Jake Bugg cierra por todo lo alto la tarde del DCODE derrochando talento y carisma
- A sus 20 años, el británico es una de las grandes joyas de la música actual
- Bombay Bicycle Club y Russian Red calentaron al público antes del plato fuerte
- Belako, Band of Skulls y Royal Blood, entre otros, completan el cartel vespertino
Poco necesita el británico Jake Bugg para conquistar al público. Minimalista y sobrio en lo musical y en lo personal, tan solo guitarra, bajo y batería acompañan a una de las voces más prometedoras del panorama internacional.
Sin apenas dirigirse a los asistentes, a este chaval de tan solo 20 años le basta con su talento y su carisma para erigirse como uno de los grandes nombres de cualquier festival que pisa.
En este caso, su indie-rock-folk ha puesto la guinda al "turno de tarde" en la cuarta edición del Dcode Festival, en el campus de la Universidad Complutense de Madrid, tras otros grandes nombres Bombay Bicycle Club, Russian Red o Royal Blood.
Todo ello antes del plato fuerte de la noche, con Beck, Vetusta Morla, La Roux, Chvrches o Digitalism, entre otros.
Un joven fuera de lo común
Nació en 1994 pero canta, toca y compone como si llevase décadas haciéndolo. No en vano, su música recuerda a algunos de los grandes nombres que probablemente escuchasen sus padres muchos años antes, como Bob Dylan, Don Mclean, The Beatles o los propios Oasis, cuyo líder Noel Gallagher fue el primer gran valedor de Bugg.
Desde su entrada en escena, con "There's a beast and we all feed it", seguida por "Trouble Town" este torbellino procedente de Nottingham puso a todo el recinto en movimiento. "I've seen it all" ("Ya lo he visto todo"), dice en otra de sus canciones, y por la seguridad que demuestra sobre el escenario, resulta creíble.
Como imposible resulta no recordar al mismísimo Johnny Cash con el sonido country-folk de "Me and You", y a The Beatles con "Two fingers", uno de los primeros y mayores éxitos del joven Jake.
El recorrido por sus dos álbumes, Jake Bugg y Shangri La continúa con "Taste it", del primero, y "Slumville Sunrise", cuyos tempos vertiginosos no dejaron una cadera quieta en todo el campus.
Y, por si fuera poco, el cierre del concierto no pudo ser más perfecto. Tras erizar la piel y provocar algunas lágrimas a la multitud con la escalofriante "Broken", la traca final la puso "Lightning Bolt". Una descarga de rock'n'roll con sabor añejo que resonó como un relámpago y dejó el listón muy alto justo antes del concierto de Beck.
De la actitud de Russian al encanto de Bombay
La tarde había comenzado con potencia gracias a Belako o Band of Skulls y así continuó hasta que poco a poco fueron entrando al recinto los más de 16.000 asistentes.
En el escenario alternativo, Royal Blood dejaron claro que no es necesario un gran despliegue de medios para ofrecer un espectáculo contundente de buen rock.Este proyecto formado hace poco más de un año por Mike y Ben, o lo que es lo mismo, batería y bajo, sigue ganando adeptos entre el público.
Tanto que atrajeron a buena parte de la audiencia en perjuicio de la madrileña Russian Red. Aún así, el público valoró las ganas de Lourdes y los suyos de romper, a golpe de rock y cambios estéticos, con la imagen que proyectaba en sus primeros álbumes.
El llamativo vestido azul, a juego con la guitarra, y el recargado escenario de Russian Red sirvió de contraste con la propuesta sobria, no por ello menos luminosa de Bombay Bicycle Club.
Los londinenses hicieron disfrutar con su pop-rock amable con tintes de folk a un público no muy numeroso, pero entregado. Palmas y coros acompañaron al repaso desde los ya clásicos "Evening / Morning", "Always like this", "How can you swallow so much sleep" o "Shuffle" hasta los nuevos "Luna", "It's alright now", el pegadizo "Feel" o "Carry me", que cerró el show.