La farmacéutica GlaxoSmithKline, multada con 380 millones de euros por pagar sobornos en China
- Se trata de la multa más alta impuesta en ese país a una empresa
La filial china de la multinacional farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) ha sido condenada este viernes a pagar la multa más alta fijada en China -3.000 millones de yuanes, unos 380 millones de euros-, por pagar sobornos, informaron medios oficiales.
Un tribunal de la ciudad de Changsha (capital de la provincia de Hunan) ha emitido su veredicto en un juicio de una sola sesión y a puerta cerrada, en el que Mark Reilly, expresidente de la filial, y cuatro directivos chinos han sido condenados a penas de dos a cuatro años de cárcel, aunque ninguno de ellos ingresará en prisión.
Según fuentes conocedoras del caso y que han preferido mantener el anonimato, Reilly será deportado y no cumplirá pena de prisión en China.
Pagos a médicos, hospitales y funcionarios
En julio del año pasado, el Ministerio de Sanidad chino acusó a cuatro directivos de la compañía británica de ofrecer "grandes sobornos" a funcionarios del Gobierno chino, asociaciones médicas, hospitales y médicos, "con el objetivo de ampliar el mercado de la compañía y subir los precios de sus medicinas".
Los investigadores también acusaron a los altos cargos de realizar maniobras para evadir el pago de impuestos como, por ejemplo, mediante el cobro ilegal con la emisión de facturas falsas. La mayoría de los sobornos, según la investigación, se llevaron a cabo a través de agencias de viajes, y la cantidad defraudada podría representar entre el 20% y el 30% del precio de los fármacos.
En un comunicado colgado en su web corporativa, la dirección de la farmacéutica ha destacado que las actividades denunciadas en su filial china fueron "una ruptura clara" de los procedimientos habituales en GSK.
"La conclusión de la investigación en nuestro negocio en China es importante, pero este asunto ha sido profundamente decepcionante para GSK. Tenemos que seguir aprendiendo de este caso", señala el consejero delegado de la compañía, Andrew Witty.
La multinacional se compromete a rectificar
La compañía ha asegurado su compromiso con el gigante asiático, un enorme y creciente mercado para las farmacéuticas y se ha comprometido a convertirse en "un modelo" dentro de la reforma del sector sanitario chino. GSK señala que ha dado pasos para "rectificar" los problemas identificados en su filial del país y "trabajará duro para recuperar la confianza del pueblo chino".
Entre los compromisos adquiridos para el futuro por la empresa destaca la inversión en actividades científicas en China y la mejora de la distribución de medicinas por el país, con una ampliación de la producción y una modificación de los precios.
Este caso es el mayor escándalo de corrupción en China relacionado con una empresa extranjera desde el caso que afectó en 2009 a la metalúrgica Rio Tinto, que terminó con cuatro ejecutivos de esa compañía -incluido un australiano- condenados a penas de cárcel de entre 7 y 14 años.
Aparte de este caso, la multinacional farmacéutica se enfrenta a investigaciones por irregularidades por parte de las autoridades británicas y estadounidenses, y ya ha sido acusada de corrupción -a menor escala que en China- en Polonia, Siria, Irak, Jordania y Líbano.