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El convoy humanitario ruso entra en Ucrania y Kiev lo califica como "invasión"

  • Rusia acusa a Ucrania de dilación injustificada
  • Los rebeldes asumen la escolta que debía corresponder a Cruz Roja
  • Los 260 camiones llevaban una semana esperando junto a la frontera

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Poroshenko considera que la entrada del convoy ruso es "una violación del derecho internacional"

Los primeros camiones con ayuda humanitaria rusa han llegado este viernes a su destino, la ciudad de Lugansk, tras entrar esta al territorio ucraniano sin el permiso de las autoridades de ese país y sin la escolta de la Cruz Roja, han informado los separatistas prorrusos. Kiev lo ha considerado una "invasión directa" mientra que Moscú había acusado al Gobierno ucraniano de dilación injustificada. Por su parte, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha condenado la entrada del convoy y la ha considerado una "violación flagrante" de los compromisos internacionales contraídos por Moscú.

"Es cierto, los primeros vehículos han llegado a Lugansk", ha asegurado a la agencia rusa Interfax el portavoz de los milicianos que actúan en la región homónima del este de Ucrania, Konstantín Knírik, informa Efe.

Al menos 145 camiones con ayuda humanitaria rusa han atravesado la frontera ruso-ucraniana para dirigirse a Lugansk por territorio controlado por los separatistas, que escoltan el convoy para garantizar su seguridad. Tan sólo los 34 primeros, que entraron en territorio ucraniano por la mañana, han sido revisados y certificados por los guardafronteras y el Servicio de Aduanas ucranianos, mientras que el resto pasaron sólo por un control de los aduaneros rusos.

"Invasión directa"

El jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania, Valentín Naliváychenko, ha calificado la acción como una "invasión directa". "Bajo la cínica cobertura de la Cruz Roja, (el convoy) son vehículos militares con documentos de cobertura", ha dicho Naliváichenko, citado por Efe. No obstante, ha dicho que no usarán la fuerza contra el convoy.

El convoy de 260 camiones, con cerca de 2.000 toneladas de ayuda, partió de las afueras de Moscú hace diez días y desde hace ocho se encontraba en la frontera con Ucrania. Cuando Moscú anunció la operación, las potencias occidentales y Kiev expresaron su temor de que encubriera apoyo militar a los rebeldes, aunque el problema quedó en principio despejado con el acuerdo para que la Cruz Roja Internacional coordinara la operación.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha condenado la entrada del convoy humanitario ruso sin consentimiento de las autoridades de Kiev ni supervisión de la Cruz Roja, y la ha considerado una "violación flagrante" de los compromisos internacionales contraídos por Moscú.

"Condeno la entrada del llamado 'convoy humanitario' ruso en territorio ucraniano sin consentimiento de las autoridades ucranianas y sin participación del Comité Internacional de la Cruz Roja", ha declarado Rasmussen en un comunicado. "Es una violación flagrante de los compromisos internacionales de Rusia, incluidos los realizados recientemente en Berlín y Ginebra, y una nueva violación de la soberanía de Ucrania por parte de Rusia", ha añadido.

Encrucijada de Cruz Roja

Tras la iniciativa rusa, la organización no gubernamental ha dicho este viernes que no escoltará al convoy. "No lo estamos escoltando debido a que la situación de seguridad es volátil", ha dicho el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) a través de Twitter.

Moscú ha explicado que el miércoles comenzaron los procedimientos aduaneros, pero el jueves fueron suspendidos con el argumento de que los combates se habían intensificado en la ciudad de Lugansk.

"Desde hace varios días Kiev dilata dar su acuerdo, necesario para el Comité Internacional de la Cruz Roja, inventando nuevos pretextos y, al mismo tiempo, intensificando sus ataques contra Lugansk y Donetsk. En otras palabras, las autoridades ucranianas bombardean ellas mismas el punto de destino de la ayuda (humanitaria) y por ese mismo motivo prohíben que se transporte hasta allí", señala la declaración.

Según Efe, la primera treintena de camiones que ha pasado a Ucrania habían sido revisados por los guaras de fronteras de ese país, pero el resto (más de cien poco después del mediodía) ha pasado sin ese control.

El jueves la portavoz del CICR Ewan Watson dijo a Reuters que “decisiones de última hora de la parte ucraniana” había retrasado el proceso. Cruz Roja había enviado el miércoles a un equipo de avanzada al este de Ucrania tras recibir las garantías de seguridad que esperaba para asumir la entrega de la ayuda para la población civil en la zona del conflicto.

Crisis política y humanitaria

El desencuentro reproduce el conflicto que se vive en el este de Ucrania desde que en abril estalló un movimiento secesionista en las regiones del este rusófonas en respuesta al cambio de régimen, dos meses antes, en Kiev. Desde entonces, Moscú está radicalmente enfrentado con las potencias occidentales, que le acusan de apoyar esa rebelión.

En medio, cientos de miles de personas están atrapadas en la guerra o se han refugiado en Rusia, que reclama por su parte una negociación política entre Kiev y los rebeldes. En Lugansk, escenario en los últimos días de combates urbanos, Cruz Roja ha verificado que el suministro de agua y electricidad está interrumpido y que la gente no se atreve a salir de sus casas.

El conflicto ha provocado la muerte de más de 2.000 personas, según datos de la ONU de la semana pasada.