La Comisión Europea pide detalles del error en la puesta en órbita de los satélites Galileo
- Los satélites están en una órbita errónea, muy diferente a la deseada
- Se cree que el error se debe a un fallo en la etapa superior del lanzador
- El consejo de investigación emitirá un informe el día 8 de septiembre
Tras el fracaso el pasado viernes del lanzamiento de los dos satélites del sistema europeo Galileo, la Comisión Europea (CE), encargada de financiar el proyecto, ha solicitado detalles sobre el error a los responsables. El consejo de investigación creado para identificar las causas del problema emitirá un primer informe el próximo 8 de septiembre.
El objetivo de la investigación es aclarar qué ocurrió con los satélites de comunicaciones de Galileo, que han quedado en una órbita errónea, muy diferente a la prevista para cumplir su función.
Así, la CE ha pedido información completa sobre el incidente a Arianespace -consorcio europeo responsable del lanzamiento y puesta en órbita- y a la Agencia Espacial Europea (ESA). Además, les ha solicitado un calendario y un plan de acción para rectificar el problema.
Existen varias anomalías en su órbita
Después del lanzamiento de Galileo 5 y 6, se han detectado varias anomalías en su inserción orbital. Los dos satélites han sido colocados en una órbita elíptica a unos 17.000 kilómetros de altura, en lugar de la prevista, una órbita circular a 23.522 kilómetros, desde donde se esperaba que pudieran operar a partir del próximo otoño.
Los primeros indicios apuntan que el error se produjo en la etapa superior del lanzador -en un dispositivo llamado Fregat-. Aunque la ESA ha informado que su centro de control en Darmstadt (Alemania) tiene los dos aparatos bajo control, a pesar de que no fueron inyectados en la posición orbital deseada.
Doresa y Milena, los satélites lanzados, pesan más de 700 kilos cada uno y cuentan con motores y depósitos de carburante de pequeña capacidad, por lo que están concebidos para ajustes de dimensión limitada. Según expertos consultados por Efe, no están preparados para salvar una diferencia orbital de 6.000 kilómetros.
Pese a todo, la ESA ha confirmado el "buen estado" de los satélites y ha indicado que han comenzado a desplegar sus paneles solares, en un proceso que terminará "pronto".
"Ambos satélites siguen estando seguros, correctamente posicionados respecto al sol, adecuadamente encendidos y bajo el total control" de los equipos de la ESA y del fabricante, la empresa alemana OHB, ha afirmado la Agencia Espacial Europea en un comunicado.
Dudas sobre si podrán cumplir las funciones previstas
La cuestión que se plantea es si desde donde están, o desde otra órbita asequible, podrán ser utilizados para el cometido previsto, ofrecer servicios de posicionamiento precisos -en dispositivos de navegación de los coches y teléfonos móviles, por ejemplo-, con margen de error de menos de un metro.
Además, el programa Galileo tiene previsto proporcionar servicios gratuitos y de libre acceso de búsqueda y salvamento, seguridad para la aviación, señales codificadas para uso gubernamental o datos para usos profesionales.
Paralelamente, también se está cuestionando la fiabilidad del cohete ruso Soyuz -desde donde se hizo el lanzamiento- y en particular del dispositivo Fregat, a pesar de que se había utilizado hasta ahora en 43 ocasiones sin que hubiera causado problemas.
Doresa y Milena han costado un centenar de millones de euros cada uno -sin contar el precio de enviarlos al espacio-. El programa Galileo, por su parte, acumula un gran historial de retrasos que se han traducido en enormes sobrecostes (de un presupuesto inicial de 5.000 millones de euros se ha pasado a 13.000 millones, financiados por la CE).
La Comisión Europea aspira a tener la constelación Galileo -compuesta por 30 satélites- completa y en funcionamiento antes de finales de esta década.