El Museo Reina Sofía amplía el espacio dedicado a su colección permanente
- Se inician las obras que ampliarán el acceso a la colección permanente
- El museo atraviesa la crisis con soluciones creativas y bajos presupuestos
- Podrían apostar por artistas "interesantes" no consolidados en el mercado
- Plantean ofrecer el espacio museístico a coleccionistas privados
Un museo de arte contemporáneo debe estar en contante renovación y así ocurre en el Reina Sofía, que el próximo año tiene previsto iniciar unas obras que le permitirán disponer de nuevas salas en las que se exhibirá el arte más actual de su colección permanente.
Así lo ha anunciado durante una entrevista con la agencia EFE Manuel Borja-Villel, director del Centro de Arte, quien ha destacado que se trata de un gran proyecto que "por fin" unirá definitivamente el clásico edificio de Sabatini con la ampliación diseñada por Jean Nouvel.
En este lugar, en el que se situará la sección contemporánea finalizando así la reordenación de la Colección Permanente, se encontraban hasta ahora los almacenes del museo y otros departamentos como el de oficios.
"Todo esto se va a recolocar. De algún modo es volver a la historia original del Reina Sofía, ya que allí se hacían las primeras exposiciones; es uno de los espacios más bonitos del museo, que con esta recuperación ganará alrededor de 3.000 metros cuadrados expositivos".
Las obras, que el director espera puedan estar acabadas a finales de 2015, llevarán consigo el replanteamiento de la plaza de Nouvel, "en cuyo estudio se está trabajando" y que se ha quedado un poco desplazada. "Las conexiones entre un edificio antiguo y otro moderno siempre son complicadas", señala.
Atravesando la crisis
A Borja-Villel también le gustaría intervenir en la plaza de acceso a Sabatini, para la que había un plan de remodelación "pero que con la llegada de la crisis se paró".
El director estima positivo el balance de los seis años que lleva al frente del Reina Sofía, puesto en el que puede estar un máximo de 15 años. Tras algunos momentos más complicados, considera que el museo "está al alza", como lo muestra la recuperación del número de visitantes.
También en el capítulo de la autofinanciación las cifras son positivas, ya que si se tiene en cuenta las donaciones "que están aumentando en los últimos años", se ha pasado del 9% en 2011 a casi el 40%. Sin incluir las donaciones, esta cifra se sitúa en el 31%.
Frente a estos datos, las transferencias del Estado se han reducido en el periodo 2011-2014 en un 27%, y el presupuesto de gasto con el que cuentan para exposiciones "se ha reducido a la mitad del que era hace cinco años". A pesar de estos recortes, "para el visitante, tanto por nivel de actividades como por su complejidad, en el Reina no hay crisis".
El presupuesto público del próximo año está ahora en estudio y la voluntad "es que se incremente". Esto ayudaría a enfrentarse al apartado destinado a adquisiciones, en el que el museo "querría crecer" y que es su "asignatura pendiente".
Borja-Villel ha insistido en que el museo tiene todavía margen de maniobra en lo que respecta al dinero que es "capaz de generar". Ello no incluirá el aumento del precio de las entradas "que, aunque bastante baratas, se va a mantener", pero si la explotación de la restauración, "estamos trabajando para abrir la antigua cafetería que había en Sabatini", el "merchandising", y el alquiler de espacios.
"A lo anterior se suma el patrocinio privado y los patronos. Ese es un capítulo muy importante, como el de las coproducciones que, aunque no visible, nos permite gastar menos dinero en la organización de exposiciones", ha dicho Borja-Villel.
El Reina Sofía fuera del Reina Sofía
Desde su llegada al museo, siempre ha defendido el trabajo en redes, una labor que han seguido otros museos. "Este año hemos puesto el énfasis fuera de casa, donde hemos tenido un millón de visitantes. Es muy importante ya que el nombre del Reina Sofía y de los artistas españoles llega a muchos lugares", como está ocurriendo con Miró o Dalí.
Este tipo de exposiciones, además, son una fuente de ingresos que este año va a suponer un millón de euros. "El Reina ya no es solo la sede Sabatini, sino que hay muchos "reinas", y en eso es en lo que estamos trabajando".
Fruto de este trabajo será, por ejemplo, la exposición que se organizará en colaboración con México sobre Mathias Goeritz, "poco conocido aquí pero una gran figura en México".
Otro de los objetivos de Borja-Villel desde su llegada al Reina Sofía ha sido la reordenación de la Colección Permanente, un trabajo que tiene prácticamente acabado y en el que únicamente falta la parte contemporánea, que se instalará en los nuevos espacios.
Para el museo "ese periodo es fundamental. Ha pasado tanto tiempo desde que hablamos de lo contemporáneo que yo creo que ya ha dejado de serlo. Es un periodo histórico, con unas fechas clarísimas. Por ello, en el 2016 se hará una gran exposición sobre este tema".
Borja-Villel no descarta organizar exposiciones en Australia, siguiendo el ejemplo del Museo del Prado, "siempre que tuviera sentido que fuéramos allí", aclara, pero si tiene muy claro que la moda no va a entrar en el museo, "la moda como tal se nos escapa".
Futuras promesas y espacio para coleccionistas
A juicio del director otra estrategia puede ser comprar obra de artistas "interesantes" por los que el mercado, de momento, no parece estar interesado. Además, el Museo Reina Sofía ha puesto en práctica líneas de protocolo con coleccionistas "para que sus obras entren en el museo y tengan dimensión pública", como ya ha ocurrido, por ejemplo, con piezas de la Colección Patricia Phelps de Cisneros.
La escasez de recursos ha dejado por el camino muchas piezas por comprar, entre las que el entrevistado cita alguna del alemán Martin Kippenberger, muy vinculado a Picasso y a España, y ha apuntado que cuando él llegó al museo sus obras se adquirían por dos millones de euros cuando ahora su valor ya nunca es inferior a los cuatro millones de euros.
No obstante, Borja-Villel se ha mostrado optimista al señalar que las colecciones "hablan no solo por lo que tienen, sino por lo que no tienen", y ha asegurado que la colección del Museo del Prado es interesante "no solo por El Bosco o Velázquez" sino por la escasa presencia de Rembrandt en la misma, algo que le lleva a pensar que "las ausencias también son interesantes si se saben ver".