Kevin Macdonald, con 'Mi vida ahora' y 'Cold in July', de Jim Mickle, protagonistas en Sitges
- Macdonald prsenta un cinta apocalíptica ambientada en la III Guerra Mundial
- Mickle, a lo thriller coreano con Michael C.Hall, Sam Shepard y Don Johnson
La apocalíptica Mi vida ahora, de Kevin Macdonald, y Cold in July, de Jim Mickle y con influencias del thriller coreano, han sido las cintas protagonistas esta jornada en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges.
El británico Macdonald, director de la premiada El último rey de Escocia, considera que, aunque actualmente con los efectos especiales se puede hacer de todo, "la sugestión provoca sensaciones mucho más fuertes en los espectadores".
Macdonald ha llegado a la ciudad catalana con una película apocalíptica, basada en el best-seller del mismo título de Meg Rosoff, en la que la protagonista es una conflictiva joven norteamericana que es enviada por sus padres a Inglaterra para vivir en una casa en el campo junto a sus primos. Una vez allí, Daisy iniciará un romance con Edmund y estallará la Tercera Guerra Mundial.
Macdonald ha afirmado que, sin embargo, en la cinta, como ya ocurría con la novela, se trataba de que el "concepto de guerra no se viera y no fuera explícito, sino que estuviera en la retaguardia de la visión del espectador". Entiende que sugerir es lo que "en realidad provoca una sensación muy fuerte en el público".
Por otra parte, ha comentado que, cuando empezó el proyecto, se planteó hacer "una ciencia ficción realista" -la acción transcurre en un futuro cercano-, pero luego pensó que "el mundo actual se ha convertido cada vez más en lo que se retrata en la película, no hay más que leer los periódicos".
Película "adolescente europea"
Basada en una novela juvenil, el director escocés ha subrayado que lo que ha dirigido es "una película de adolescentes europea, que por definición es muy distinta a lo que se ofrece desde Estados Unidos".
En este punto, ha argumentado que en Norteamérica la protagonista nunca sería desagradable y tampoco podría iniciar una relación con un primo porque "se vería como algo incestuoso", ni hubiera podido filmar escenas de sexo ni mostrar cuerpos de personas fallecidas.
Conocido también por su vertiente documentalista -ganó un Oscar con One Day in September-, Kevin Macdonald no ha dudado en incluir bellas imágenes de paisajes de Gales, donde se rodó la película, pero ha advertido de que en la primera parte "parecen mágicos y acogedores y en el transcurso de la película se convierten en algo frío".
De esta manera, la película "refleja los cambios de la vida interna del personaje" que interpreta la joven irlandesa Saoirse Ronan (nominada al Oscar por Expiación), a la vez que desprende un halo de "realismo mágico". "Es una actriz brillante, perfecta, muy buena entendiendo la psicología humana, con apenas dieciocho años", ha apostillado.
Mickle: "No queríamos un 'thriller' al uso"
Encantado de volver a Sitges, el norteamericano Jim Mickle ha hablado de Cold in July, interpretada por los conocidos Michael C.Hall, Sam Shepard y Don Johnson, que no quiso que fuera "un thriller al uso".
Habitual en los últimos años en el festival, donde sorprendió con Stake land y también presentó We Are What We Are, ahora regresa con un film que en su pase de ayer gustó al público, protagonizado por un Michael C.Hall muy alejado de su personaje de Dexter y que aquí interpreta a un padre de familia que un día mata al ladrón que entra en su casa de noche, convirtiéndose en un héroe local.
Mickle no ha rehuido que en la película hay influencias del denominado cine negro, de John Carpenter, de los hermanos Cohen y, especialmente, del "thriller" coreano, "que consigue combinar géneros diferentes de manera muy efectiva".
En este punto, ha reconocido que para armar este proyecto se inspiró en la manera de hacer de algunos directores coreanos "con personajes masculinos muy potentes, que buscan respuestas". Y es que en Cold in July, una película muy "ochentera" que transcurre en Texas, hay algunas vueltas de tuerca, especialmente a partir del momento en el que aparecen unas cintas de cine "snuff". La primera parte del film es "claustrofóbica, casi aburrida", y luego, con la aparición del personaje de Don Johnson, la historia da un vuelco y "es más movida, con tres hombres a la búsqueda de algo y de alguien".
Preguntado sobre cómo fue trabajar con tres estrellas del celuloide, Mickle ha indicado que no es lo mismo hacerlo con Michael C. Hall que con Sam Shepard, que "debe sentir todo lo que le ocurre a su personaje; si no, hay que cambiarlo". Sin embargo, ha dado a conocer que para una de las escenas, Shepard, uno de los escritores mejor considerados de Estados Unidos, se ofreció para reescribir el guión y "lo hizo perfecto". "Ahora tenemos ese texto enmarcado en casa", ha apuntado.
Sobre Michael C.Hall y Don Johnson, en cambio, ha dicho que son más "versátiles" y que éste último fue el que mejor entendió la estructura de la película. En cuanto al actor que ha pasado años dando vida al asesino Dexter, Jim Mickle ha señalado que se trata de alguien "muy flexible, que sabe perfectamente cómo construir sus personajes, su manera de hablar o su manera de andar".