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El Grupo Cantoblanco asegura que pagará los salarios atrasados entre septiembre y noviembre

  • Reitera su intención de mantener el empleo de toda la plantilla
  • CC.OO. ha convocado protestas por el impago y el despido de 40 trabajadores

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El Grupo Cantoblanco ha asegurado este miércoles que tiene previsto pagar los atrasos del personal trasladado a otros centros entre septiembre y noviembre próximos y ha subrayado su intención de mantener el empleo de toda la plantilla.

Así lo detalla en un comunicado emitido el mismo día en que CC.OO ha convocado a los trabajadores del grupo a una concentración ante la sede de la patronal madrileña CEIM y a un paro de dos horas en las cafeterías del centro de trabajo Distrito C de Telefónica. En esas protestas han exigido el pago de sus salarios y la readmisión de 40 despedidos de la empresa.

Este martes, el sindicato denunció el impago de al menos tres nóminas de alrededor de 200 trabajadores del grupo hostelero y el despido de 40 personas que atendían las cafeterías de Orange, de la Escuela de Organización Industrial (EOI) y de la Asamblea de Madrid -las tres cerradas recientemente-, y de otros centros de trabajo en Telefónica, el Ministerio de Economía y Televisión Española, entre otros.

El propietario de la empresa es Arturo Fernández, presidente también de la patronal madrileña CEIM y vicepresidente de la CEOE, circunstancia que -según el grupo- está aprovechando CC.OO. para "politizar esta situación". Pese a ello, la compañía reitera su deseo de negociar con el sindicato.

Traspaso de 400 empleados a dos empresas de catering

En su nota, el Grupo Cantoblanco recalca que está haciendo "grandes esfuerzos" por mantener el empleo de sus 1.400 empleados, que trabajan en servicios de hostelería de gasolineras, hoteles, hospitales y colegios del grupo.

Por ello, tiene previsto en un acto de conciliación "pagar las nóminas atrasadas entre septiembre y noviembre de este año, de quienes han sido trasladados a otras empresas".

El Grupo Cantoblanco subraya que la pasada semana llegó a un acuerdo con dos grandes empresas de catering para el traspaso de más de 400 empleados y que, en tan solo ocho días, ha recolocado a 600 trabajadores.

Recuerda además que hace un año el grupo invirtió 12 millones de euros en su centenar de establecimientos a la espera de culminar la entrada de nuevos socios, algo que nunca se llegó a producir. Ante esa situación, el grupo solicitó en junio pasado el preconcurso de acreedores e inició un plan para "reorganizar la empresa, que pretende saldar las deudas, recolocar a sus empleados y evitar los despidos de la plantilla".

Protestas ante la sede de la patronal madrileña

Al mismo tiempo que se difundía este comunicado, alrededor de medio centenar de trabajadores del Grupo Cantoblanco se han concentrado frente a la sede de la patronal de Madrid.

En el marco de esa concentración, el responsable de la Federación de Comercio y Hostelería de Comisiones Obreras de Madrid, Nicolás Mata, ha sostenido que continuarán con las movilizaciones hasta que el grupo "cumpla con sus obligaciones", readmitiendo a los trabajadores despedidos y pagando las nóminas de junio, julio y la extra de julio que adeuda a decenas de empleados.

Para Mata, la respuesta del Grupo Cantoblanco es "un lavado de cara" para proteger su imagen, ya que Arturo Fernández ya rompió su compromiso de mayo, por el cual aseguró que "a ningún trabajador se le iba a deber más de un mes de sueldo y no iba a haber ningún despido" pese a los problemas de liquidez que vive el grupo.

Ahora, Mata ha destacado que la empresa "adeuda ya a los trabajadores dos nóminas y la paga extra, y ha despedido a 40 trabajadores".

El portavoz sindical ha recalcado que "el problema no se puede solucionar con un compromiso de palabra", puesto que Arturo Fernández "ya rompió el compromiso anterior aprovechándose de la buena fe de los trabajadores".

"Los trabajadores estamos dispuestos a buscar una solución, pero la queremos en el Instituto Laboral, levantada en acta", y solo entonces los trabajadores "podrían aceptar", ha concluido Mata.

Uno de los trabajadores afectados por el cierre de la cafetería de Asamblea de Madrid, Miguel Angel Rubio, ha reivindicado su readmisión y la de sus 15 excompañeros y ha recordado que aún se les adeuda la "liquidación, unos 1.500 euros". "Hay compañeros a los que les debe desde junio y las familias deben percibir sus nóminas. Lo están pasando mal y lo necesitan", ha subrayado.

Del mismo modo, una extrabajadora de la cafetería de Orange, Virtudes Mata, ha señalado que su centro se cerró por los impagos de alquiler del local por parte de la empresa y ha denunciado que desde junio les deben las nóminas y la indemnización por despido.