La condenada a muerte por blasfemia recurrirá al Tribunal Supremo de Pakistán
- Su caso es paradigmático de la polémica legislación religiosa del país
- Amnistía Internacional ha pedido la liberación de Asia Bibi
Los defensores de la cristiana Asia Bibi, cuya pena de muerte por blasfemia fue ratificada la semana pasada, han anunciado que llevarán el caso hasta la más alta instancia judicial de Pakistán, el Tribunal Supremo, según informan varios medios y organizaciones internacionales.
Esta mujer, residente en la provincia de Punyab, fue detenida en 2009 y condenada un año después en uno de los casos más relevantes sobre esta controvertida legislación que contempla la pena de muerte o la cadena perpetua por el delito de “blasfemia”, que muy diversas organizaciones internacionales de derechos humanos han criticado no solo por su severidad sino por su vaguedad.
El jueves pasado, el Tribunal Supremo de Lahore, en el este del país, rechazó un recurso de los abogados de Bibi. Uno de ellos, Naeem Shakir, ha dicho este lunes a la CNN que llevará el caso hasta la última instancia, el Tribunal Supremo de la República Islámica, en cuanto tenga acceso a la última sentencia.
"Estoy seguro de que el Tribunal Sumpremo nos asistirá. No hay ninguna prueba concreta contra Asia Bibi y los magistrados se están basando únicamente en el testimonio de las dos mujeres (denunciantes)”, ha añadido a la cadena estadounidense.
"Manos impuras"
La reclusa, madre de cinco hijos, fue denunciada por unas campesinas musulmanas por supuestamente blasfemar en el transcurso de una disputa en la cual las mismas le habían reprochado que tocase un recipiente del que todas bebían agua con sus manos "impuras" (por ser cristiana), según el relato recogido por diversos medios internacionales.
"Esto es una grave injusticia. Asia Bibi nunca debería haber sido condenada, menos aún a la pena de muerte", denunció la semana pasada Amnistía Internacional, que pidió su liberación y advirtió del deterioro "mental y físico" sufrido por esta mujer el tiempo que lleva "aislada en el corredor de la muerte".
La dura ley antiblasfemia vigente en Pakistán fue establecida en época colonial británica para prevenir choques religiosos, pero en la década de 1980 varias reformas auspiciadas por el dictador Zia ul Haq favorecieron el abuso de esta norma, recuerda Efe.
Los intentos de reforma de la ley a lo largo de los años han chocado con la resistencia de integristas islámicos.
Sucesión de asesinatos
En 2011, el gobernador de la provincia de Punyab, Salman Taseer, y el ministro de Minorías, el cristiano Shahbaz Bhatti, fueron asesinados por oponerse a esta legislación y pedir su reforma, precisamente al calor de la condena de Asia Bibi.
En estos últimos años los casos de violencia religiosa se han sucedido y en los últimos meses han sido víctimas de la misma creyentes de varias confesiones.
En julio, una mujer y dos niños fallecieron en un ataque contra una comunidad de la minoría ahmadi; y en septiembre, un activista cristiano murió por disparos de un policía en una prisión de Pakistán, en ambos casos entre acusaciones de blasfefmia, informa Efe.
Y ese mismo mes, el teólogo musulmán Shakil Auj fue asesinado en el sur del país al parecer por una fatua (edicto islámico) emitido por una escuela coránica en la que se le acusaba de blasfemo, según la agencia.