Los manifestantes de Hong Kong acumulan provisiones para resistir un día más
- El miércoles se celebra la llegada al poder del Partido Comunista
- La Policía se mantiene a la expectativa
- El jefe del Gobierno local se niega a dimitir
Cae la noche en Hong Kong y las grandes avenidas de la ciudad permanecen aún cortadas por miles de manifestantes. Las participantes de las fuertes movilizaciones de este martes, víspera del Día Nacional de China, han hecho oídos sordos a los reiterados llamamientos de las autoridades locales para que regresen a sus hogares. Los manifestantes se preparan para sostener la protesta pro-democracia hasta, al menos, este miércoles, día de fiesta nacional en el que se celebra la llegada al poder del Partido Comunista. Unaa jornada festiva que permitirá, según los organizadores, que mucha más gente se sume a la protesta. Estas revueltas ya se han convertido en el mayor desafío a las autoridades chinas desde la revuelta de Tiananmen, hace 25 años.
Durante el lunes y la madrugada del martes, 100.000 personas se han llegado a reunir sin incidentes y en un ambiente festivo. Por la mañana muchos han vuelto a sus hogares y trabajos, por lo que las calles aparecían más vacías, aunque el número de asistentes ha vuelto a aumentar a lo largo del día, según el diario South China Morning Post, que hace un seguimiento minuto a minuto.
La Policía se ha mantenido expectante y no ha intervenido, después de que la represión del fin de semana tuviera un "efecto llamada". El lunes se produjeron manifestaciones y paros masivos que incluso afectaron a la industria.
Los manifestantes exigen el voto universal y libre en las elecciones de 2017, como prometió Pekín cuando pasó a gestionar la ex colonia británica. China, por su parte, pretende limitar el número de candidatos y que estos tengan que obtener su visto bueno.
Preparativos para la resistencia
Miles de personas, sobre todo estudiantes, permanecen concentrados en los distritos financieros y comerciales de la ciudad: Admiralty, donde se encuentra el Gobierno local; el distrito Central; la zona de tiendas de Causeway Bay y el distrito densamente poblado de Mong Kok.
Activistas del movimiento Occupy Central, que inició las sentadas, acumulan víveres y material de todo tipo (desde comida y máscaras anti-gas a tiendas de campaña) en previsión de que la acción se extienda en el tiempo.
En algunos lugares, los manifestantes han colocado vallas metálicas entre ellos y la Policía y, según Reuters, al menos una calle ha sido bloqueada con autobuses y furgonetas. Los paraguas y los lazos amarillos, símbolo del movimiento, son también muy visibles.
Las escuelas en varios distritos céntricos de la ciudad siguen cerradas y muchas líneas de autobuses siguen suspendidas o con desvíos, aunque la red de metro ha recuperado la normalidad.
En la noche del lunes corrió el rumor de que Pekín podría utilizar a la policía continental o incluso al Ejército, como ocurrió en Tiananmen en 1989, para sofocar la protesta antes de la fiesta nacional.
"No estamos asustados. Nos quedaremos esta noche. Esta noche es la más importante", ha declarado a Reuters Sui-ying Cheng, estudiante de 18 años.
Alex Chow, líder de la Federación de Estudiantes, asegura que la chispa inicial de Occupy Central ha prendido en toda la sociedad hongkonesa. "Ha evolucionado en un movimiento civil", ha declarado.
El jefe del Gobierno local se niega a dimitir
A corto plazo, los manifestantes exigen la dimisión del jefe del ejecutivo local, Cy Leung, al que consideran un "títere de Pekín" y al que hacen responsable de la actuación policial del fin de semana.
Leung, a quien Pekín le ha manifestado su total apoyo, ya ha advertido que no dimitirá y ha pedido a los organizadores que den por finalizado el bloqueo del centro.
"Los líderes de Occupy Central han dicho repetidas veces que si el movimiento pierde el control pedirán que acabe. Ahora les pido que cumplan la promesa que han hecho a la sociedad y que detengan esta campaña inmediatamente", ha señalado el jefe del Ejecutivo regional.
"La continuidad de los actos ilegales no hará al gobierno central retractarse de su decisión sobre la reforma política de Hong Kong", ha advertido Leung.
Desde el Reino Unido, la antigua metrópoli, el primer ministro David Cameron ha dicho estar "profundamente preocupado" por la situación. El lunes China advirtió contra cualquier injerencia extranjera.