5 presos talibanes retenidos durante más de una década en la base Guantánamo.
La administración de Obama ha recibido duras críticas, tanto del bando republicano como de alguno de sus aliados demócratas, por las extrañas causas que rodearon a la desaparición del sargento en Afganistán en 2009 y por el secretismo que ha rodeado a toda la liberación.
Continúan las investigaciones para poder determinar si el sargento desertó, como han apuntado alguno de sus compañeros en Afganistán, deben saber con exactitud si se marchó de su puesto de combate por iniciativa propia con la intención de no regresar y escapar del enemigo.