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Interior cifra en 17.000 los intentos de entrada por la valla de Ceuta y Melilla en lo que va de 2014

  • Afirma que la actuación de la Guardia Civil "goza de plena cobertura jurídica"
  • Defiende la iniciativa del Gobierno de legalizar las "devoluciones en caliente"
  • Dice que se busca equilibrar la dimensión humanitaria y la protección fronteriza

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El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, antes de comparecer en la comisión de Interior del Congreso.
El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, antes de comparecer en la comisión de Interior del Congreso.

El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ha cifrado en 17.000 los intentos de entrada por la valla fronteriza de Ceuta y Melilla en lo que va de 2014, al mismo tiempo que ha señalado que en lo que va de año alrededor de 2.000 inmigrantes han entrado en Melilla mediante saltos a la valla, el doble que en 2013.

Así lo ha detallado Martínez durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados, donde ha hecho un balance de la inmigración irregular en 2013, según el cual los 3.237 inmigrantes que entraron irregularmente en España supusieron un descenso del 15% respecto a 2012.

Martínez ha insistido en que el Gobierno debe seguir trabajando para dotar a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado de un marco jurídico que proporcione y dé mayores garantías ante esta situación de "extraordinaria presión migratoria y complejidad".

"Plena cobertura jurídica"

Así, ha insistido en que la actuación de la Guardia Civil y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, en cumplimiento de la ley, al rechazar en la frontera a aquellos que quieren entrar de forma ilegal, "goza de plena cobertura jurídica".

El secretario de Estado de Seguridad ha argumentado que en las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla se producen situaciones que son "previas" a la aplicación de la ley de extranjería, en un punto donde las entradas ilegales se producen muchas veces de forma "violenta" y "masiva" .

Martínez ha defendido en ese sentido que "rechazar en la frontera" "goza de plena cobertura jurídica" por cuanto se trata de proteger las fronteras y garantizar que no se produzca ninguna entrada irregular.

"Si quien intenta entrar en la frontera ha de ser rechazado, y ha de hacerse con respeto a su integridad y a su vida, se puede dar esa situación, que haya que esperar a que desciendan de la valla para rechazarlos. Eso es el rechazo en frontera y eso tiene cobertura jurídica, por más que desde luego no le guste a nadie y a mí les puedo asegurar que no me gusta nada", ha reconocido Martínez ante los diputados.

Es más, considera que es una figura que "necesariamente" hay que contemplar ya que los intentos de entrada no son aislados y se producen todos los días y con centenares de inmigrantes.

"A veces esa acción de rechazo supone hacer frente a asaltos violentos, movidos por la desesperación, que sólo pueden abortarse eficazmente mediante acciones de compulsión física sobre las personas, presididas siempre por los principios de oportunidad, congruencia y proporcionalidad", ha remarcado.

Reprocha a la oposición que no aporte ideas

El secretario de Estado ha rechazado las objeciones argumentadas por la oposición, que se ha hecho eco de que diversos juristas han cuestionado el concepto de "rechazo en frontera" por las llamadas devoluciones en caliente y el conflicto constitucional que suponen respecto a los límites fronterizos de España y la denegación del derecho de asilo.

Martínez ha lamentado no oír "aportaciones constructivas" al margen de las críticas en estas cuestiones sobre dónde empieza España, caso que ha comparado con el caso de las devoluciones en los aeropuertos.

Sobre la vulneración del derecho de asilo, ha argumentado que ese derecho también se puede solicitar en el paso fronterizo habilitado, y que así lo han hecho 26 personas en el último mes y medio.

Equilibrar la "dimensión humanitaria" y la protección de la frontera

A su juicio, el fenómeno de la inmigración irregular sólo puede abordarse como una "cuestión de Estado" en cuya respuesta se sepa conjugar la "innegable dimensión humanitaria" y el deber de respetar los derechos fundamentales de los flujos migratorios con el "deber de proteger las fronteras".

"Creo que no podría esperarse nunca de un Estado que asistiese impasible a actos que vulneran la legalidad fronteriza y por extensión de la UE y que no podría defenderse nunca, más allá de los componentes humanitarios del debate, que existe un derecho a entrar de manera irregular en un Estado", ha recordado.