Enlaces accesibilidad

Dramas del humano interior y de la sociedad humana tiñen la Seminci

  • Mita tova de los israelíes Maymon y Granit, un drama de vejez y homosexualidad
  • La tirisia, única película latinoamericana, dibuja la agonía del México actual
  • El austríaco Umut Dâg ha presentado en la sección oficial Risse in beton

Por
Los directores Tal Granit y Sharon Maymon en la presentación de la película "Mita tova" ("La fiesta de despedida")
Los directores Tal Granit y Sharon Maymon en la presentación de la película "Mita tova" ("La fiesta de despedida")

Dos nuevos autores, los israelíes Sharon Maymon y Tal Granit, dulcifican con humor e ironía, en ocasiones de tinte negro, el drama de la eutanasia, el alzheimer y la homosexualidad entre ancianos dentro del filme Mita tova ("La fiesta de despedida"), proyectada este miércoles en la 59 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).

"No solo la muerte, la vida también es muy dura y la única forma de abordarla es a través del humor", ha analizado en una rueda de prensa, la realizadora Tal Granit acerca de su ópera prima, rodada junto a Sharon Maymon, en la que un grupo de amigos de edad provecta afronta el tramo final de su existencia con el presagio de la muerte en forma de enfermedades como el alzheimer o el cáncer en fase terminal.

El elenco, donde figura alguno de los humoristas más populares de Israel, "es una historia de amor y de amistad, pero en la vida también se dan momentos muy duros que hay que solventar y el humor, como hacemos en la película, es una forma de hacerlo", ha insistido Granit (Tel Aviv, Israel, 1969).

La idea de este filme partió de una experiencia real que tuvo Sharon Maymon (Ramla, Israel, 1973): el intento de reanimación de la abuela de su exnovia, enferma terminal de cáncer, lo que a su juicio fue "una situación absurda" que le dio pie para el guion. La película, ha añadido, "es una historia muy dura mezclada con sentido del humor", algo que "funciona muy bien".

Mexico, un país de vida abocado a la muerte

La única representación del cine hispanoamericano en el festival de Valladolid ha corrido a cargo del realizador mexicano Jorge Pérez Solano con La tirisia, donde ha dibujado un México "en pleno caos", con una sociedad prácticamente desasistida por sus gobernantes.

Es la vida detenida, la "antesala de la muerte", que Pérez Solano (Oaxaca, México,1973) ha ambientado en un pequeño poblado de su país, escenario de su segundo largometraje que ha competido en la sección oficial. Allí conviven varias familias en un clima de dejadez moral, vital y relajamiento de costumbres que el realizador hispanoamericano ha pretendido extrapolar a la situación de un país "abandonado por Dios, los políticos y la fuerza militar que supuestamente nos debería proteger", ha explicado ante los medios.

"La tirisia", en palabras de su Pérez Solano, es algo más que la melancolía o la acedía que con frecuencia envuelve vidas humanas: es el estadio inmediatamente anterior a la muerte de una sociedad, plasmado en el filme a través de una "atmósfera de desolación" donde no abundan los diálogos y predominan sonidos naturales.

El relato está basado "en la ausencia del espíritu" de los protagonistas, incapaces de tomar las riendas de su vida ante la pasividad de la clase política, la tibieza del ejército que protege el medio rural y la dejadez de la iglesia. "Algo nos está pasando porque ya no tenemos espíritu" y "al final de cuentas estamos solos, abandonados y somos nosotros los que debemos construir", ha reflexionado al igual que hace una de las protagonistas de su relato, una niña convertida en madre contra su voluntad y que, a la vista de su entorno, toma el camino en busca de un mejor destino para ella y su hijo.

Otro autor de nueva generación, el austríaco Umut Dâg, ha presentado en la sección oficial Risse in beton ("Grietas en el hormigón"), un drama de índole familiar ambientado en la noche de Viena donde confluyen la prostitución, el tráfico de drogas, los ajustes de cuentas y la pandillas radicales.

Un padre, escarmentado por los diez años que ha pasado en prisión, trata de evitar por todos los medios de que a su hijo le pase lo mismo.

La inmigración islámica en Austria, los barrios marginales donde habitan casi en forma de "guetos", subyace también en este segundo largometraje del realizador Umut Dâg.