La gran aventura americana de Sorolla revive en la Fundación Mapfre
- "Sorolla y Estados Unidos" puede visitarse del 26 de septiembre al 11 de enero
- 150 obras, algunas de las cuales nunca se han expuesto en España
- Centrada en las exposiciones de Sorolla en Estados Unidos entre 1909 y 1911
Con obras que nunca han viajado a España y otras muy poco conocidas, la exposición que la Fundación Mapfre dedica a Joaquín Sorolla investiga en profundidad el gran éxito que el pintor consiguió en Estados Unidos, faceta no estudiada bien hasta el momento.
Alrededor de 150 obras son testigo del interés que despertó el artista en aquel país y permiten "seguir descubriendo ese auténtico Sorolla que está en todo, no solo en las escenas de playa", en opinión de Blanca Pons-Sorolla, bisnieta del artista y comisaria de la exposición, que podrá visitarse entre el 26 de septiembre y el 11 de enero.
El interés que el pintor sigue despertando en Estados Unidos se manifiesta en el gran éxito que ha tenido esta exposición en el Museo Meeadows de Arte de Dallas y el Museo de Arte de San Diego, donde registró récord de visitantes. Desde hace tiempo, Pons-Sorolla centra su trabajo en el catálogo razonado de la obra del artista y por eso "era imprescindible" que esta exposición le aportara "lo necesario para hacer un repaso completo por la obra de Estados Unidos", ha comentado en una entrevista a la agencia EFE.
Para ello, el recorrido de la muestra se centra fundamentalmente en las exposiciones que Sorolla (1863-1923) celebró en Estados Unidos en 1909 y 1911, y en los grandes encargos que surgieron de ellas. "Seguir su llegada a América, el éxito que tuvo a nivel de medios y coleccionistas, el interés que despertó y las enormes ventas que hizo" es una historia fascinante "que la exposición permite reconstruir".
Hablar de su tierra al otro lado del océano
Sorolla era "un enamorado de su tierra y España le entusiasmaba, era donde pintaba a gusto", pero "siempre quiso ser un pintor internacional. Veía que el nuevo mundo estaba en ebullición y que los ricos norteamericanos querían llevar obra de pintores europeos". Siempre deseó "ser el mejor embajador de su tierra y de su país y para él era muy importante que la imagen que se diera de España fuera la auténtica, con cosas muy positivas y maravillosas".
Ese sentimiento de optimismo "es lo que refleja la exposición" en la que sus dos grandes mecenas, Archer M. Huntington y el menos conocido Thomas Fortune Ryan, al que Huntington le presentó, ocupan una parte principal. "En la historia de los mecenas creo que no he visto otro como Huntington", gracias al cual Sorolla retrató a las personalidades más influyentes de la sociedad estadounidense, desde la familia Morgan al presidente William Howard Taft, "cuyo retrato no ha podido viajar a España".
En cuanto a Thomas Fortune Ryan, la exposición supone un descubrimiento de este mecenas que compró más de 30 cuadros del artista "que tenía colocados en su casa" y le hizo destacados encargos. Uno de ellos fue la pintura de gran formato Cristóbal Colón saliendo del puerto de Palos que se puede contemplar en la exposición junto con nueve estudios para la misma.
Los retratos
Parte importante es la dedicada a los retratos pintados en Estados Unidos. En total, realizó por encargo 54 retratos, la mayoría de ellos pintados en sus dos viajes y de otros recibió el encargó y los ejecutó en París y Biarritz. Se trata, en su mayoría, de retratos elegantes, dentro del gusto decorativo "que condicionó en muchas ocasiones su libertad creativa", aunque los realizados en 1911 muestran una mayor libertad compositiva. Entre estos se encuentran los que pintó al aire libre a Mary Lillian Duke o el espectacular del pintor Louis Comfort Tiffany.
Además de los pintados allí, "Sorolla llevó a sus exposiciones de Estados Unidos retratos de familiares suyos con el fin de mostrar su dominio del género y estas obras tuvieron gran éxito de ventas", como Clotilde con traje negro adquirida por el Metropolitan de Nueva York o Clotilde con traje blanco.
También tuvieron gran acogida los de personalidades españolas como Federico Madrazo, Beruete o Vicente Blanco Ibañez, ha afirmado Blanca Pons-Sorolla, quien destacó que muchas de estas obras regresan por primera vez a España. Los paisajes y jardines, en los que plasmaba una nueva imagen de España alejada de tópicos, y las escenas de mar y playa, que enamoraron a los estadounidense, tienen también una presencia destacada en el recorrido en el que se puede disfrutar de dos pequeñas salas en las que se muestran estudios, apuntes y notas de color.
En la primera ellas se han reunido los gouaches que pintó desde su ventana del hotel Savoy de Nueva York, en el que estuvo alojado en 1911. Las vistas de la Grand Amy Plaza, el Central Park o el cruce de la Quinta Avenida con la Calle 59, que se exhiben por primera vez.
Otra de las sorpresas son los dibujos que hizo en el reverso de los menús de los hoteles, una serie de dibujos a lápiz protagonizados por los clientes de los restaurantes.