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Damián Szifron dedica sus 'Relatos salvajes' a los "oprimidos" que sienten frustración y "explotan"

  • La película del director argentino se proyecta en el Festival de Sitges
  • Participada por TVE, se estrena el 17 de octubre en España

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El director argentino Damián Szifron ha conseguido un récord en su país: congregar a más de 2,5 millones de personas en las salas de cine con la proyección de su filme Relatos salvajes, que cuenta con la participación de TVE. El éxito se ha extendido a otros países y amenaza con causar el mismo efecto en España, donde se estrena el próximo viernes 17 de octubre y cuyo público podría caer rendido también ante la receta de humor negro con la que el cineasta rinde homenaje a los "oprimidos" que sienten "frustración" y "explotan".

Szifron se encuentra esta semana en el Festival de Sitges, donde se proyectará este filme, protagonizado por Ricardo Darín, Oscar Martínez y Leonardo Sbaraglia, entre otros, y que cuenta entre sus productores con los hermanos Almodóvar, Hugo Sigman, Esther García y Matías Mosteirín.

Según ha manifestado el director durante una entrevista concedida a Europa Press, el detonante de esta película se encuentra en una reflexión: "La forma en que está diseñada la sociedad no obedece al bienestar del ciudadano, sino que beneficia a un grupo muy reducido de personas". En ese contexto, las personas caminan "por un espacio que tiene el techo que muy bajo" y que obliga a permanecer "incómodo y oprimido".

Szafron cree que "uno lo tolera porque siente que es imposible cambiar las cosas", y eso genera en la persona una "frustración". Mientras que algún caen en la "depresión", otros "explotan". "Esta película es para los que explotan", señala el director, quien agrupa en cinco historias las reacciones más primarias del ser humano.

El rencor, la venganza, la competitividad, la burocracia y la infidelidad son los principales detonantes de estas historias, cuyos conflictos son "muy primitivos y ancestrales", según explica. Es aquí donde reside el éxito de esta película, puesto que estos relatos salvajes repercuten "por una cuestión más de especie que de latitud".

"Somos muy parecidos, compartimos fantasías y temores. Cuando en una sala de dice todo el mundo obedece al mismo estímulo deja al descubierto estas similitudes", ha dicho.

Seguir el instinto y perder el control

Szafron es consciente de que lo que diferencia al humano de los animales es la "capacidad de reprimirse", pero precisa que tiene un "costo enorme": "La fantasía sobre lo que se debería haber dicho o hecho". Aunque existe la capacidad de superarlo, "siempre hay un regreso al origen", y eso es lo que les ocurre a estos personajes: "Aferrarse al placer de seguir el instinto y perder el control".

A ello se suma la "crispación, inseguridad y violencia social que está presente en la ciudad". "Lo sentís caminando en la calle y se transmite en película, hay una situación violenta que preexiste antes del conflicto", explica.

La comedia es para Szifron "el punto de vista" que surge "de forma natural" de estas realidades cotidianas, a lo que el cineasta se refiere como la "observación realista y genuina de insensateces que rodean y provoca humor". "Cuando observas y tomas conciencia es gracioso y terrible a la vez", afirma.

Relatos salvajes ha sumado más de 2,5 millones de entradas de cine vendidas en Argentina, "una barbaridad", en palabras de Szifrón, puesto que ha superado a los "tanques norteamericanos". "Hay muchas películas americanas muy buenas, el arte tiene la peculiaridad de diluir las fronteras y a veces directores tienen mucho que ver aunque de procedan de países distintos", ha señalado.

En este sentido, preguntado acerca de la posibilidad de que esta cinta sea importada por Estados Unidos con el fin de hacer un "remake", el director reconoce que hay "algunas conversaciones y propuestas" para adaptar alguno de estos relatos, aunque aún no hay "nada cerrado".