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La UE, los submarinos nucleares y otras incógnitas de una Escocia independiente

  • La secesión de una región de un Estado de la UE no tiene precedentes
  • ¿Cuál será la moneda?, ¿quién pagará la deuda?, ¿cómo será la bandera?

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¿Es viable económicamente una Escocia independiente?

No hay precedentes de la secesión de una región de un Estado miembro de la Unión Europea. La victoria del 'sí' en el histórico referéndum de independencia que Escocia celebra este jueves abriría un camino desconocido lleno de interrogantes. Y no todos tienen respuesta. O al menos una respuesta fácil. A continuación, los esbozamos:

Adiós a la UE... o ¿hasta pronto?

El líder nacionalista escocés Alex Salmond ha invertido todas sus energías en defender que una Escocia independiente seguiría formando parte de la Unión Europea, o que su ingreso como nuevo Estado sería un proceso muy rápido.

Sin embargo, desde Bruselas mantienen que toda región que se separe de un Estado miembro queda automáticamente fuera de la Unión y tiene que iniciar el proceso formal de adhesión. El ingreso de un nuevo miembro en el club de los 28 tiene que ser aprobado por unanimidad. Y ahí Reino Unido y otros países con desafíos soberanistas, como España, podrían vetar su ingreso. Aunque, eso sí, los tratados comunitarios no recogen este escenario y la UE podría sacarse algún as de la manga.

Sionaidh Douglas-Scott, catedrático de legislación europea y de derechos humanos de la universidad de Oxford (Reino Unido), dice que la adhesión de la nación escocesa podría formalizarse con una enmienda del tratado europeo al amparo del artículo 48. "Su transición de ser miembro con el Reino Unido a ser miembro en solitario sería relativamente directa y rápida", señala a la agencia Efe.

Un Reino Unido sin Escocia, ¿seguirá dentro de la UE?

Además, la propia salida de Escocia del Reino Unido podría desembocar en otra salida, la del Reino Unido de la UE. El primer ministro británico, David Cameron, ha prometido la celebración de una consulta sobre la permanencia del país en la UE si es reelegido el próximo año. El referéndum se celebraría en 2017 y para entonces si la europeísta Escocia es independiente no podría participar, algo que podría inclinar decisivamente la balanza a favor de romper con el Continente.

De hecho, Salmond afirma que la mayor amenaza de que Escocia no siga en la UE es ese reférendum.

La silla coja en las organizaciones internacionales

La pertenencia o no a la UE suscita la misma duda con otras organizaciones internacionales, como la OTAN. Una Escocia independiente debería solicitar formalmente su incorporación a la alianza, lo que podría llevar antre dos y tres años.

Londres ha dicho que la independencia de Escocia supondría su salida de todas las organizaciones en las que Reino Unido tiene capacidad de veto o un amplio poder de decisión. Aunque esto puede ser un arma de doble filo: sin Escocia, ¿Reino Unido tiene el mismo peso para, por ejemplo, seguir teniendo derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU? Probablemente, potencias emergentes como Brasil o India utilizarán este argumento para reclamar su sitio.

Además, sin Escocia, Reino Unido ya no sería la sexta economía más grande del mundo y su permanencia en el G7 quedaría en entredicho.

Los submarinos nucleares

La cuestión de la OTAN lleva a demás a otro asunto espinoso. Reino Unido tiene cuatro submarinos con misiles nucleares Trident en la base naval de Faslane en Escocia. El Partido Nacional Escocés (SNP) quiere que estas armas se retiren si la nación se independiza.

Los exjefes de Defensa británicos han avisado en contra de un movimiento que, aseguran, costaría miles de millones de libras, la pérdida de miles de trabajo y provocaría un resentimiento internacional en un momento de máxima tensión entre la OTAN y Rusia por la guerra en Ucrania.

El futuro de los submarinos nucleares es visto por algunos como uno de los principales elementos de presión de Escocia en los 18 meses de negociaciones que seguirían al ‘sí’ en el referéndum para pactar las condiciones de la separación del Reino Unido.

Y en cuento a su potencia miliar, el SNP contempla un proceso gradual para conformar una fuerza propia de 15.000 miembros regulares y 5.000 reservistas. Los planes también incluyen una nueva sede para las fuerzas armadas escocesas en la base naval de Faslane. Con un presupuesto de Defensa de 2.300 milllones de dólares, como el de Dinamarca, Salmond "asegura que nuevo país podría jugar un papel importante en misiones de paz, similar al que tropas danesas cumpieron en Libia", informa la BBC.

¿Qué pasa con la moneda y la deuda?

Todos los analistas coinciden en que hay tres alternativas, una vez descartada la incorporación de Escocia al euro por sus estrechos vínculos con el resto de Reino Unido. La primera es preservar la actual unión monetaria, algo que Londres ha rechazado. Además, los expertos advierten de que querer formar parte de unión monetaria pero con independencia política, económica, fiscal y abancariaentraña considerables riesgos. Supone estar subordinado a los dictados de un banco central que no controlas. Ya lo hemos visto en la reciente crisis de la eurozona.

La segunda es la “esterlinización”, mantener la libra de forma unilateral como hace Panamá con el dólar o Montenegro con el euro. Y la última sería crear una nueva moneda propia o una convertible, como sucede con el dólar de Hong Kong y el estadounidense.

Salmond ha llegado a decir que si Cameron se niega a que una Escocia independiente mantenga la libra, él dejará de pagar la parte de la deuda que le corresponde. ¿Y cómo se divide? Lo lógico es que la deuda se dividiera entre el número de habitantes para calcular la parte que corresponde a cada uno. Y aquí Escocia podría alegar un descuento por los ingresos generados por el petróleo de sus aguas territoriales, a lo que Londres podría responder que el gasto público por cabeza en Escocia es entre un 10% y un 15% mayor que en el resto de Reino Unido

God save the Queen of... Scotland

Los nacionalistas proponene en su Libro Blanco que Isabel II siga siendo jefa de Estado de la nueva nación, el mismo papel que cumple, por ejemplo, en el caso de Canadá, Australia y Nueva Zelanda. De este modo, no tendría que abandonar su residencia de verano, el palacio de Balmoral, ni su residencia oficial escocesa, el palacio de Holyrood en Edimburgo.

Escocia e Inglaterra han tenido una misma monarquía antes incluso de ser sellar su unión política en 1707 (ver infografía). En concreto, desde 1603, cuando James VI de Inglaterra y I de Escocia heredó el trono inglés.

Escocia es una nación forjada durante siglos que decidió unirse a Inglaterra en 1707. Un matrimonio de conveniencia en el que pesó, sobre todo, la economía.

Se busca diseño de bandera

Cuando ambas coronas se unieron surgió la polémica de cómo combinar los colores azul y blanco de San Andrés, patrón de Escocia, con la cruz roja de San Jorge, patrón de Inglaterra. Y, después, como añadir el aspa roja sobre fondo blanco de San Patricio, patrón de Irlanda. La actual bandera británica, el Union Jack, combina los colores de los tres santos.

Son muchos los estudios que en los últimos meses prueban diseños de cómo sería la bandera del Reino Unido sin Escocia. Técnicamente, según el registro oficial de símbolos heráldicos, el College of Arms, no haría falta cambiarla mientras se mantenga la jefatura del Estado. Pero el Instituto de la Bandera, una organización cultural, ya ha recibido muchas propuestas. Algunos sugieren, por ejemplo, incorporar el dragón símbolo de Gales. Pero la idea de mostrar de una forma preponderante un símbolo de tres millones de galeses probablemente no será del agrado de los 53 millones de ingleses.

Ecos de secesión en Irlanda del Norte y Gales….

Aunque el acuerdo de paz de 1998 terminó con décadas de violencia sectaria, el norte de Irlanda permanece profundamente dividido entre los protestantes que quieren permanecer en Reino Unido y los católicos que están a favor de una unificación con Irlanda.

El resultado del referéndum podrá animar a estos últimos a reclamar, si no una consulta similar, más autonomía. Y lo mismo con Gales, que resucitaría la llamada “cuestión inglesa” o “cuestión de West Lothian” y que plantea la paradoja de por qué los escoceses y galeses pueden votar leyes que sólo afectan a Inglaterra y los legisladores ingleses no pueden hacerlo al contrario. Más aún, los escoceses han podido decidir sobre asuntos clave para los ciudadanos ingleses, pero no sobre sus regiones de origen, donde fueron elegidos, al tener las competencias transferidas.

… Y España o Bélgica

Y en Europa también se vigila atentamente el proceso. Sobre todo España, donde el Gobierno central ha rechazado dejar a Cataluña celebrar un referéndum similar el próximo noviembre, pero la Generalitat se ha comprometido a seguir adelante con una consulta no vinculante de todos modos.

La independencia de Escocia alentaría a Cataluña y otras regiones europeas como los flamencos nacionalistas en Bélgica. E incluso reavivar otros secesionismos más dormidos como el del Véneto.