Las víctimas del tren Alvia afrontan el primer año con la convicción de que se podría haber evitado
- Primer aniversario del accidente de Santiago que dejó 79 muertos
- Fue el peor siniestro ferroviario en España en los últimos 40 años
- Las víctimas no quieren que la responsabilidad recaiga solo en el maquinista
- Fomento concluyó que la velocidad y el despiste fueron las causas
- El juez ha imputado a la cúpula de Adif en 2011 por delito contra la seguridad
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"El accidente se podría haber evitado. El fallo del maquinista fue el último eslabón de una cadena de errores de seguridad que tienen responsables con nombres y apellidos". Es la opinión unánime de las asociaciones de víctimas del accidente del tren Alvia Madrid-Ferrol que el pasado 24 de julio descarriló en la fatídica curva de Angrois dejando 79 muertos y más de 150 heridos, además de muchos interrogantes.
Un año después del peor accidente ferroviario en los últimos 40 años en España, la investigación por parte del Juzgado de instrucción número 3 de Santiago de Compostela sigue su curso.
Dos minutos antes de la tragedia, que se produjo a las 20:41, sonó el móvil de empresa del maquinista, Francisco José Garzón. Era el interventor que le pedía entrar por una vía concreta en la estación de Pontedeume (A Coruña) para facilitar la salida de una familia.
La llamada duro solo eso, un par de minutos, los suficientes para despistarse y entrar en una curva por la que se debía circular a 80 kilómetros por hora a 179 km/h. La curva de A Grandeira, a cuatro kilómetros escasos de la estación de Santiago de Compostela, se le vino literalmente encima y, a pesar de que activó todos los frenos reduciendo la velocidad a 153 km/h en el momento fatal del descarrilamiento, ya no pudo evitar la tragedia.
"En la curva ya veo que no la paso, que no la paso", relató después del accidente el maquinista, con 13 años de experiencia, que reconoció que se despistó.
Todos los vagones volcaron sobre las vías, uno quedó elevado por encima de un talud de cinco metros, dos comenzaron a arder y un coche quedó totalmente destrozado. Los primeros en ayudar fueron los propios vecinos del barrio de Angrois- los héroes de Angrois- que vieron el horror prácticamente a la entrada de sus casas. A partir de ahí, los servicios médicos se volcaron en atender a los heridos y los bomberos y policías en sacar a los muchos atrapados entre los amasijos de hierro de los vagones.
La cifra final de 79 muertos no pudo cerrarse hasta varios días después por el estado de algunos cuerpos. Tres días después del accidente, algunos familiares no habían podido identificar a sus seres queridos. Varios espacios municipales se convirtieron en morgues improvisadas.
El dolor se apoderó de Santiago de Compostela. En la memoria de todos quedan las impactantes imágenes del brutal descarrilamiento del tren, la imagen del maquinista ensangrentado y desorientado tras el accidente, los desgarradores testimonios de los familiares de los fallecidos y los supervivientes y la solidaridad de Angrois y de toda Galicia ante la tragedia.
Fomento concluyó que la velocidad y el despiste fueron la causa
La Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF), dependiente del Ministerio de Fomento, concluyó en el único informe definitivo hasta la fecha que la causa del descarrilamiento fue la velocidad y el despiste del maquinista al atender una llamada del interventor del tren en su móvil corporativo.
El juez Luis Aláez, que ha dejado el caso a petición propia, imputó al maquinista por 70 delitos de homicidio cometidos por imprudencia profesional, pero no limita la responsabilidad del siniestro al conductor y considera que la vía debía contar con más medidas de seguridad que paliasen un "previsible" error humano.
De esta forma, aunque apunta a que la causa principal del descarrilamiento fue la "conducción indebida por circular a excesiva velocidad", cree que "ha existido una omisión de cautelas elementales por quienes tienen la misión de garantizar la seguridad de la circulación ferroviaria" y lo desarrolla en numerosos autos de una investigación que ocupa más de 40 tomos y de la que ahora se hará cargo el juez Andrés Lago Louro.
En uno de esos autos, Aláez responsabiliza a Adif por "poner en riesgo vidas humanas por logros comerciales" y señala que era evidente que las características de esa vía eran "sumamente comprometidas ante un error o despiste del maquinista".
Esta tesis le llevó en 2013 a imputar a 27 directivos y técnicos de Adif, pero la Audiencia Provincial de A Coruña dejó la imputación sin efectos.
Recientemente el juez imputó a toda la cupula de Adif de 2011, año en el que se inauguró la línea Ourense-Santiago, al considerar a once ex altos cargos "potenciales autores de un delito contra la seguridad colectiva y partícipes en los delitos de homicidio y lesiones". Esta imputación está pendiente aún de la resolución de la Audiencia Provincial tras los recursos interpuestos por la Abogacía del Estado y la Fiscalía.
Los responsables de seguridad de Adif que han declarado se han limitado a apuntar al "fallo humano" y han manifestado que la señalización y medidas de seguridad eran las "correctas". Estos últimos imputados, por su parte, se negaron a declarar hasta que se resuelvan los recursos.
Víctimas: "La responsabilidad no puede recaer solo en el maquinista"
"El accidente fue una clara negligencia. Las condiciones de seguridad de la vía en ese tramo eran peligrosas. El accidente iba a ocurrir sí o sí", asegura a RTVE.es el presidente de la Plataforma Víctimas Alvia 04155, Jesús Domínguez, superviviente de la tragedia. "Yo me he quedado cojo pero es lo de menos. Puedo contarlo", añade.
"La única causa no es la conducción del maquinista. Existen otros elementos externos y una serie de responsabilidades que hay que depurar. Uno no puede montarse en un tren pensando que su vida depende exclusivamente del maquinista. De haber sabido que era así, jamás hubiese montado", afirma el presidente de la Asociación de Perjudicados por el accidente ferroviario del Alvia (APAFAS), Cristobal González, que sufrió un golpe en la cabeza que le ha dejado daños cerebrales de por vida.
Desde las dos organizaciones piden conocer la verdad y que se haga justicia. Apuntan a "tres decisiones políticas" como las claves del accidente. El Ministerio de Fomento ha declinado hacer declaraciones a RTVE.es sobre las causas del accidente y la investigación sobre el mismo.
El presidente de Adif, Gonzalo Ferre, siempre defendió que el conductor tenía que haber frenado cuatro kilómetros antes de llegar a la curva. Similar el argumento del responsable de Renfe, Julio Gómez Pomar, quien aseguró que funcionaron los sistemas de seguridad y que el tren y la vía estaban en perfectas condiciones.
Cambios en los sistemas de seguridad en el tren
En primer lugar, ambas asociaciones señalan que el proyecto inicial incluía la instalación del sistema de control constante de velocidad ERTMS en la totalidad de la línea hasta la estación de Santiago de Compostela pero finalmente se decidió que ocho kilómetros antes de ese punto, justo en la curva de Angrois, el sistema ERTMS pasara al ASFA, sistema convencional de señalización.
El sistema ASFA no avisa ni frena de forma automática cuando el conductor sobrepasa los límites de velocidad a no ser que se superen los 200 km/h. El ERTMS es más moderno y controla la velocidad del tren durante todo el trayecto. De haber estado instalado se habría producido un aviso de frenado que, al no atenderse, provoca el frenado de emergencia.
"¿Por qué cambió el proyecto? ¿Había prisas por inaugurar esa línea? ¿Por qué la vendieron como alta velocidad cuando no lo era en ese tramo?", son algunas preguntas que se hace Domínguez.
El propio juez Alaez considera "clave" en el caso esa modificación del proyecto que provocó que la vía en la curva contase con el sistema convencional ASFA, "incapaz de paliar el despiste del maquinista", asegura. Considera una "grave falta de diligencia" "autorizar" y "mantener" en esa zona el ASFA en lugar del ERTMS, con la evidente "pérdida de seguridad" que conllevaba la decisión.
También varios peritos de aseguradoras privadas concluyeron que con el sistema ERTMS el accidente "nunca habría tenido lugar". Hasta tres peritajes diferentes hablan de "carencias en la seguridad de la vía".
Por su parte, el exministro de Fomento José Blanco, responsable en el momento de la inauguración, aseguró que se cumplió con la legalidad y la normativa de seguridad en la puesta de servicio de la línea.
Adif aseguró que las medidas de seguridad eran las "correctas" y la Comisión Europea afirmó dos meses después del accidente que España no tenía obligación legal de tener instalado el sistema de seguridad ERTMS porque, aunque el accidente implicó a un tren de alta velocidad, ocurrió en una parte de la red convencional.
Como segunda clave, las asociaciones de víctimas apuntan a la decisión de Adif en 2012 de desconectar del propio tren el sistema ERTMS que sí llevaba embarcado el Alvia. Al disponer el tren del sistema pero no la línea se produjeron problemas de sofware, por lo que Adif autorizó a Renfe ese año a desconectar el sistema en el tren.
"Fue una chapuza integral. El mal uso de dos sistemas provocó una mezcla más que peligrosa", aseguran desde la plataforma de víctimas.
El juez señaló en un auto que "Angrois se encontraba en tierra de nadie y no se aplicaron bien ni las normas de seguridad de la alta velocidad ni las de las líneas convencionales".
Avisos previos sobre la peligrosidad de la curva
En tercer lugar, las asociaciones de víctimas apuntan al aviso sobre el "riesgo" de la curva que en 2011 dio un jefe maquinista de Renfe. Así, José Ramón Iglesias Mazaira mostró su preocupación por el "brusco descenso de velocidad en la curva" sin señalización en un correo electrónico enviado a un superior.
Al conocer este dato, el juez pidió explicaciones a Renfe, que contestó que ese aviso no se produjo en los canales oficiales.
"Adif se empeña en hablar del maquinista pero aquí hay que investigar proyectos, seguridad de la vía, señalización, mal uso de sistemas y un sin fin de negligencias que tienen responsable", argumentan desde APAFAS y la Plataforma Víctimas Alvia 04155, que esperan que el nuevo juez del caso siga la línea de investigación planteada por Aláez centrada en la responsabilidad de Fomento y Adif y no solo del maquinista.
Esta plataforma pide una comisión de investigación que depure responsabilidades políticas y critica tanto a PP como a PSOE "que en este asunto son una piña por las responsabilidades compartidas", señala su presidente.
Por su parte, desde el Sindicato de Maquinistas SEMAF señalan que hay muchos "intereses creados para cargar toda la culpa" a quien conducía el tren.
"El maquinista no contaba con ninguna ayuda para parar el tren ante un problema", explica a RTVE.es el presidente de SEMAF, Juan Jesús García Fraile.
Con respecto a si el maquinista debió o no coger el teléfono móvil, desde el sindicato apuntan a que era un móvil corporativo y la llamada era del interventor del tren. "¿Cómo sabía si la llamada era urgente o no? Hizo lo que tenía que hacer", concluyen.
Nuevas medidas de seguridad ferroviaria tras el accidente
Unos días después del accidente, Fomento decidió reforzar los sistemas de frenado automático y la señalización en tramos de características similares a la curva de Angrois: aquellos en los que se circula a más de 160 km/h y en los que el maquinista está obligado a reducir de forma drástica la velocidad.
En la comparecencia de la ministra de Fomento, Ana Pastor, en el Congreso de los Diputados para explicar las circunstancias en las que se produjo el accidente, anunció además que se revisaría la señalización y los sistemas de balizas en todo el trazado ferroviario de España.
Esta era una de las 20 medidas que planteó Fomento, entre las que destaca la revisión del cuadro de velocidades máximas, el endurecimiento de los requisitos para ser maquinista, la revisión del uso de teléfonos móviles por parte del personal a bordo, una mayor desarrollo del ASFA digital, incrementar el control de las cajas negras y un plan de asistencia integral a las víctimas.
A finales de 2013, Pastor dijo que la mitad de este paquete de medidas ya se había puesto en marcha.
La nueva señalización (ya se había puesto de forma provisional cinco días después del accidente) y las balizas se estrenaron el pasado 1 de julio en Angrois, que este jueves vuelve a ser centro de atención con varios homenajes a las víctimas.