Argentina, bajo la sombra de la suspensión de pagos
- El país tiene hasta este miércoles para llegar a un acuerdo con sus acreedores
- El ministro de Economía argentino, presente en las últimas reuniones
El fantasma de la suspensión de pagos sobrevuela Argentina. El país tiene hasta este miércoles para llegar a un acuerdo con los acreedores de deuda que no quisieron sumarse a las dos reestructuraciones llevadas a cabo en la última década y evitarlo. Para que no suceda, el juez que instruye el caso, Thomas Griesa, nombró a un mediador entre el Gobierno argentino y los fondos buitre.
Apurando los últimos cartuchos el ministro de Economía argentino, Áxel Kicillof, se ha presentado este martes en Nueva York en el despacho del mediador judicial, Daniel Pollack, para participar en la reunión de negociación por el pago de la deuda a los fondos especulativos.
Kicillof, que salió de la reunión a última hora del martes, aseguró a la prensa que todavía no se ha fijado hora para la reunión de este miércoles. "Como es una reunión que todavía está en marcha, no puedo decir más sobre los resultados (...) seguimos trabajando con toda la seriedad que tiene la cuestión", afirmó.
Las posturas de las partes
De un lado están los inversores con bonos derivados de los canjes de deuda de 2005 y 2010, que no recibieron su dinero el 30 de junio, día del vencimiento, al bloquear la justicia estadounidense el giro que Argentina hizo el 26 de junio para pagar parte de la deuda con los bonistas que se acogieron a las quitas (1.032 millones).
El juez Griesa lo congeló por no cumplir la cláusula de pago simultáneo a los fondos buitre, los actores principales del conflicto. A mediados de junio, el Tribunal Supremo de EE.UU. validó la sentencia del magistrado de Nueva York que obligaba al Estado argentino a abonarles 1.330 millones de dólares por su deuda, cantidad que asciende a 1.500 millones si se añaden los intereses.
En otro lado, el Gobierno de Cristina Fernández, quien ha afirmado en numerosas ocasiones que el país es víctima de un "chantaje". "Argentina no va a estar en default por una razón muy sencilla, esencial, elemental: en default entran los que no pagan y Argentina pagó", dijo hace una semana la presidenta.
Los bonistas que aceptaron la quita piden una medida cautelar
Los tenedores europeos de bonos argentinos reestructurados han interpuesto una moción ante Griesa para pedir que restablezca una medida cautelar que descongele una partida de dinero girada por el país suramericano y se evite así "el cese de pagos". Según estos acreedores, que comparten el mismo criterio que el Ejecutivo de Buenos Aires, la medida cautelar "es la mejor manera para este tribunal para potenciar un acuerdo en este caso y evitar el cese de pagos".
La medida cautelar permitiría desbloquear el giro realizado por Argentina a parte de estos bonistas (por una cantidad de 1.031 millones de dólares) sin caer en desacato al tribunal. Aseguran estos acreedores que la medida cautelar "no perjudicaría a los demandantes ni a nadie, pues mantendría el status quo mientras las partes negocian la cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers o derechos sobre de deuda futura)".
Esta cláusula RUFO legitima a los bonistas que aceptaron el canje a exigir las mismas condiciones de cobro que al resto y caduca el 31 de diciembre de 2014. Según los bonistas europeos, "un cese de pagos desharía el trabajo hecho por este tribunal en los últimos diez años y alargaría el litigio aquí y en todo el mundo por años y años".
La importancia del impago selectivo, según el FMI
Mientras, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, señaló el martes que la posibilidad de que Argentina caiga mañana en una suspensión de pagos técnica no tendría "sustanciales consecuencias externas (...) dado que el país lleva fuera de los mercados financieros largo tiempo".
"Aunque la suspensión de pagos siempre es lamentable, no creemos que tenga sustanciales consecuencias externas de manera general", afirmó Lagarde en un encuentro con un reducido grupo de corresponsales, entre ellos Efe, en la sala de conferencias de su despacho. Ya que Argentina "lleva fuera de los mercados financieros un largo tiempo", tras la suspensión de pagos de Buenos Aires en 2001.
No obstante, la directora gerente del FMI reconoció que el impago de Argentina "tendría consecuencias sobre "los futuros procesos de reestructuración de deuda" a nivel internacional, cuyos "principios" habría que "revisar".