En el rodaje de 'Exodus. Dioses y Reyes': Los secretos de la película más épica de Ridley Scott
- RTVE.es estuvo 24 horas en el rodaje, desarrollado en Almería y Fuerteventura
- Joel Edgerton y Aaron Paul: "Es épica. Ridley hace las cosas a lo grande"
- 700 técnicos, 4.000 extras y 600 edificios, cifras del film "más grande rodado"
- Exodus: Dioses y Reyes se estrena el 5 de diciembre
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FICHA TÉCNICA
Título original: Exodus: Gods and Kings
Año: 2014
País: Estados Unidos
Director: Ridley Scott
Guion: Steve Zaillian; Adam Cooper y Bill Collage (historia)
Música: Alberto Iglesias
Reparto: Christian Bale, Joel Edgerton, Aaron Paul, Sigourney Weaver, Ben Kingsley, Emun Elliott, John Turturro, María Valverde, Anton Alexander, Indira Varma, Ben Mendelsohn, Golshifteh Farahani, Hiam Abbass, Kevork Malikyan, Andrew Tarbet, Aaron Neil, Anna Savva, Barrie Martin, Gerard Monaco, Ghassan Massoud
Productora: Scott Free Productions / 20th Century Fox
Productores: Peter Chernin, Mark Huffam, Michael Schaefer, Ridley Scott, Adam Somner, Jenno Topping
Desembarcas en el bello paraje desértico de Tabernas y Sierra Alhamilla, en Almería, y, con tan solo rodear una colina, retrocedes en el tiempo 3.300 años para aparecer en el Antiguo Egipto. Ante ti se alzan las ciudades de Menfis, capital del imperio, y Pi-Ramsés, la nueva capital levantada por los esclavos hebreos bajo el yugo del faraón Ramsés II. Pirámides, templos, palacios, efigies... todo de cartón piedra. Es la magia del cine, en todo su esplendor, de la mano de Ridley Scott (Alien, 1979; Blade Runner, 1982; Gladiator, 2000), que con Exodus: Dioses y Reyes se ha propuesto trasladar la épica bíblica de la vida de Moisés a la historia de la cinematografía.
Un equipo técnico y artístico de 700 personas, 4.000 extras, 600 construcciones, centenares de caballos, camellos, cabras, ranas y hasta elefantes y más de tres decenas de carros de guerra. Estos son los números reales que, por obra y gracia del tratamiento digital, se convertirán en multitudes de más de 20.000 personas, ciudades inmensas y batallas con más de 3.000 carruajes para una superproducción de la que no se conoce el presupuesto exacto, pero que supera con creces los 100 millones de dólares (más de 80 millones de euros).
"Es la película más grandiosa que jamás se haya hecho. Hace justicia a la escala de la historia", explica a pie de efigie el productor Mark Huffam (Prometheus, 2012; Guerra mundial Z, 2013; Salvar al soldado Ryan, 1998; y Juego de Tronos) a un reducido grupo de periodistas internacionales que pudo pasar 24 horas en las tripas del rodaje -entre ellos RTVE.es, el único medio español- en las mismas tierras en las que antes se rodaron clásicos como Lawrence de Arabia (1962), Cleopatra (1963), El bueno, el feo y el malo (1966) o Indiana Jones y la última cruzada (1989).
"Esto es una locura. Llevo siete semanas de rodaje y cada día que llego al set no deja de sorprenderme. Cuando Ridley hace algo, lo hace a lo grande", confiesa entre bromas un emocionado Aaron Paul (Breaking Bad, Need for Speed, 2014) caracterizado como Josué, el lugarteniente de Moisés, entre las casas de adobe del poblado hebreo construido en la trasera del templo egipcio.
"Es una película muy épica, a gran escala. Eso es lo que esperas de Ridley en una historia de este tipo", corrobora a los periodistas el actor australiano Joel Edgerton (Animal Kingdom, 2010; La noche más oscura, 2012; El gran Gatsby, 2013), que atiende a los periodistas en un descanso del rodaje, ataviado con una de las 30 ó 40 faldas egipcias que luce en la película -nunca repite modelo- como el poderoso y déspota faraón Ramsés II. A su espalda atestiguan su crueldad balanceados al antojo del viento un grupo de muñecos extremadamente realistas que representan a familias hebreas que cuelgan ahorcadas.
Un nuevo Moisés
Para Scott, contar la historia de Moisés era "un desafío enorme" que le "encantaba" y que ha pretendido abordar desde el estudio de la "complejidad" del personaje, cuyo interés crece por el hecho que el personaje bíblico acabó convirtiéndose en rival y enfrentándose a la persona junto a la que se crió como hermano, el faraón Ramsés II. Para dar vida al profeta, Christian Bale (ganador del Oscar en 2011 con The Fighter) fue "la primera opción y la única persona en que pensamos", asegura el productor, que resalta el sosiego y el vigor que aporta el actor a un personaje que debe ser "un hombre tranquilo y fuerte".
Muy concentrado e imbuido en la seriedad de su papel, Bale pasa caminando ataviado con su armadura de príncipe egipcio entre extras, técnicos y periodistas, sin prestarles atención, en dirección al set para repetir una escena de la salida de los carros de caballos de Moisés y Ramsés del templo de Menfis que no pudo completarse en los estudios de Pinewood en Londres, donde se construyó la capital del Antiguo Egipto, por la lluvia. El sol radiante de noviembre en Almería les deja hacer.
Sus compañeros de reparto desmitifican esta gravedad. "Christian es divertidísimo, siempre está haciendo chistes; aunque se pone muy serio cuando hace de Moisés", desvela Paul. "Entre escena y escena no discutimos de los personajes, solo intentamos echar unas risas. Hay momentos para estar serio en el trabajo y otros para divertirse y despejar las mentes", apunta Edgerton.
Ambos se confiesan admiradores del trabajo de su colega galés: "Siempre es gratificante trabajar con gente a la que admiras. Y Christian es genial de muchas formas. Se las arregla para hacer esto grande.. . hace taquillazos como Batman y a la vez películas independientes muy interesantes. Esto muestra su capacidad para transformarse como actor", afirma el actor australiano.
Además de ellos, acompañan a Bale en esta historia rodada en 3D Sigourney Weaver, en el papel de la reina Tuya, madre de Ramsés, John Turturro como su padre el faraón Seti, Ben Kingsley -quien curiosamente fue Moisés en la serie televisiva homónima de 1995-, como Nun, padre de Josué, y la española María Valverde como Séfora, la pastora hebrea esposa del profeta, entre un elenco de más de 50 actores; un reparto que no ha estado exento de polémica y ha supuesto duras críticas contra el director por elegir actores blancos para los principales papeles. Otro español pone la música, el compositor Alberto Iglesias, tres veces nominado al Oscar (El jardinero fiel, Cometas en el cielo, El topo).
De Almería a Egipto y Siria
Parte del millonario presupuesto de Exodus: Dioses y Reyes se ha quedado en España, escenario de rodaje de otras cintas de Scott como El reino de los cielos (2005) o El consejero (2013), donde su equipo pasó más de dos meses rodando en Almería y rodando en AlmeríaFuerteventura entre octubre y diciembre pasados y se contrataron miles de extras, además de operarios para construir los decorados. Estas localizaciones españolas concentran la mayoría de la acción exterior de la cinta, mientras que los interiores se rodaron en Londres. El impacto económico del rodaje se calculó en más de 10 millones de euros, que crecerá exponencialmente una vez se estrene la película el próximo 5 de diciembre.
"Queríamos venir a España por el clima y la luz. Y esta zona tiene una topografía preciosa. Es un sitio muy versátil, con esas montañas... muy parecido a Oriente Medio", comenta sobre los parajes almerienses el director de arte y diseñador de producción, Arthur Max, colaborador habitual de Scott en films como Gladiator y American Gangster, que le valieron dos nominaciones al Oscar.
Tras recordar que Almería albergó todos los spaguetti western de Sergio Leone, Max explica que en el desierto andaluz han levantado y ambientado la ciudad egipcia de Pi-Ramsés, con un largo paseo de palmeras -recuperadas o plantadas nuevas por el equipo-, que hace las veces también de Menfis, pirámides, la cantera de la que se extraían las piedras para su construcción -ambientada en la cantera de mármol de Macael-, un pueblo hebreo, una mina de oro que sirvió de refugió al Moisés expulsado de Egipto...
El área del poblado del Oeste de Fort Bravo se convirtió en Siria para acoger la histórica Batalla de Qadesh que enfrentó a las tropas egipcias de Ramsés II con las hititas de Muwatallis II en el año 1272 a.C.: cerca de 70.000 hombres y 6.000 carros de guerra, en la que fue "la batalla de carros más grande de la historia", cuenta con fascinación Max. "Y eso es lo que estamos intentado crear. Tenemos 30 carros, 200 jinetes y caballos y 500 extras haciendo de soldados que serán multiplicados digitalmente hasta alcanzar esas cifras", revela el director de arte, que subraya lo épico del rodaje: "Nadie había rodado nunca 30 carros cargando al unísono contra el enemigo. Y eso requiere mucha planificación previa, con modelos del campo de batalla, plano después de plano... y mucha interacción con los dobles, los extras y el departamento de efectos visuales".
El departamento de arte, integrado por unas 60 personas, ha supervisado el montaje de unas 600 construcciones repartidas entre Londres, Fuerteventura y Almería, que, tras unas ocho semanas en la mesa de diseño, se levantaron en unos tres meses. La ciudad de Pi-Ramsés la encontramos a medio construir, pero es intencionadamente. Representa el estado que presenta la acción nueve años antes de que Moisés se convierta en líder de los hebreos. Para escenas posteriores se completará digitalmente, revela el director de arte, que recuerda que hace 14 años, para Gladiator, tuvieron que construir mucho más porque la tecnología no estaba tan desarrollada.
También se ampliarán las dimensiones: los muros de seis metros medirán 20, las torres 45 y la estatua de Ramsés casi 100. Las pirámides aún más. "Muchas cosas aquí están exageradas. Si reproducimos las medidas históricas exactas [la pirámide de Gizá mide139 metros], no será espectacular. Así que aumentaremos la escala un poco más porque el público tiene ahora expectativas más sofisticadas. En la era digital tenemos las herramientas para hacerlo", indica Max.
De Fuerteventura al Mar Rojo y el Sinaí
En Fuerteventura, la dunas de Corralejo se convirtieron en el desierto del Sinaí y las playas de El Cotillo, Pozo Negro y la Playa de la Barca sirvieron para recrear el Mar Rojo, cuya separación de las aguas promete "asombrar" y hacer caer en el olvido la ahora obsoleta recreación de Cecil B. DeMille en Los 10 mandamientos (1956), cuya tecnología era "muy primitiva", sonríe Max, aunque sin querer faltar al respeto.
"Vamos a combinar efectos digitales con actuaciones en vivo, efectos especiales con planos físicos y muchas playas diferentes desde distintas caras", revela el director de arte, que añade que Exodus combina "un montón de planos rodados en vivo, con planos aéreos y digitales" y aboga por la necesidad de "desmitificar" en ocasiones la tecnología digital: "Se pueden combinar con éxito elementos físicos y tradicionales con la tecnología como medio para realzarlos, pero el público no debe perder el tacto y el olor de la realidad", defiende Max.
Y de la palabra al hecho: "El 80% de la acción en directo es en el set y el resto se hace digitalmente", cuantifica Mark Huffam, que añade que esta presencia en el plató hace "todo más creíble", también para los extras y para los propios actores.
Para el rodaje de estas secuencias de acción, Scott llega a utilizar hasta 17 cámaras -incluidas varias tipo 'GoPro', más pequeñas y ligeras-, a veces desde helicóptero, aunque lo normal es emplear entre cinco y ocho. "A Ridley le encanta utilizar ese mosaico de cámaras e ir enchufando una detrás de otra. Es fantástico verlo en directo", comenta entusiasmado el director de arte.
Pese a ese despliegue, el cineasta británico no rueda por rodar. "No es un director que llegue al set y ruede miles de metros de metraje sin sentido. Sabe lo que quiere y no hay pérdida de tiempo. De alguna manera tiene la película montada en su cabeza. Es un hombre muy visual", asegura Edgerton.
De los jeroglíficos a la Biblia
El guion de Exodus, firmado por Steven Zaillan (ganador del Oscar con La lista de Schindler) trata de "mantenerse fiel" a la historia bíblica -la del Pentateuco, los cinco primeros libros de la Biblia atribuidos al patriarca Moisés- y los productores están convencidos de que, al ver la película, el público "recordará la historia que le contaron cuando crecían".
El guion está en la Biblia. Y el atrezo en los muros de las pirámides. Los jeroglíficos han sido fuente fundamental para el diseño del vestuario, edificaciones o vehículos, aunque no todo ha sido tan sencillo a la hora de vestir a centenares de egipcios, hititas, fariseos, nubios..., revela la responsable de un equipo de casi 300 personas, Janty Yates, diseñadora de vestuario habitual de las películas de Scott, que ganó el Oscar con Gladiator. Aún así, de entonces a ahora, la tecnología le ha permitido tener "menos cuerpos reales que vestir", de 3.000 diarios entonces a 600 en esta.
Pese a tener las pirámides y el Museo Egipcio de El Cairo y el Británico como referencia para petos, corazas o túnicas, el equipo de vestuario también ha tenido que improvisar: "Todo el arte de la época es bidemensional y no sabes cuánto vuelo tienen las túnicas o si los guerreros van entallados, así que tuvimos que usar nuestra imaginación", explica Yates, que confiesa que su diseño favorito es la armadura de oro de Ramsés, aunque también disfrutó haciendo "sexy" a la Reina Tuya. Pese a tener menos extras que vestir, la tecnología es para Yates un arma de doble filo porque, con 10 cámaras en el set y en 3D, "todo el mundo tiene que estar perfecto" y constantemente comprobar que "no haya ningún fallo", a la vez que estar pendiente de "si Ridley quiere cambiar el vestuario de 100 figurantes; y lo hace a menudo".
Pero hay otras en materias que no están documentadas en ninguna parte, como, por ejemplo, el protocolo de comportamiento ante el faraón: "Hemos preguntado a muchos, pero nadie tenía ni idea. Así que nos lo hemos inventado siguiendo el instinto", confiesa Arthur Max, que reconoce que esta es la película "más ambiciosa" que ha hecho.
"Si juntas Gladiator, Robin Hood y El Reino de los Cielos, no llegas a esto. Es grande, muy grande, de escala épica. Queríamos hacer justicia a la escala de la historia bíblica y a todo lo que la audiencia espera cuando oye Biblia, Diez Mandamientos y Ridley Scott. La expectación es enorme", concluye el diseñador de producción.
Ya lo advierte Moisés en la película: "Vengo a decir que se aproxima algo que está fuera de mi control".
Almería, tierra de cine
La arena del Desierto de Tabernas ha sido escenario en los últimos 50 años de grandes clásicos de la historia del cine. También fue el Egipto de Elizabeth Taylor y Richard Burton en Cleopatra (1963) y Peter O'Toole fue allí Lawrence de Arabia (1962). Harrison Ford se embarcó en Indiana Jones y la última cruzada (1989), George C. Scott fue el general Patton (1970) y Arnold Schwarzenegger Conan, el bárbaro (1982). Pero Almería es sobre todo el hogar de los spaguetti western de Sergio Leone con Clint Eastwood como protagonista de títulos como El bueno, el feo y el malo (1966), Por un puñado de dólares (1964) o La muerte tenía un precio (1965).