La hermana Paciencia, cuyo plasma ha ayudado a la auxiliar con ébola, dice que volvería a donar
- La religiosa denuncia las duras condiciones de vida de los enfermos en África
- "No guarda rencor" por no haber volado a España cuando estaba enferma
La hermana Paciencia Melgar, cuyo plasma ha sido usado para tratar a la auxiliar contagiada de ébola en Madrid, ha asegurado que ha donado "dos veces" pero que está dispuesta a hacerlo más "para salvar otras vidas".
Así lo ha manifestado en su primera comparecencia pública tras haber superado el ébola. La religiosa de la Congregación de la Inmaculada Concepción se ha mostrado serena y sonriente y con sus palabras ha querido aportar su testimonio vital para ayudar a los afectados por el virus.
Paciencia Melgar, de origen ecuatoguineano, fue una de las compañeras de los religiosos Miguel Pajares y Juliana Bonohá en Liberia, donde contrajo la enfermedad.
Melgar ha señalado que no "guarda rencor" por no haber venido a España cuando estaba infectada. La misionera no fue repatriada pero una vez curada se le pidió que volara a España para que donara su sangre inmunizada al religioso contagiado Manuel García Viejo pero este falleció el mismo día en que Paciencia llegó a nuestro país.
“En el centro había un baño para 30 personas“
La hermana cree que si García Viejo hubiera sido repatriado antes quizás hubiera podido salvarse del ébola, según ha respondido. El plasma sanguíneo de Melgar sí ha sido utilizado para tratar a la auxiliar de enfermería contagiada en España, que ha dado negativo en el último test de ébola.
"Estoy perfectamente bien", ha añadido Melgar sobre su estado de salud y ha señalado que siente "una alegría inmensa" por haberse curado.
"El ébola no es solo un problema de África"
La monja, que no tiene previsto volver a Liberia proximamente, ha relatado las duras condiciones de vida de los enfermos en Africa Occidental, y ha hecho un llamamiento a los países más desarrollados para que se impliquen en la batalla contra el ébola ante la demoledora falta de recursos.
"Es muy duro enfrentarse al ébola que es un enemigo muy peligroso. Por eso entre todos unamos fuerzas para vencer la batalla y buscando el bien común", ha señalado Melgar, que ha relatado como en el Centro de Internamento donde estuvo ingresada "solo había un baño para treinta personas", y muchos enfermos "tenían que dormir en el suelo".
"Suplico a los países de los cinco continentes que ayuden. El ébola no es solo un problema de África", ha clamado la religiosa, que ha explicado que en estos países muchas de las personas que han superado la enfermedad quedan "excluidos" y "estigmatizados".
Asimismo, Paciencia Melgar ha agradecido a los sanitarios españoles del Hospital Carlos III de Madrid el trato que le han dispensado y ha dedicado palabras de ánimo a Teresa, la auxiliar contagiada, de la que ha valorado su generosidad por "querer salvar a otras personas", y haberse ofrecido voluntaria para cuidar a los misioneros enfermos.