El cambio climático podría reducir los hábitats de las especies, según un estudio
- Ocuparán hábitats más pequeños con los cambios de temperatura
- Los investigadores han podido establecer cinco escenarios de adaptación
- El nuevo modelo es más preciso que otras propuestas anteriores
Un equipo internacional de investigadores en el que ha participando científicos del CSIC ha conseguido delimitar las especies en cinco grupos en función de su respuesta al cambio climático y de su área de distribución.
La principal conclusión, según ha manifestado uno de los participantes en el estudio, el doctor en Ciencias Biológicas del CSIC, Fernando Valladares, es "pesimista", puesto que la mayoría de las especies tienden a reducir el espacio en el que habitan.
La investigación, publicada en la revista Ecology letters, ha obtenido un modelo más preciso que en estudios anteriores. Según los nuevos cálculos los seres vivos podrían perder entre dos y tres veces el área de sus hábitats.
Influencia del aumento de temperatura
"Con el calentamiento global la tendencia de las temperaturas es a incrementarse", ha afirmado Valladares, "y la respuesta de los organismos es adaptarse, emigrar o desaparecer".
El investigador del CSIC ha comentado que algunas especies se ajustan a las nuevas condiciones climatológicas.
A partir de otros estudios han podido crear cinco escenarios de especies animales y vegetales según su capacidad de adaptación a los cambios de temperatura, sus características funcionales y su plasticidad fenotípica.
La plasticidad fenotípica es la capacidad del genotipo de cambiar el fenotipo en función del ambiente, es decir, el margen de cada individuo para adecuar su situación a las variaciones del ambiente, según recoge el CSIC.
Variabilidad poblacional
En este sentido, Valladares ha subrayado que no existe un "patrón global" en el comportamiento de las especies y que cada una es muy diferente. Las especies pueden, por ejemplo, desplazarse hacia el norte si la temperatura es más cálida o aumentar la altitud de su hábitat.
El investigador ha puesto como ejemplo la propia especie humana, ya que la forma de adaptarse a los cambios de temperatura no es la misma para una persona que vive en una zona tropical o un esquimal.
El modelo creado por los investigadores, más "realista" puesto que incluye muchas otras variables, conduce a la conclusión de que "el área de distribución, en el futuro, será más pequeña".
Asimismo, los científicos han probado los resultados del estudio con los datos de las poblaciones de pino silvestre, lo que les ayudado a validar la teoría.
Valladares ha manifestado que los siguientes pasos en la investigación serán "ver en qué escenario se sitúa cada especie y afinar las previsiones".