Descubren un poblado medieval en la Rioja alavesa
- La ermita de Santa Lucía habría estado ocupada en el siglo IX
- Han encontrado una tumba, monedas, cerámicas y restos de comida
- Como poblado medieval, Torrentejo se pudo abandonar en la baja edad media
La ermita de Santa Lucía, situada en Labastida (la Rioja alavesa) acoge un yacimiento arqueológico que ha sido descubierto por un grupo de investigaciónde la Universidad del País Vasco (UPV) y se trata del último testimonio conservado de un importante poblado medieval documentado desde el siglo XI.
La primera vez que se mencionó esta aldea, situada a orillas de Ebro, fue en un documento del año 1075 en el que el rey navarro Sancho IV donó la villa y la iglesia al monasterio de San Millán de la Cogolla, según ha informado la UPV.
Sin embargo, la excavación ha mostrado que el lugar estuvo ocupado con anterioridad. El testimonio más antiguo identificado pertenece a una tumba antropomorfa excavada en la roca fechable entre los siglos IX y X que está inacabada y podría formar parte de un cementerio más amplio, según piensan los investigadores.
Templo anterior al siglo XII
Ya en el siglo XII se construyó la iglesia de Santa María de Torrentejo aún conservada, que aparece mencionada a finales de este mismo siglo como un monasterio. Sin embargo, en el lugar hubo un templo anterior al que estaba vinculado el cementerio en el que reposaban vecinos de Torrentejo en el siglo XI.
Entonces el pueblo estaba sometido a un rígido dominio señorial tanto del propio monarca navarro, como de numerosos señores que poseían bienes en el lugar o el propio monasterio de San Millán de la Cogolla.
Probablemente Torrentejo se abandonó en la baja edad media, al igual que otros pueblos de la Rioja alavesa. Aunque al parecer en este caso el despoblamiento fue bastante precoz, en el siglo XIII.
Fue en ese momento cuando las principales localidades articuladas en torno a castillos de la Rioja alavesa, como es el caso de Labastida o Laguardia, logran agrupar en el interior de sus murallas la población del entorno rural.
Intensa vida de Torrentejo en los siglos XVII y XVIII
A diferencia de otros muchos poblados riojanos, Torrentejo tuvo una intensa vida en época renacentista y moderna.
La excavación ha mostrado la existencia de una importante serie de estructuras de carácter doméstico y productivo anexas a la ermita, que muestran que el lugar estuvo ocupado intensamente durante los siglos XVII y XVIII.
Se han hallado numerosas monedas, cerámicas, restos de comida así como un trébede, objeto que indicaría que en el lugar se fabricó cerámica y que revela actividad artesanal en el territorio desconocida hasta ahora.
Restauraciones del templo
A partir del siglo XVIII se llevaron a cabo varias rehabilitaciones y restauraciones del templo. Quizás una de las más significativas tuvo lugar en 1780-1781.
Es a partir de ese momento cuando la vieja ermita de Santa María o Nuestra Señora de Torrentejo empieza a denominarse Santa Lucía, nombre que ha mantenido hasta nuestros días.
Otra rehabilitación importante tuvo lugar en el año 1866 a manos de Saturnino López. Más recientemente el edificio ha sido modificado en 1981-1982 y en el año 2010.
Usos agrarios históricos
La excavación también ha indagado en el entorno de la ermita y en las laderas próximas al edificio se han hallado toda una serie de terrazas de uso agrario de gran antigüedad que permiten analizar algunas de las principales transformaciones de los paisajes culturales de este territorio.
En cinco de ellas se ha podido observar la existencia de varias fases de construcción que permitirán determinar cuándo se produjo el tránsito del cultivo de cereal y otros cultivos a la extensión del monocultivo de la vid.
Esta intervención es muy relevante en el marco de la reciente declaración como Bien Cultural por parte del Gobierno Vasco del Paisaje Cultural del Vino y el Viñedo de la Rioja Alavesa, puesto que permitirá por primera vez en este territorio historiar el proceso de creación de estos paisajes culturales.