Rozalén pone un broche de oro a su gira en los Veranos de la Villa de Madrid
- Su talento y desparpajo enamoraron a un público que terminó en pie
- Estuvo acompañada de amigos como Antílopez, El Kanka o Paco Cifuentes
- La artista cierra en el Teatro Circo Price el tour de su disco Con derecho a...
Nada como rodearse de buenos amigos y artistas, con todo el papel vendido en el Teatro Circo Price de Madrid, para despedir dos años de gira con el disco Con derecho a... .
Así, por todo lo alto, cierra una etapa la cantante y compositora manchega Rozalén, dando y recibiendo cariño ante un público entregado de principio a fin a su simpatía y sus buenas canciones.
Dos horas de concierto en el que hubo tiempo para sonreír, bailar, emocionarse y vibrar con la diversidad musical que ofrecen María, Beatriz (la intérprete de signos que traduce las canciones de Rozalén), su banda y sus invitados.
La alegría por bandera
Psicóloga de formación y cantautora de vocación, María Rozalén reivindica en sus canciones el amor propio y la aceptación de uno mismo como vía para ser feliz. Su sonrisa y su desparpajo sobre el escenario hacen que sea imposible resistirse al embrujo de esta manchega orgullosa.
"Para los dos" suena a carta de presentación y declaración de intenciones, un repaso a sus virtudes y defectos "con el fin de ser perfecta para tí" y para sí misma.
En muchas de sus canciones reina el optimismo y el amor, correspondido o no. Un ejemplo es "Cal y Arena", en la que propone un manual para ayudar a los hombres en la siempre ardua tarea de seducir a una mujer. "Ahora todos somos 'guapistas', o sea, ir de guapos. Con selfies y fotos desde arriba para esconder la papada... que nos conocemos, ¿eh? nadie es tan guapo como en su foto de perfil", explicó entre carcajadas del público.
“Que nos conocemos, ¿eh? Nadie es tan guapo como en su foto de perfil“
"Alivio", dedicada a su público, ofrece una mirada optimista para tiempos duros, y en "Susurros de papel", se niega a "cortarle a estas maripositas las alas". Una de las más aplaudidas e intensas fue "Las hadas existen", para la cual contó con una ayuda especial: un coro de niños y niñas cuya gracia y encanto emocionó tanto al público como a la propia Rozalén.
Poco después de presentar una de sus últimas creaciones, "ahora", repasó en un popurrí algunas de las más antiguas, como "Gracias" o "La nana", y rindió un sentido homenaje a Chavela Vargas, con una estremecedora versión de "La llorona".
Una compañía especial
El concierto en los Veranos de la Villa suponía para Rozalén una gran celebración. Y en las grandes celebraciones siempre acompañan personas especiales.
A la tarima del Teatro Circo Price de Madrid subieron amigos y compañeros de escenarios con los que ha crecido desde sus inicios, como el cantautor murciano Muerdo, con el que interpretó "Levántate", o el talentoso malagueño El Kanka, que participará también el los Veranos de la Villa y con el que cantó, como es habitual, "Me arrepiento", un divertido pasodoble que desemboca en flamenco y en el que ambos parecen disfrutar como si lo cantaran por primera vez.
No podían faltar a la cita los divertidos y satíricos Antílopez. Además de ejercer de presentadores al inicio, subieron en el ecuador del concierto para interpretar "Hijos de España", un tango cargado de ironía y humor ácido.
Y obligada también era la presencia de Paco Cifuentes, uno de los cantautores de mayor talento del panorama nacional. Pareja actual de Rozalén, interpretaron juntos "Tu boca", en uno de los momentos más especiales y emotivos del concierto gracias a la química y complicidad entre ellos.
Colofón final
Cuando ya se acercaba el momento de la despedida, Rozalén tenía reservada una intensa descarga de emociones. Las bromas cómplices con la intérprete de signos tuvieron su punto álgido en "Bajar del mundo", una de sus canciones más bailables, con cierto sabor a ska.
Tras ella, y justo antes del bis, otra de las más coreadas: "80 veces", la canción con la que se dio a conocer gracias, precisamente, a un videoclip que llamó la atención por estar traducido a lenguaje de signos para sordos.
La guinda del pastel la pusieron, como era de esperar, "Comiéndote a besos", que narra la preciosa historia de amor de una chica que se enamora de un chico seropositivo; y "Saltan chispas", coreada de forma rotunda y vibrante por un público que, puesto en pie, despidió a Rozalén dejando claro que hay ganas, muchas ganas de que regrese con nuevas canciones.