España es el país de Europa con más jóvenes que ni estudian ni trabajan
- El paro entre universitarios triplica la media de los países desarrollados
- La OCDE: "Tener más estudios para protegerse del desempleo" no es garantía
- Los estudiantes españoles tardan más años en acabar sus estudios
- Estudian más años, pero tienen menos competencias que los de otros países
España es el país de Europa con más jóvenes que ni estudian ni trabajan. Uno de cada cinco jóvenes españoles, el 20% de los jóvenes entre 15 y 29 años, son ninis, una etiqueta que no ha dejado de crecer desde 2008, con el estallido de la crisis, y en la que España aventaja a la media de la OCDE, del 15%, según un informe de esa organización.
Esta es una de las principales conclusiones del informe de la OCDE Panorama de la Educación 2014 -"Education at a Glance"- (ver .pdf), presentado por la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, y el director de Innovación de la OCDE, Dirk van Damme, con datos de 2011 y 2012.
Se trata, según Dirk van Damme, de un "problema muy grave" en España, Italia y Turquía, pero que "no va a peor", y cuya solución, a su juicio, se encuentra en aumentar el atractivo del sistema de Formación Profesional.
Sobre el alto porcentaje de "ninis", Gomendio ha advertido de que en la actualidad, quienes dejan de estudiar se enfrentan a una realidad "mucho más dura" de la que se encontraron los que, antes de la crisis, lo hicieron por un empleo bien remunerado en el sector de la construcción.
El paro de los universitarios triplica la media de la OCDE
Del informe también se desprende que haber pasado por la universidad o tener una formación profesional superior ha dejado de ser garantía de empleo hoy en día, y lo es menos en el caso de los jóvenes españoles. La tasa de paro de los españoles universitarios y con Formación Profesional (FP) superior asciende al 14%, mientras que la media de la OCDE es del 5%.
Un título de educación terciaria (FP superior y universitario) en España "no reduce el riesgo de desempleo tanto como en otros países", ha destacado Van Damme, que ha explicado que la media es del 55% en España y del 63% en otros países de la OCDE.
Esta situación se repite en Estonia, Hungría, Irlanda, República Checa y Eslovaquia, aunque las tasas de paro en España son las más altas de entre estos países.
No es un problema únicamente en el nivel superior de educación, aunque en este caso las diferencias entre la cifra española y la media internacional se triplican. Los adultos con Educación Secundaria en España tenían en 2012 una tasa de paro del 22%, mientras que el promedio de los 34 países de la OCDE fue del 7,8%. En España, el nivel de desempleo de las personas que no han superado la ESO es del 30%, por un 13,6% en la OCDE.
Con todo, subraya el informe que estudiar una carrera sigue reportando beneficios en otros ámbitos: los titulados universitarios tienen un salario más alto que aquellos que solo han llegado a la Secundaria, y tienen más probabilidad de alcanzar mayor satisfacción en algunos aspectos sociales (por ejemplo, aumenta su confianza en el prójimo o creen que su opinión es escuchada por los gobiernos).
Población adulta peor formada que la media de la OCDE
Aunque el porcentaje de población con formación más baja (ESO o inferior) ha disminuido notablemente en España en lo que va de siglo (del 62 al 45%), aún hoy sigue lejos de las tasas que presentan los países de la OCDE y de la Unión Europea tanto en Primaria y ESO (45% frente al 24%) como en secundaria postobligatoria (22% frente al 44%).
Es decir, hay una diferencia en la formación alcanzada por los adultos de más de un 20% en relación a otros países desarrollados.
Además, los estudiantes, incluido los universitarios, tardan más en acabar sus estudios y estos últimos obtienen su primera titulación universitaria con 26,9 años frente a los 24 años, por ejemplo, en el Reino Unido.
Más educación, pero peores resultados
Lo que se extrae de este informe es que la educación española ha mejorado con el paso de los años, puesto que los jóvenes de hoy estudian más tiempo y están mejor preparados que sus padres -alrededor del 40% de adultos españoles ha alcanzado un nivel educativo superior al de sus progenitores-.
Sin embargo, se trata de una inversión que no retorna sus réditos en proporción, ni siquiera en términos de excelencia educativa: el informe revela que los adultos españoles con mayor nivel formativo (carrera universitaria o FP superior) tienen menos nivel en compresión lectora y en matemáticas que el promedio de la OCDE (solo el 12% de los españoles alcanzan el nivel más alto en esta dimensión frente a un 24% del promedio internacional; y en matemáticas las cifras son del 10% frente al 26%).
“El peor nivel en lectura y matemáticas de los españoles dificulta sus opciones de empleo y mejores salarios“
Además del relativo sonrojo en la comparación, la estadística tiene valor explicativo, porque un nivel competencial alto va unido a mejores perspectivas de empleo, recuerda la OCDE, que maneja datos según los cuales la gran mayoría de personas que mostraban competencias en lectura y matemáticas estaban empleadas.
Desde el punto de vista del gasto público, la inversión educativa tampoco retornaría los mismos beneficios que en otros países, si se atiende al hecho de que, con cifras de 2011, el gasto por alumno en España en centros públicos desde la educación Primaria a la Terciaria es similar a la media de la OCDE (9.500 dólares frente a 9.700).
En 2011, España dedicó una media del 5,5% del PIB a centros educativos (la media OCDE fue del 6,1%).
Mayor peso en España de los centros concertados
Otros aspectos de España respecto a la media de la OCDE señalan que es mayor el peso de los centros concertados. El 28% de los alumnos van a uno de estos centros en Primaria o Secundaria de primera etapa, mientras que en la OCDE el porcentaje es del 8% en la Primaria y 11% en la Secundaria.
El informe también se detiene a explicar la situación del profesorado. En España, el profesorado de la ESO comienza su carrera con un salario un 26% superior a la media de la OCDE, si bien es verdad que el docente español de escuela pública imparte más horas al año que el promedio OCDE (880 horas frente a 782), aunque su tiempo reglamentario total de trabajo es inferior.
En España, alrededor del 16% de los docentes tiene un contrato temporal de un año escolar o menos -ese porcentaje es del 12% en la media de los países desarrollados-.