El Gobierno aprueba el proyecto de ley reguladora de la Biblioteca Nacional
- La institución se equipara al Museo del Prado y al Reina Sofía
- Mantiene su carácter de organismo autónomo
- Amplía las funciones de la Biblioteca e integra su operatividad digital
El Consejo de Ministros ha aprobado este viernes el proyecto de Ley Reguladora de la Biblioteca Nacional de España, que devuelve a esta institución su rango de Dirección General y le dota de unos instrumentos que permitirán hacer más ágil su gestión para adaptarse a los retos del siglo XXI.
Con este proyecto el Gobierno pretende "reconocer e impulsar el papel esencial de la Biblioteca Nacional en la preservación y la difusión de la cultura española", ha señalado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros.
Tras la aplicación de la norma, la primera institución bibliotecaria del Estado reforzará su liderazgo y se consolidará además como centro de referencia internacional de acceso a la información y el conocimiento en España, según recoge la agencia EFE.
Dirección General y organismo autónomo
La vicepresidenta ha destacado que la normativa devuelve a la BNE el estatus de Dirección General, "y lo hace sin coste alguno", rango que había mantenido hasta mayo de 2010, al tiempo que mantiene su carácter de organismo autónomo adscrito al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
La ley, con la que la BNE se sumará al Museo del Prado y al Reina Sofía como instituciones con una normativa reguladora propia, contempla que el Real Patronato pase a ser el órgano rector colegiado con implicación directa en el establecimiento de directrices y actuaciones de la Biblioteca así como con una labor activa en la captación de recursos propios y de patrocinio.
La aprobación del proyecto "es un paso más en el camino de la tramitación de la futura ley del que en la Biblioteca Nacional estamos muy contentos", ha comentado a la agencia EFE Ana Santos, directora de la institución.
En su opinión, la recuperación del rango de Dirección General, "no es solo una cuestión administrativa, sino que es considerar a una institución de estas características en lo que realmente vale. Esa consideración es el índice de cómo el Estado, el poder, considera a una institución cultural".
Un proceso participativo
La directora ha recordado que desde que fue aprobado en Consejo de Ministros, el anteproyecto ha estado sometido a un periodo de información pública, que han procurado que fuese "lo más participativo posible".
Se ha remitido a 22 asociaciones profesionales del mundo bibliotecario, de la documentación y la información; se colgó en las webs del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes y de la Biblioteca Nacional, se ha consultado con miembros del Consejo de Cooperación Bibliotecaria, con la Conferencia Sectorial de Cultura y también con el Real Patronato.
Durante este periodo se han podido presentar sugerencias que permitiesen mejorar o enmendar algunos puntos del texto "y realmente ha habido muy pocas sugerencias con lo que todo es muy parecido al primer anteproyecto".
Ana Santos confía en que la fase de tramitación parlamentaria que ahora se inicia se obtenga el consenso político necesario "para que esta Biblioteca tenga la ley que merece y, por lo tanto, la consideración que como institución cultural de primer orden necesita. Hay un sentir general de que esta ley es necesaria".
Regulación de la operatividad digital y en internet
La ley considera además la función de la Biblioteca también en un entorno digital, "en el que hay que preservar los contenidos digitales y no solamente los físicos".
Además, el Real Patronato de la BNE va a tener mayor participación al ser un órgano de gestión colegiado; se crea un comité científico que la acercará "al mundo de la investigación y a las universidades y que asesore en el desarrollo de líneas propias de investigación respecto a sus colecciones y a los proyectos tecnológicos punteros que aquí se están desarrollando".
En cuanto a la gestión interna, se facilita la posibilidad de captar patrocinios y que los ingresos que generen los pueda gestionar. "Esto es importante porque nos da cierta posibilidad de conseguir más presupuesto del público que disponemos, que siempre es escaso", ha declarado Santos.
Una vez que la ley se apruebe y en el plazo de un año, se aprobará un estatuto de funcionamiento que regulará la estructura orgánica y funcional de la Biblioteca.
"Es también muy importante porque es una buena ocasión para crear una nueva regulación mucho más moderna, ágil y adaptada a las necesidades actuales de la Biblioteca Nacional", considera Ana Santos.