Mubarak declara ante el tribunal que nunca ordenó disparar contra manifestantes
- El expresidente egipcio declara en el juicio que se sigue contra él
- Denuncia las "conspiraciones" contra su gobierno
El expresidente egipcio Hosni Mubarak ha asegurado este miércoles que nunca dio orden de matar a manifestantes durante las protestas de 2011, que acabaron con su régimen.
"Hosni Mubarak, que hoy comparece ante ustedes, no ordenó el asesinato de manifestantes o el derramamiento de sangre egipcia", ha declarado el expresidente, quien ha leído ante una declaración escrita ante el tribunal penal que le juzga.
"No di ninguna orden para provocar el caos ni para crear un vacío de seguridad", ha añadido.
Mubarak está siendo procesado de nuevo por el asesinato de manifestantes en 2011, después de que en enero de 2013 una corte anulara una condena anterior a cadena perpetua.
Junto al expresidente están acusados uno de sus hijos y varios de sus asesores.
"Renuncié a mi cargo voluntariamente"
Mubarak ha asegurado también, durante la declaración ante el tribunal que le juzga, que renunció voluntariamente a su cargo.
"Renuncié a mi cargo voluntariamente para ahorrar el derramamiento de más sangre egipcia, por las futuras generaciones de Egipto, con la esperanza de que el país no se adentrase en lo desconocido", ha asegurado el expresidente.
Recostado en una camilla, Mubarak ha rechazado las "difamaciones" y a los "conspiradores" que a su juicio estuvieron detrás de las revueltas.
"Es obligatorio repasar los incidentes ocurridos desde 2012, en vista de los acontecimientos que han tenido lugar dentro y fuera de Egipto, donde continúan los complots", ha afirmado.
"Cometí algunos errores, como es natural, y muchos de ellos no estuvieron a la altura de las expectativas del pueblo egipcio, pero me consuela que todo lo hice por el interés de Egipto", ha añadido.
Fallo para el 27 de septiembre
El tribunal ha fijado la fecha del fallo para el 27 de septiembre. Hasta entonces, Mubarak permanecerá en arresto domiciliario en el hospital militar del suburbio cairota de Maadi, donde cumple condena por corrupción.
Tras el derrocamiento de Mubarak, Egipto se adentró en un proceso de cambios políticos que culminaron con el golpe de Estado contra el presidente islamista Mohamed Morsi y la elección de Abdel Fatah Al Sisi, exjefe del Ejército, como nuevo jefe del Estado.