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Pepe González, un artista a reivindicar

  • Carlos Giménez finaliza 'Pepe', su homenaje al dibujante
  • Y se publica la obra maestra de González, la mítica 'Vampirella'

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La imágen icónica de 'Vampirella', de Pepe González y fragmento del quinto tomo de 'Pepe', de Carlos Giménez
La imágen icónica de 'Vampirella', de Pepe González y fragmento del quinto tomo de 'Pepe', de Carlos Giménez

Cuando Pepe González murió, el 13 de marzo de 2009, la prensa apenas le dedicó unas líneas. Una triste despedida para el que fue uno de los mejores dibujantes del mundo y de los más conocidos y apreciados en el extranjero, acumulando numerosos premios en Europa y EE.UU. Eso motivó al gran Carlos Giménez, compañero dibujante y amigo, a dedicarle un homenaje en forma de una serie de cinco volúmenes de cómic: Pepe (Panini) cuyo último volumen coincide ahora con la publicación de la obra maestra de Pepe: Vampirella (Planeta DeAgostini), que se reúne, por primera vez, en estupendos volúmenes.

Dos oportunidades excepcionales para conocer la vida y la obra de uno de los grandes genios del cómic y la ilustración, también famoso por sus numerosos dibujos de Marilyn Monroe y de la Barbie, dos iconos a los que reinterpreto de forma magistral (también fue el encargado de llevar al cómic la mítica serie de televisión, Los Vengadores). Y es que Pepe era, posiblemente, el arista que dibujó a las mujeres más bellas de la historia del cómic.

'Vampirella'

La editorial Planeta DeAgostini lleva un tiempo reeditando los imprescindibles cómics de terror de Warren de los años setenta: Creepy y Eerie. A los que ahora se suma la necesaria recuperación de la Vampirella de Pepe González, uno de los cómics más famosos de los años 70, que ha tenido numerosas versiones e incluso su propia película (aunque fuese lamentable). Pocos tebeos han alcanzado tal grado de perfección como este, que ahora se presenta restaurado, con un nivel de calidad que en España no habíamos visto nunca, lo que nos permite apreciar mejor el arte de González.

De hecho, cuando se habla de Vampirella, inmediatamente aparece el nombre de González, aunque no fuera su creador, ya que sus padres fueron, en 1969, Forrest J. Ackerman (el famoso editor y escritor de ciencia ficción) y Trina Robbins, que diseñó el personaje, al que luego dieron vida los dibujantes Tom Sutton y Mike Royer (ambos excelentes).

Lo curioso es que Vampirella no es un vampiro, como los que conocemos, sino una extraterrestre del planeta Drakulón que, ante la inminente desaparición de su mundo, viaja hasta la tierra al descubrir que los seres humanos portan el alimento que la permite desaparecer: la sangre.

El cómic funcionó bien, pero no fue hasta la llegada de Pepe en el nº 12 (julio de 1971), cuando Vampirella se convirtió en un icono de la mujer fuerte y liberada de los años 70. Pepe ya había destacado por sus historietas románticas dibujadas para el mercado británico y aportó al personaje la sensualidad, el carácter y la atmósfera de misterio que necesitaba.

Como asegura el crítico Antoni Guiral en la presentación de este tomo: "Con su plumilla y su pincel, mezclando la técnica de la aguada con la línea y la mancha, Pepe González dotó a esta serie de una personalidad gráfica muy bien definida, con un trazo estilizado, una excepcional diagramación de página y un elaborado trabajo en las ambientaciones y en las expresiones de los personajes. La Vampirella de Pepe González, sensual, erótica pero también contradictoria y enriquecida como personaje, provocó la admiración de lectores y profesionales de todo el mundo" (de hecho muchos grandes dibujantes siguen copiando sus mujeres hoy en día)

La portada del número 19, con Vampirella de pie con un murciélago alzando el vuelo desde su mano se convirtió en el icono del personaje. Y desde 1971 hasta la desaparición de la editorial Warren dibujó, en distintas etapas, 53 historietas de Vampirella (54 si se incluye La Maldición Wrathmore, que realizó para la edición española de la revista Creepy).

Una obra maestra de uno de los dibujantes más admirados del mundo y que ahora, podremos disfrutar, por primera vez en estupendos volúmenes. Sin duda uno de los tebeos imprescindibles de este 2014.

'Pepe' el homenaje de Carlos Giménez

Pero... quién era realmente Pepe González y por qué, a pesar de ganar tanto dinero falleció solo y casi en la miseria. La respuesta está en esos cinco tomos de Pepe (Panini), otra obra maestra de Carlos Giménez, que decidió rendirle este homenaje tras constatar que: “Cuando Pepe Murió, me dio tanta pena ver que en la prensa apenas saliera una escueta nota. Pepe no sólo era un dibujante, era un hombre con un talento tan grande que merecía páginas enteras, números extraordinarios e incluso programas en televisión y la radio”.

Seguro que Pepe González (que en su vida rehuyó homenajes y reconocimientos) estaría encantado con esta fabulosa historieta de su amigo Carlos Giménez, a la altura de sus grandes obras (Paracuellos, Los Profesionales) y para la que el madrileño se ha documentado exhaustivamente, entrevistando a los amigos de González y recopilando material casi imposible de encontrar. Aunque la vida nocturna de Pepe siga siendo una gran incógnita.

Giménez reconoce que: "Esta historieta que en estos momentos termino de contar, la biografía de José González, es sin duda una de las historietas más difíciles, que más trabajo me ha costado y en la que más me he involucrado personalmente de cuantas he realizado en mi vida".

Un cómic apasionante en el que descubrimos la doble faceta de Pepe, homosexual reconocido en una época en la que eso era peligroso. Como asegura Ponç Cufinya (Coordinador general de Cómics y revistas de Panini): "Pepe era un gran dibujante de día, pero de noche era un gran vividor... todo el dinero que ganaba de día se lo fundía de noche en taxis, cubatas, amigos golfos y vividores de la peor especie. Pepe había trazado una frontera insalvable entre sus días y sus noches y es que sabía que sus amigos de día no hubieran aprobado ni aquella conducta ni aquellas amistades. Por eso vivía entre dos mundos, el de día y el de noche".

Pepe pudo ser el mejor dibujante de la historia pero prefirió vivir la vida a su manera, de espaldas a la fama y consiguiendo el dinero necesario para ir tirando (cuando conseguía más se lo fundía inmediatamente). Hasta que en sus últimos momentos llegó a vender sus dibujos a 20 euros (valían muchísimo más), o los usaba para pagar las comidas y copas en bares y restaurantes. Posiblemente, a lo largo de su vida regalase más dibujos de los que cobró. Lo único que parecía interesarle es vivir el día a día, sin preocuparse por el mañana.

Destacar el gran esfuerzo realizado por Carlos Giménez y la editorial Panini para rescatar material inédito, sobre todo fotografías y dibujos de González. En este último volumen aparecen, por ejemplo, los que significaron su descubrimiento como dibujante, dos retratos de Marilyn Monroe y Gina Lollobrigida que, con solo quince años, regaló a una sastrería de Barcelona.

En fin, dos tomos imprescindibles para redescubrir a uno de los mejores dibujantes de la historia, del que Giménez asegura que: "Era un personaje tan contradictorio que no sabía lo que quería. Posiblemente no quisiera nada".