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'Los tres violines de Ruven Preuk', un pulso entre el amor y el talento para dibujar el siglo XX

  • Svenja Leiber descifra a RTVE.es las claves de su última novela
  • La autora ha presentado en España la versión en castellano
  • El alma alemana del convulso siglo XX en el destino trágico de un músico

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Svenja Leiber, autora de "Los tres violines de Ruben Preuk"
Svenja Leiber, autora de "Los tres violines de Ruben Preuk"

Malpaso es una editorial joven que en su primer año de vida ha publicado libros llenos de humor (Kurt Vonnegut, Kingsley Amis), rebosantes de cine (David Trueba), repletos de música (Pete Townshend, Neil Young), salpicados de rebeldía (Noam Chomsky) y, por supuesto, colmados de literatura (Martín Caparrós, Pablo ramos, Margarita García Robayo, Svenja Leiber). Libros que son todos distintos pero que buscan intervenir en el discurso intelectual, literario y político de nuestros días.

El personaje Ruven Preuk atraviesa la primera mitad del siglo XX cargado con sus tres violines, su extraño talento musical -una sinestesia perfecta entre colores y melodías- y el recuerdo de sus mujeres. Nacido en la Alemania rural, el músico Preuk es brillante pero tímido. Todos esperan de él un futuro de triunfos, pero cuando las notas dejan de sonar su persona tiende a confundirse con el gris que lo rodea.

Como para tantos en esa época, el nazismo y la guerra desintegran su normalidad. Mezquinos y depredadores acaparan la rutina y la vida del artista pueblerino se convierte en una amarga carrera sin fin hacia una inalcanzable cima profesional. Pero la esperanza queda prendida en la figura de Marie, trágica, y sin embargo amada.

Este es el escenario que la escritora Svenja Leiber construye en su novela Los tres violines de Ruben Preuk (Editorial Malpaso, 2014) que desde el día 19 de septiembre puede adquirirse en su traducción al castellano por unos 19 euros. 280 páginas que contienen un dibujo de humanidades como "un facsímil de la realidad en que vivimos", confiesa la autora a RTVE.es

Estilo versus historia

"Escribo por necesidad, primeramente, y luego por el puro placer de usar el lenguaje", explica Leiber. La autora ha detallado a RTVE.es los peculiares mimbres que motivan y soportan su novela. "La idea surgió cuando era muy joven y no era escritora. En el pueblo donde crecí existían tres violines con una historia secreta y uno de ellos es el Linde que aparece en el texto, también de gran valor. Este misterio me sedujo y han pasado 20 años hasta dar a luz el libro".

Klein Schenkenberg es el nombre de esta localidad de "solo 35 habitantes", cuya situación al norte de Alemania -igual que en el relato-, cerca de Hamburgo, aporta claves que explican el estilo narrativo. Leiber hace un uso reiterado de la elipsis para "tallar la historia" en un paralelismo con el modo en que los hablantes de esa región emplean el idioma, donde "muchas frases empiezan solo con un sonido, reduciendo palabras a gestos y silencios". Asume de esta manera cierto riesgo en favor de la personalidad del libro y de su firma. También las síncopas y los contratiempos hacen reconocible la autoría musical.

De hecho, la pasión de la escritora por la música es el segundo leivmotiv de esta obra. "La vivencia musical que existía antes era totalmente diferente. La gente escuchaba lo que ellos mismos interpretaban, era parte de la tradición judía cultivarse musicalmente, y ese era el sonido de los pueblos. Después de la guerra vino el silencio, y luego el progreso trajo la radio y los reproductores haciendo innecesario saber tocar instrumentos", reflexiona. Los personajes de su historia afrontan estos cambios radicales; unos se adaptan y otros "tienen hambre de la 'tierra' que vive en sus recuerdos".

Una propuesta sencilla con un tejido difícil

Un hombre gris bendecido con un don que lo esclaviza, un elenco de personajes que encarnan las mediocridades del género humano y un continente en llamas que entierra los restos del mundo viejo suman el reto ante el que triunfará el acto sencillo de amar. Todo esto, trenzado en un alemán del norte con las peculiaridades mencionadas, ha sido abordado por Richard Gross, un traductor con un currículum a la medida de la tarea. Habrá que ver la respuesta de los lectores.

Los tres violines de Ruven Preuk es la segunda novela de una escritora formada en literatura, arte e historia, que además toca el violín. Para Sevenja Leiber "escribir es algo inherente al ser humano. La humanidad experimentó un cambio gigantesco cuando se descubrió la escritura".

El espíritu de sus personajes halla un trasunto musical en "la visión heróica y fatal, wagneriana, tan propia de los alemanes, en el personaje de Preuk, y en el de Marie, su hija y contrapunto, el rezo impoluto del gregoriano, un trazo de la conciencia del que ama sin condiciones".

En general, la expresión eficaz de una composición en la que dominan los elementos costumbristas está muy pegada a las sutilezas del lenguaje nativo. La sintaxis multiuso acoraza a algunos bestsellers ante el trámite de la traducción, pero los textos con intención (que no vocación) de joya, los resuelve, como la palabra indica, la labor de orfebrería lingüística. El juicio definitivo está en manos del tiempo, un juez implacable pero respetuoso con la inmortalidad merecida.

Entre tanto, en palabras de Svenja, "Mientras exista la capacidad de contar, podremos vivir un poco más".