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El recluso medio en España es un hombre de 39 años condenado por tráfico de drogas

  • También son muy comunes los delitos contra el patrimonio y los robos
  • Según el anuario de Interior, ha disminuido el número de reclusos extranjeros

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El perfil del recluso medio interno en las cárceles españolas es varón, tiene 39 años, ha sido condenado por un delito de tráfico de drogas o por robo y está clasificado en segundo grado.

Nueve de cada diez presos son hombres y el 84% está condenado a penas de prisión, una cifra que ha aumentado levemente en los últimos dos años, mientras que los demás están en situación preventiva.

Entre los condenados, casi el 81% está clasificado en segundo grado, que es el régimen más habitual, y el resto se encuentra en tercer grado o en régimen abierto.

Un tercio de ellos tiene entre 31 y 40 años y otro tercio se sitúa entre los 41 y los 60. Según el anuario elaborado por el Ministerio del Interior, la población juvenil menor de 21 años es residual, mientras que el 9,8 por ciento tiene entre 21 y 25 años.

Como es habitual, los delitos contra la salud pública -tráfico de drogas- y los delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico -fundamentalmente robos- son las razones principales por las que están condenados la mayoría de los presos.

No obstante, según los datos estadísticos de Interior, ambos delitos han descendido desde 2004 y tienen cada vez menos peso en la población reclusa.

Del Código Penal de 1995 cumplen condena por homicidio y asesinato 3.707 personas, de las que 255 son mujeres. Por delitos contra la libertad sexual hay 3.087 internos y por delitos y faltas de violencia de género 3.937.

Por su parte, 494 condenados -61 mujeres- por terrorismo permanecían en prisión hasta finales del año pasado. De los cuales, 41 pertenecían a ETA, 42 a organizaciones de terrorismo islamista, 24 al Grapo, 7 al Ejército del Pueblo Gallego y 5 a otras bandas armadas.

Hay un descenso de población extranjera reclusa

Tras el pico alcanzado en el año 2009, cuando se superó la cifra de 70.000 reclusos en todos los centros dependientes de la Administración General del Estado y de Cataluña, la población interna en las cárceles ha ido disminuyendo sucesivamente.

Al finalizar 2013, la población reclusa en las cárceles del Estado y de Cataluña –la única comunidad con competencias en esta materia- llegó a los 66.765 presos, menos que el año anterior.

El descenso, según figura en el anuario del Ministerio del Interior, tiene que ver con la disminución por cuarto año consecutivo del número de internos extranjeros en centros penitenciarios españoles, que ha bajado en 1.777 personas.

Uno de cada tres reclusos en las cárceles de España es extranjero, la mayoría de Marruecos (5.773), por delante de los procedentes de Rumanía (2.275), Colombia (2.257) y Ecuador (1.555), aunque hay presos de más de una treintena de países.

Por comunidades autónomas, los centros penitenciarios de Andalucía son los que más presos acogen, por delante de los de Cataluña, y Madrid.