Mueren siete soldados afganos en dos atentados suicidas perpetrados por talibanes en Kabul
- Los atacantes han hecho explotar sus bombas al paso de vehículos militares
- Los talibanes han reivindicado la autoría de los ataques en las redes sociales
Al menos siete soldados afganos han muerto y otros tres han resultado heridos en dos atentados suicidas contra vehículos militares cometidos en Kabul, la capital de Afganistán, según han informado fuentes oficiales. Los talibanes han reclamado la autoría de los mismos en sus cuentas en la red social Twitter.
"El doble ataque mártir que ha golpeado Kabul esta mañana forma parte de la operación Khaibar que se está desarrollando este año", han escrito en la red social refiriéndose a la ofensiva que inician cada verano.
Uno de los ataques ha ocurrido a primera hora de la mañana en el área de Karta Char frente a la Facultad de Ingeniería cuando un suicida ha hehco explotar las bombas que portaba al paso de un autobús de las fuerzas militares, ha explicado el portavoz policial Farid Afzal a la agencia local AIP que ha detallado que siete soldados han muerto en la explosión.
El segundo ataque se ha producido en el área de Deh Sabz en una acción similar, que ha causado tres heridos, según ha afirmado el viceministro del Interior, Muhammad Ayoub Salangi.
EE.UU. prolonga su presencia militar en Afganistán
Estos atentados, que por el momento no han sido reivindicados, se han producido un día después de que Afganistán y Estados Unidos firmaran el Acuerdo Bilateral de Seguridad, (BSA, por su siglas en inglés) que permite la presencia militar estadounidense en suelo afgano tras la retirada de la OTAN a finales de 2014.
El pacto prevé la presencia en el país de 9.800 soldados de EE.UU. hasta finales de 2015, que se reducirán progresivamente hasta el mínimo necesario para operaciones de seguridad y labores diplomáticas a la conclusión de 2016.
Los atentados suicidas son, junto a los artefactos explosivos improvisados (IED, siglas en inglés), los métodos más recurrentes de los talibanes para atacar a las fuerzas afganas e internacionales, aunque en la práctica causan un elevado número de víctimas civiles.
Afganistán atraviesa una de sus etapas más sangrientas después de que el año pasado las fuerzas locales se hicieran responsables de la seguridad tras la retirada paulatina de la ISAF, que culminará definitivamente a finales de 2014.