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El nuevo Diccionario de la RAE, más americano y más cheli

  • La versión impresa del nuevo DRAE llega este jueves a las librerías
  • Incorpora 195.439 acepciones, entre ellas cerca de 19.000 americanismos
  • Reconoce el uso de palabras como “SMS”, “bloguero”, “tuit”, “manga” y “chat”

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Llega el nuevo Diccionario de la RAE, renovado y con un léxico más actual

Medio billón de hispanohablantes de todo el mundo que “han producido en lo que llevamos de siglo XXI más de 200 millones de formas de usar las palabras del castellano”, son el punto de partida del nuevo Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), su 23 edición, cuya versión impresa llega este jueves a las librerías y se presenta oficialmente el viernes.

Así lo explica a RTVE.es el secretario de la institución, Darío Villanueva, quien nos ha argumentado las novedades necesarias para mantener el “español real” contenido en estos dos kilos cuatrocientos gramos de papel que también pueden consultarse online.

SMS”, “bloguero”, “tuit”, “manga”, “chat”, “tableta electrónica” son algunas de las palabras que el diccionario ya reconoce para su uso con propiedad. Mucho ha llovido desde que en 2001 viera la luz la última edición del DRAE y los usuarios de esta lengua que “conserva su forma desde el siglo XVI hasta nuestros días”, hoy son internautas, nativos digitales y ciudadanos del mundo que han adaptado la forma de hablar a sus necesidades.

El castellano, un ser vivo pero estable

Esto incluye algunos usos que a primera vista parecen machacar las palabras. “¿Los SMS deterioran el idioma? La respuesta es no”, plantea Villanueva argumentando con un símil irreprochable que “las abreviaturas son recursos normales del lenguaje, los manuscritos medievales también las usaban para economizar el escaso y caro soporte de escritura y no nos parecen un error. De la misma forma, escribir eficazmente en un dispositivo electrónico de difícil operación, ahorrando tiempo y conexión, requiere similares estrategias”, porque "aunque cambie el instrumento, la herramienta básica es la lengua, que sigue siendo la misma y es estable".

El idioma, pegado a nuestros labios, en la salud y en la enfermedad, en la elegancia y en la vulgaridad, trufa de "gracietas" los vericuetos del día a día cuando asoma el impúdico “gayumbo”, que salvaguarda el “culamen” del “friki” de turno, desvergonzado mirón del “canalillo” que luce una “okupa” despistada. Y ahora además, sancionado por las páginas del DRAE.

"¿Por qué no van a estar los vulgarismos en el diccionario si forman parte del español real?" Apunta el secretario de la Academia, y añade que "los criterios que la RAE aplica son los mismos, basados en los conceptos de la lexicografía moderna".

El hablante global, piedra angular del Diccionario

Las palabras entran en el Diccionario avaladas por el uso de sus únicos dueños, los hablantes. Pero esto es necesario comprobarlo y esa es la tarea de los miembros de las diferentes academias que cuentan para ello con "una herramienta fundamental que son los 'corpus', bases de datos lingüísticas que registran no sólo las palabras, sino las realizaciones de las mismas, cómo se usan, en qué contexto, publicaciones, y con qué frecuencia", detalla Darío Villanueva. "Así como la procedencia geográfica y la concentración relativa a las mismas".

En total el nuevo DRAE recoge 195.439 acepciones, entre ellas cerca de 19.000 americanismos. En la presentación de este jueves, las Academias de la Lengua Española de los países hispanoamericanos confirman este incremento, con palabras como "amigovio", "basurita", "limpiavidrios", "motoneta", "papichulo", "platicón" y "zíper". El criterio que han seguido las 22 Academias para incluir determinadas palabras es que, como mínimo, se usen en tres países.

Las enmiendas introducidas en esta última revisión suman unas 140.000, que afectan a un total de 49 000 artículos y además se suprimen unos 1350. Afortunadamente ya no se "enechan" niños, o lo que es igual, no se abandonan en hogares de expósitos. Y es poco probable que ofrezcan "oximiel" para beber en un bar, sobre todo porque ya nadie bebe jarabe mezclado con miel. Y cuando afrontamos peligros, lo hacemos con valentía o arrojo, que significan lo mismo que "abaldonadamente". Pero no importa porque estos términos pasaron a mejor vida.

De la demografía a la influencia. Competir con el inglés

El secretario añade además que "también hay palabras que se conservan aunque se usen escasamente porque están presentes en la literatura clásica, que sí se consume". Abarca así el Diccionario los cimientos pasados y las construcciones futuras. 93.111 artículos en esta 23 edición frente a los 88 431 incluidos en la anterior y más del doble de los aparecidos en el primer diccionario de uso de la RAE, publicado en 1780.

Pero la realidad del castellano, más allá de su funcionalidad y su capacidad de adaptación está en su globalidad. "En internet es la tercera lengua utilizada, por detrás del chino y del inglés", explica Villanueva, que reflexiona sobre el auge de este último idioma "que sustituyó al alemán en la ciencia y al francés en la diplomacia, porque el inglés es la lengua que ganó la II Guerra Mundial".

Y Villanueva señala un rasgo innato, nunca mejor dicho, que blinda e impulsa la expansión del español, "la demografía, el crecimiento demográfico es la fuerza de la comunidad de hispanoahablantes. en Estados Unidos son más de 50 millones y el gran reto ahora es la presencia en las instituciones".