Un estilo joven, cómodo y deportivo se instala en la pasarela de MBFWM
- Termina la moda del vestido de alfombra roja para seducir a una clienta real
- La venta online condiciona a los diseñadores que dibujan ropa fácil de llevar
- Lomba firma, de nuevo, una colección de gran belleza y preciosismo en el detalle.
- El desfile de Francis Montesinos termina con una gran ovación de prensa y público
Ion Fiz declara el amor que le tiene a su sobrina en forma de colección. Un crucero inspira la propuesta, menos sofisticada que las anteriores. Ahora se apueseta por vestido muñeca y por colores suaves, siempre en mate.
La equipación para el baño se adapta a la pasarela y vemos vestidos toalla a modo de pareo y piezas de rayas que recuerdan a las sombrillas. Los tejidos son naturales, frescos, cómodos, perfectos para viajar. Algodones y popelín de seda forman piezas de aire vintage, con coquetas vainicas y elgegantes canesús.
Blancos y rosa chicle acentúan ese look infantil, vacacional. Abundan las blusas en batista, las chaquetas cortas y destaca una falda tipo balinesa que se hace en tul. Solo un vestido negro se pasea por cubierta y es que este color se reserva a detalles, como un ribete delicado.
Vestidos sí, pero cortos
Delicado, también, el vestido de pañuelos modelado con gusto. Siempre en corto porque en esta ocasión apenas vemos diseños de falda larga.
Llaman la atención los detalles en coral, aplicaciones y cremalleras, y especialmente los estampados, obra del artista Gabriel Moreno. El ilustrador ha realizado un motivo de olas y sirenas que aporta una sensación de movimiento a las prendas.
"Es mi colección más comercial, sí", decía el diseñador antes del desfile. "Me recuerda además a mis primeras colecciones". Es sin duda un volver al principio, a su infancia en la moda.
Deportivo, joven y cómodo
Son muchas, y bien distintas, las referencias e inspiraciones que, segun nos cuentan, han tenido los diseñadores para hacer sus colecciones. Ángel Schlesser revela que la suya arranca con la fotografía que Richard Avedon hizo a Veruschka con una sahariana de Saint Laurent. Por eso su propuesta hace guiños a los años 70, "pero al estilo más chic, nada de hippy".
Schlesser mezcla sus 70 con sus 90, la época del minimalismo, y le sale una mujer tranquila, que se viste con prendas que se despegan del cuerpo, que están inspiradas en las túnicas. Vemos piezas que recuerdan a la vestimenta de un safari y otras de estilo militar; pero todas encajadas en un molde de feminidad contenida que roza, a veces, el look masculino.
Los vestidos sin manga, aportan frescura. Los trajes de pantalón, en cambio, buscan el contacto con el cuerpo. La paleta de colores diurnos es suave, y va al compás con el carácter de la casa. La noche, sin embargo, abre la puerta a una personalidad diferente y entran en escena los colores más vivos, cargados de energía.
Vemos prendas ribeteadas con pasamanería y un look que esconde el concepto de la colección, el look favorito del diseñador. "Es una parka con una bata", dice haciendo referencia a una trenca deportiva conjuntada con un vestido camisero que se lleva con zapato plano. Una textura cómoda, una estética relajada, un color (azul) discreto... Un look de ciudad, la ciudad tranquila de Ángel Schlesser.
Ana Locking y la locura de la moda
A Ana Locking la inspiración se la ofrece la novela 'La Montaña Mágica' de Thomas Mann, ambientada en un sanotorio de los Alpes suizos."Hablo del colapso y la recuperación", cuenta la diseñadora. "Esta sociedad nos hace estar estresados, nos pide cada vez más y es necesario relajar la cabeza alguna vez, porque de lo contrario es imposible volver a crear".
El color es su alidao en esta historia. La colección arranca con rojos, "para reflejar la crisis mental, a esas chicas y chicos que llegan a curarse". Lo vemos en pinceladas o en total look, con en un traje de hombre, por ejemplo, "va todo en rojo, hasta la corbata y los zapatos".
Después toma el blanco el discurso narrativo. Y vemos trabajos que simulan mantos de nieve, copos o escarcha. También, vestidos camiseros con la espalda que se abre con una cremallera, y es que con este color Locking hace referencia a los enfermos que llegan al sanatorio.
Luego seduce con el verde hospital, color de la sanación, del final. Con este tono hace vestidos de noche sofisticados, elegantemente jóvenes, atractivos. No falta el azul cielo, y todo en una bandera de tejidos con contraste: tul, rafia, gafas, georgette, lanas y, por supuesto, el neopreno.
Lo vemos en diferentes acabados. En blanco con flecos de lúrex que provocan un efecto arco iris polar. También, como no, en camisetas y sudaderas. Esta vez estampadas con la montaña que da nombre a la colección a la que se añade una montaña rusa enorme. "Es el ciclo de ahora estoy arriba, ahora estoy abajo. Ahora estoy colapsada y ahora me recupero". Redondo discurso, redonda la colección.
De compras con Juanjo Oliva
Segunda colección de Juanjo Oliva para Elogy que vemos en MBFWM. Si la anterior estaba dominada por el estilo deportivo, la nueva es más sofisticada y viste a una joven moderna, qeu seduce con la palabra y no con el cuerpol. La musa de Oliva es la artista brasileña Lygia Clark, madre de una extensa obra de escultura y pintura caracter geométrico.
Geometrías vemos en los abrigos de flecos forrados de lino y en los vestidos puzzle "que recuerdan a los que hizo Saint Laurent inspirados en Mondrian pero salvando las distancias y desde la humildad", añade Oliva. El vestido es la pieza central, el 70% de la colección. Para ellos, su pareja, Jeff Bargues, ha realizado los estampados, siempre siguiendo ese trazo geométrico, elegante y un tanto setentero.
Blanco y negro, magenta, amarillo cadmio, salmón suave, azul, negro y rosa alegran una propuesta joven, que viste con zapato plano, sandalias de charol y mocasín patchwork. Otro de los complementos, el bolso, se presenta ahora en piel mate. Más plano, más fácil de vender, que no de hacer.
"Esta colección la llevamos ahora a la Semana de la Moda de Moscú y se venderá online en 20 países", señala. Pero cuesta, en cambio, arrancarle una respuesta certera sobre si harán, o no, colección de hombre. "No, no tenemos tiempo; pero me encantaría hacerlo", apunta y rápidamente coge un vestido estampado.
"Es de nylon y ese, que parece el mismo, es de seda. El nylon es más caro que la seda". Oliva tuvo en su primera fila a sus clientas de costura y a esas mujeres que lo apoya y cuidan. Entre ellas, Bibiana Fernández, Rossy de Palma, Marina Castaño, Marta Robles...
Montesinos, oda a la mujer
Emocionante. Así describen, todos, el desfile de Francis Montesinos que ha comenzado con la voz de Edith Piaf entonando, desgarrada, aquello de:“Non, rien de rien/Non, je ne regrette rien/Ni le bien q'on m'a fait, ni le mal/Tout ça m'est bien égal” (No, no lamento nada. No, nada de nada, No, no lamento nada. Ni el bien que me han hecho, Ni el mal, Todo eso me da igual).
Es la forma que ha escogido el diseñador tras un verano horrible marcado por las acusaciones de abuso de menores, causa después ha quedado archivada. Francis insistió e insiste en su inocencia, Montesinos insistió e insiste en seguir trabajando, en estar al pie del cañón.
Y hasta aquí le han acompañado sus incondicionales, sus amigos. “Todos me han llamado para estar en el desfile y para participar en él. He recibido tal cantidad de cariño que me ha emocionado muchísimo”.
Todos con Francis
Paola Dominguín, Estefanía Luyk y Carlos Lozano, entre otros, se han subido a la pasarela. Elio Berhanyer, Modesto Lomba y Ágatha Ruiz de la Prada le han aplaudido y apoyado en nombre de la profesión. Paquita Torres, Lucía Bosé y Carmen Alborch, entre otros, le han dado un abrazo en forma de ovación.
La colección, y vamos a lo importante, se inspira en todas las mujeres, en la mujer universal, en la feminidad de todos las culturas unidas ahora por el mar, el mar de Montesinos. Ese mar que le presta estrellas de mar para estampar en vestidos que se mueven al caminar, que bailan.
Osada es la propuesta masculina, con shorts plisados y camisas con bordados de pedrería. También con trajes de factura seria y apariencia divertida. No faltan, para ellas, sus volantes de ola, sus verdes agua y sus azules cielo que tanto le han acompañado en esta travesía tan larga. Es un veterano, uno de los grandes, un maestro.
Verino grita: ¡Viva México!
No es la primera vez que Roberto Verino encuentra a su musa en México. El gallego adora la sensualidad y el exotismo de sus mujeres, el poder de sus colores y la magia de sus tejidos. Para el próximo verano propone una colección muy muy sofisticada, con prendas que llevan plumas de gallo.
Los guiños a las culturas precolombinas y al folckore mexicano se adueñan de prendas livianas, ponchos-vestido de estampados llamativos seductores, a veces con flecos, otro de los elementos que aporta sensualidad a la colección.
Azul denim y azul del mar, rojo cerámica, rosa picante y negro realzan el concepto de colección y provocan una marea de tonalidades que va y viene en todo tipo de prendas. Siempre bien realizadas, sin espacio para la improvisación.
Un hombre, una silueta
La noche presta sus colores a los vestidos de fiesta de mujer y a los trajes de los hombres."El hombre tiene la obligación de arreglarse, el hombre latino tiene una pose dandi, aunque el carácter lo pone la mujer", dice Verino que dibuja varones de silueta perfecta, recortada sobre un horizonte de elegancia.
Para ellas vemos prendas con transparencias, bordados en azabache, plumas y flecos, "todo muy tridimensioanal, con mucho peso de las asimetría. El espejo devuelve una sinfonía de texturas de escándalo. La bandera de tejidos sigue esa línea de emociones y se basa en el contraste entre rafias, gazar, seda y lino. Óleos sobre los que Verino imprime la simbología de una cultura poderosa.
Lomba, el arquitecto de emociones
Orgulloso, como un padre hablando de su hija. Así habla Modesto Lomba de su colección, una propuesta de líneas puras, bien construida, trabajada con aguja arquitectónica. Lomba, en esta ocasión, revisa el modernismo y traslada sus formas a las prendas o a detalles, como las solapas que presumen de una potente feminidad.
Además, el modisto saca de contexto piezas decorativas de escayola y las aplica, realizadas en resina, sobre delicados vestidos en rosa suave. Y es los contrastes se acentúan a medida que avanza la colección.
Delicada como una flor, fuerte como un guerrero
Ocurre igual con los colores. Devota&Lomba idea un verano en blanco puro que potencia cada corte, cada estructura. Siempre en lisos o decorados con flores, patronadas y superdimensionadas con cariño. Luego entran rosas, arena y estampados de flores, a veces geométricas, y de rayas.
La casa hace una gran labor de investigación y de perfeccionamiento, siempre subrayando la personalidad y estilo de la casa. La intensidad de la costura se rebaja con el calzado ya que se proponen sandalias de tiras y suelas al ras.
Los vestidos son sofisticados pero jóvenes, de espíritu guerrero. Y es que Lomba ha dibujado el vestuario para una legión de mujeres guerreras, con prendas armadas, que protegen, y detalles de estilo griego, que embellecen.
Lanas frías permiten al diseñador jugar con la ambigüedad del clima, combatir la tiranía de las estaciones. Pero ellas no están solas en la batallas. El hombre Lomba es pequeño pero se hace ver. Lleva prendas de líneas definidas, colores muy masculinos y complementos, calzados y bolsos, de piel grabada.
Una colección especial, madura, que invita a vivirla y disfrutarla. Una colección de aperiencia delicada como una flor, pero de estructura fuerte como un guerrero.