Encuentran en Budapest partituras originales de la 'Marcha turca' de Mozart
- Partes de la Sonata en La mayor han sido halladas en la Biblioteca Nacional
- Compuesta sobre 1783, se daban por perdidas desde hace dos siglos
- El pianista húngaro Kocsis interpretará la sonata en el instrumento original
Tras más de dos siglos dadas por perdidas, musicólogos húngaros han hallado partituras originales de una de las sonatas más populares de Wolfgang Amadeus Mozart, sobre todo por su último movimiento, la Marcha turca.
Los investigadores de la Biblioteca Nacional de Hungría encontraron en el archivo musical del centro partes de la Sonata para piano Nº 11, conocida popularmente como Sonata en La mayor.
Balázs Mikusi, director de la Colección de Obras Musicales de la institución ha explicado a la agencia EFE que hasta ahora solo se conocía la última página del manuscrito original, que se encuentra en Salzburgo (Austria), la ciudad natal de Mozart.
Las cuatro páginas manuscritas encontradas ahora se complementan con el material conocido, conservado en el Mozarteum de Salzburgo, y ha sido calificado por la Biblioteca Nacional húngara como una "sensación internacional". "Las versiones impresas no son precisas y con este hallazgo se hace posible que la obra se pueda interpretar tal como lo había imaginado Mozart", ha relatado Mikusi.
Reconstruir y recuperar la composición original
Y es que, según los expertos, las versiones conocidas de la partitura de la sonata no son fiables, ya que contienen errores relacionados con los ritmos, pero también con los sonidos y las figuras. Como en la obra hay muchas repeticiones, se podrá "tener una imagen" de los fragmentos todavía desconocidos de la versión original, ha añadido el investigador.
La páginas encontradas ahora contienen fragmentos de los dos primeros movimientos de la sonata compuesta sobre 1783 y es una de las más conocidas de Mozart (1756-1791). El famoso pianista húngaro Zoltán Kocsis interpreta este viernes la sonata en el instrumento original para el que fue compuesta, el pianoforte, con el fin de que la reproducción sea lo más auténtico posible.
La aparición en Budapest de la pieza original resulta todo un misterio, entre otras cosas, porque Mozart jamás viajo a Hungría.