EE.UU. y las tropas kurdas bombardean posiciones yihadistas en la presa de Mosul
- Esta presa es una de las principales reservas estratégicas de agua de Irak
- Más de 23 insurgentes murieron en los ataques cerca de la presa
La aviación estadounidense y las tropas kurdas han lanzado una de las mayores ofensivas contra el Estado Islámico (EI) para recuperar de manos yihadistas la estratégica presa de Mosul y áreas en los alrededores de esta ciudad.
Los ataques de la aviación estadounidense se iniciaron de madrugada, según varias fuentes consultadas por Efe, y continuaron con el avance kurdo por tierra.
"Habrá un progreso significativo en las próximas horas y vamos a recuperar el control de la presa de Mosul", la mayor del país, advirtió en declaraciones a Efe el general kurdo Abdelrahman Kurini. Más de 23 insurgentes murieron en los ataques cerca de la presa, ha indicado Kurini.
La primera fase de la iniciativa se centró en cuatro aéreas cerca del embalse, cuyo control cayó en manos del EI el pasado 8 de agosto, así como en el paso de Rabia y las localidades de Mahmudia, Telskuf, Zumar y Tilke.
La presa de Mosul
La presa de Mosul es de las principales reservas estratégicas de agua de Irak, con una capacidad de varios millones de metros cúbicos y está localizada a 23 kilómetros al suroeste de la ciudad de Dohuk, en la región del Kurdistán, siendo una de las instalaciones estratégicas más importantes de Irak.
Además, constituye una amenaza importante para las ciudades iraquíes en caso de producirse un colapso de la misma, ya que está situada en suelo arenoso, por lo que necesita de una continua inyección de cemento.
Kurini ha asegurado que los servicios de inteligencia confirman que un número indeterminado de yihadistas huyeron hacia la localidad de Telafar, 70 kilómetros al oeste de Mosul, debido a los bombardeos.
Los cazas de Estados Unidos destrozaron una gasolinera utilizada por los yihadistas para repostar sus vehículos y abrieron fuego sobre varios vehículos "hummer", según la cadena de televisión kurda Rudaw.
Varios muertos y heridos en una aldea
Otros cinco yihadistas, entre ellos uno de sus líderes, murieron y tres resultaron heridos por bombardeos contra la aldea de Qaiara, a 50 kilómetros al sur de la ciudad de Mosul.
También destruyeron varios vehículos blindados y una sede de los Consejos de Salvación (milicias suníes progubernamentales) que fue tomada por el EI la semana pasada.
Por su parte, un dirigente de la coalición nacional kurda, Guiaz al Sauaryi,ha informado de que la aviación estadounidense bombardeó esta madrugada varias posiciones del EI en el monte Ain al Safra y el pueblo de Nauran, y otros lugares cercanos a la presa de Mosul.
Estos ataques se producen después de que la pasada noche fuerzas estadounidenses bombardearan posiciones del EI, porque este estaba atacando a la población civil en la aldea de Kawju, al sur de la localidad de Sinyar, según Washington.
El EI siembra el terror en la región
El Estado Islámico está sembrando el terror en la región, y diferentes líderes árabes han salido a alertar sobre el peligro de estos yihadistas que están aumentando su poder en Irak y Siria, a la vez que cometen terribles asesinatos.
La oposición siria, que denunció la masacre de estos extremistas en su país, ha pedido ayuda internacional para hacerles frente, y también el jefe del grupo chií libanés Hizbulá, Hasan Nasralá, advirtió de que el EI está eliminando a todo el mundo y ha formado "un verdadero Estado, que amenaza a todos los habitantes".
Además de las ejecuciones masivas que están llevando a cabo el EI en Siria contra todo aquel que considere "infiel" o le desobedezca, en Irak estos yihadistas también sacrificaron en esta última semana a al menos 165 yazidíes, en dos asesinatos masivos cerca de Sinyar.
El último grupo, de unos 80 hombres fue conducido a la casa del jeque tribal Ahmed Yasua, en la aldea de Kuyua junto a Sinyar, a 90 kilómetros de Mosul, y, cuando estos se negaron a abrazar el islam como les exigían los radicales, los ejecutaron.
Testigos explicaron a Efe que los yihadistas insultaron y vejaron a las mujeres e hijos de los ejecutados, y después trasladaron a las familias (alrededor de 500 personas) a otro lugar a las afueras de Sinyar.