EE.UU. dice que el avión malasio fue derribado deliberadamente y apunta a los prorrusos
- La comunidad internacional pide una investigación imparcial y urgente
- Rusia y la IATA responsabilizan a Kiev por permitir sobrevolar la zona
- Moscú niega que quiera las cajas negras de avión siniestrado
Estados Unidos ha asegurado que todo apunta a que el avión de Malaysia Airlines siniestrado en Ucrania fue derribado de forma deliberada por un misil disparado desde un área bajo control de las milicias prorrusas. Mientras, la comunidad internacional exige una investigación independiente y las grandes aerolíneas y Rusia culpan a Kiev por no haber cerrado el espacio aéreo en esa zona.
"El avión (...) fue probablemente derribado por un misil tierra-aire, un SA-11, operado desde una zona controlada por separatistas en el este de Ucrania", ha dicho ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la embajadora estadounidense, Samantha Power.
Tanto las autoridades de Kiev como los rebeldes prorrusos del este se culpan mutuamente del derribo del avión, en pleno conflicto armado en el este de Ucrania. La versión de EE.UU. coincide con la hipotesis apuntada por el Gobierno de Ucrania justo después de conocerse que el avión se había estrellado.
Ante la ONU, Power ha añadido que el mismo jueves se vio a rebeldes con sistemas de misiles SA-11 (también conocidos como Buk) en la misma zona (testimonio que han ofrecido entre otros reporteros de la agencia estadounidense AP) y que líderes de las milicias asumieron en redes sociales haber alcanzado un avión, mensajes que luego borraron.
La embajadora estadounidense ha señalado también que, dada la complejidad técnica de este tipo de armas, parece "poco probable" que los separatistas pudiesen utilizarlas por si solos, por lo que "no se puede descartar asistencia técnica de personal ruso".
Responsabilidad de Kiev
En una comparecencia en la Casa Blanca, el presidente estatounidense, Barack Obama, ha señalado que los rebeldes cuenta con armamento pesado y entrenamiento "gracias a Rusia", a quien ha culpado de no rebajar la tensión en la zona a pesar de sus declaraciones. Además, ha pedido un alto el fuego para permitir la investigación.
Por su parte, Rusia ha pasado la responsabilidad a las autoridades ucranianas. "Cualquier persona normal se planteará por qué los controladores aéreos ucranianos han mandado a un avión a una zona de combate, una zona donde la aviación se utiliza para ataques, sobre todo contra objetivos civiles, y donde hay en funcionamiento sistemas de defensa antiaérea", ha señalado el embajador ruso en la ONU, Vitaly Churkin.
La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) también ha responsabilizado a Kiev con una argumentación similar. "Es muy parecido a conducir un coche. Si la carretera está abierta, asumes que es segura. Si está cerrada, buscas una ruta alternativa", ha dicho Tony Tyler, director general de la organización que agrupa a más de 200 aerolíneas.
En la reunión del Consejo de Seguridad, el organismo ha acordado, en una declaración unánime (por tanto, con apoyo de Rusia), solicitar una "investigación internacional, completa, minuciosa e independiente" y ha pedido a todas las partes que faciliten el acceso inmediato al lugar de los investigadores.
Apoyo a Holanda
Líderes mundiales de varios países han secundado esa idea, empezando por Holanda, de donde eran la mayoría de las víctimas. Su ministro de Exteriores, Frans Timmermans, ha dicho haber recibido "un amplio apoyo" internacional.
"Queremos una investigación absolutamente objetiva y que Holanda tenga acceso a la misma", ha dicho por su parte el primer ministro holandés Mark Rutte tras convocar una reunión de crisis de su gobierno. También ha pedido que los "cuerpos sean repatriados lo antes posible", pero ha advertido de que "todavía hay mucha incertidumbre sobre los hechos" y las respuestas no podrán ser inmediatas.
El ministro de Justicia, Ivo Opstelten, ha informado de que un equipo de forenses holandeses ha emprendido ya viaje a Ucrania para ayudar en la investigación internacional.
El resto de víctimas, según la lista oficial, eran malasios, australianos, indonesios, británicos, alemanes, belgas, filipinos, un canadiense y un neozelandés. Además, París también ha dicho que había cuatro franceses en el pasaje y Washington, un estadounidense.
Aunque no hay víctimas rusas ni pruebas de su implicación, los ojos de la comunidad internacional se dirigen a Moscú por la cierta ascendencia de este país sobre los rebeldes del este de Ucrania.
"Una salvajada"
De esta forma, la canciller alemana, Angela Merkel, además de pedir la investigación internacional, ha instado al presidente ruso, Vladimir Putin, a asumir su responsabilidad para conseguir un alto el fuego y una "solución política" al conflicto.
Por su parte, el primer ministro británico, David Cameron, ha asegurado que, si se comprueba que el avión fue derribado, sus responsables deben "rendir cuentas".
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha dicho que apoyará "una investigación independiente" y ha pedido "hacer todos los esfuerzos para evitar que una salvajada como ésta" se vuelva a producir.
Por su parte, el primer ministro australiano, Tony Abbott, ha calificado de "profundamente insatisfactoria" la respuesta dada por Rusia sobre el siniestro del avión. Abbott se ha reunido con el embajador ruso en Australia, Vladimir Morozov, quien ha evitado hacer declaraciones tras el encuentro, en el que culpó a Ucrania de la tragedia.
"Cuando se da una situación en la que los rebeldes apoyados por Rusia parecen haber matado a australianos, posiblemente con armas pesadas suministradas por Rusia, Australia se lo toma en serio y exige la mayor investigación posible", ha insistido Abbott.
Vladímir Putin se ha mostrado de acuerdo con que la tragedia aérea requiere una investigación "escrupulosa y objetiva" y subraya en un comunicado que "la tragedia ocurrida demuestra una vez más la necesidad de que se llegue cuanto antes a un arreglo pacífico de la grave crisis en Ucrania".
Polémicas entre Kiev y Moscú
Rusia no se va a quedar con las cajas negras, según ha asegurado el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. "Queremos que los expertos internacionales lleguen cuanto antes al lugar de la catástrofe para que reciban enseguida las cajas negras. A pesar de lo que diga Kiev, nosotros no nos vamos a llevar esas cajas, no tenemos intención de violar las normas internacionales que se aplican en estas situaciones", ha precisado Lavrov.
El jefe de la cancillería rusa ha recalcado que la investigación "es un asunto de la ICAO (Organización Internacional de Aviación Civil), de los países que tienen una relación más directa con esta tragedia (Holanda y Malasia), de aquellos Estados cuyos ciudadanos estaban a bordo, y por supuesto, de Ucrania".
El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, ha explicado que el supuesto derribo es un presunto crimen internacional. "Los rusos han ido demasiado lejos. Es un crimen internacional por el que sus responsables deben ser juzgados ante el Tribunal de La Haya", ha dicho Yatseniuk, según la prensa ucraniana.
El subsecretario político de Naciones Unidas, Jeffrey Feltman, ha anunciado que viajará a Kiev y Moscú en los próximos días. Los ministros de Exteriores de la UE se reunirán el martes para abordar la crisis.