Cuando el cómic se inspira en el arte
- Luis Gasca y Asier Mensuro publican 'La pintura en el cómic'
- Un interesante estudio sobre la influencia del arte en las viñetas
Los grandes pintores también fueron los pioneros del cómic y desde que las viñetas se convirtieron en tebeos, la influencia del arte en el cómic no ha hecho más que aumentar. Y también al revés. Por eso es tan interesante el libro La pintura en el cómic (Cátedra), de Luis Gasca y Asier Mensuro, un detallado (e ilustrado) repaso a la relación entre estas dos disciplinas artísticas.
"La idea de libro -asegura Asier- es relativamente simple aunque ambiciosa: Estudiar el modo en que el cómic se ha acercado a la disciplina de la pintura. Para lograrlo se recurren a enfoques muy diversos pero destaca el iconográfico, es decir, el modo en que el cómic reproduce en viñetas o portadas composiciones de obras maestras de la pintura".
"En ocasiones -continúa Asier- esto se debe a una necesidad de guión. Por ejemplo, en una biografía en cómic de Leonardo Da Vinci, es lógico que el historietista dedique una viñeta a mostrar al maestro pintando la Mona Lisa, pero lo realmente curioso es que, en multitud de ocasiones la viñeta que se basa en un cuadro no es una necesidad del guión, sino simplemente un homenaje del dibujante hacia un autor que admira. Cuando se comprueba que hay coincidencias estilíticas entre el autor de cómic y el pintor se obtienen conclusiones muy interesantes. Por ejemplo, Simon Bisley, cuyas figuras poseen una anatomía marcada y exuberante, homenajea en una portada de Lobo al Adán de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel Buonarroti que, como es sabido, es el ejemplo más conocido y representativo de naturalismo anatómico del Renacimiento Italiano".
Casi 600 imágenes
Un tema fascinante que cobra sentido graciasa la gran cantidad y variedad de ejemplos reunidos en el libro. "El cómic -asegura Asier- es una afición para mí desde la infancia, igual que la pintura. Mis estudios además fueron de Historia del Arte de modo que, cuando leía un cómic, si había algún homenaje a la pintura, aunque no fuese explícito, me llamaba la atención y se quedaba grabado en mi mente. En gran medida, el trabajo de este libro ha sido una labor de recordar".
"No obstante, el libro está rícamente ilustrado con casi 600 imágenes. Para poder sacarlo adelante ha sido capital la labor de el coautor de este libro, Luis Gasca, cuya excelente colección de cómic es la fuente primordial a la que se ha recurrido para ilustrar el libro".
"El cómic prefiere la pintura figurativa"
En cuanto a lo que más seduce a los autores de cómic de esos cuadros, Asier nos comenta que: "La pregunta es demasiado genérica para tener una respuesta única. Depende mucho de los autores. En líneas generales, se puede decir que algunos de los autores más homenajeados como por ejemplo Goya, Rembrandt, Alfons Mucha, o Maurits Corneluis Escher, son extraordinarios dibujantes y grabadores, por lo que te diría que lo que más se aprecia por parte del historietista es la maestría del dibujo, pero también hay estupendas viñetas que homenajean cuadros como La noche estrellada de Vincent Van Gogh, donde, como es evidente, lo que llama la atención del historietista es el magistral uso del color".
"Sin embargo si que hay un tema claro -continúa el autor-. El mundo del cómic sientre predilección por la pintura figurativa, siendo significativamente menor el número de homenajes referidos a obras abstractas y, cuando estas aparecen, en muchas ocasiones es para ironizar sobre ellas o sobre la aparente incomprensibilidad de la abstracción".
Asier asegura que, aunque busquen inspiración en la pintura, estos dibujantes no son pintores fracasados: "En líneas generales diría que no por dos motivos: Hay numerosos ejemplos de autores que han trabajado en ambos campos. El caso del español Carlos Sánchez Pérez, alias Ceesepee sería uno de los ejemplos más claros ya que era un autor habitual de la revista El víbora y a su vez uno de los pintores más destacados de la movida madrileña".
"Incluso los que sólo son dibujantes de cómic se parecen cada vez más a los pintores -afirma Asier-. Hay galerías de arte dedicadas casi en exclusiva a vender las páginas originales de cómic de los diferentes autores y, en casos de nombres consagrados como, por ejemplo Milo Manara, Moebius, Alex Ross o autores míticos del pasado como Hal Foster, Will Eisner, Winsor McKay o Jack Kirby, los precios de estos originales alcanzan precios astronómicos. No quiero decir que alcancen los precios de un Picasso, eso aún no ha sucedido evidentemente, pero en los últimos años la cotización de los originales de cómic se ha disparado y son muchos los autores ya que ganan más dinero vendiendo su obra original en galerías que lo que les pagan las editoriales por editarla".
Una relación beneficiosa para ambos
Aunque podría parecer que esta relación es sólo favorable para el cómic, Asier asegura que: "En cierta medida es un proceso de ida y vuelta. Desde que el Pop Art reevindico el cómic y a sus principales personajes como Supermán o Dick Tracy como iconos de la cultura de la segunda mitad del siglo XX, pintura y cómic no han dejado de influenciarse mutuamente. Estoy pensado por ejemplo en autores actuales como el japonés Takashi Murakami cuyo estilo gráfico es en gran medida deudor del manga japonés".
"Además -comenta Asier- el cómic cada vez está más presente en los museos (ahora mismo, por ejemplo, puede verse la exposición Francisco Ibáñez, el mago del humor, en el Círculo de Bellas Artes). Como siempre, Europa nos saca ventaja en temas culturales relacionados con el cómic. Quizá el proyecto más ambicioso sea la colección de cómics que edita el Museo del Louvre con la editorial Futurópolis que tiene como nexo común que la historia trascurra en el Louvre o tenga que ver con alguna obra expuesta en el Louvre. Creo que los grandes museos europeos han visto la potencia del cómic como elemento de difusión de sí mismos o de las obras que albergan".
Los pintores y obras que más han influido en el cómic
En cuanto a los pintores y obras que más han podido influir en le mundo del cómic, Asier nos comenta que: "Varía en el caso de cada autor. Sin embargo, en líneas generales, hay que decir que el cómic nace a finales del siglo XIX, en el momento álgido del modernismo y que algunos de los primeros grandes nombres del cómic como Winsor McKay tenían un estilo modernista como ilustradores antes de dedicarse al noveno arte. Quizá por ello, la huella del grafismo modernista está muy presente en el cómic y si tuviera que hablar de los pintores más relevantes que han influenciado el mundo del cómic citaría a Alfons Mucha, Aubrey Beardsley o Koloman Moser. Después, hay caso concretos relacionados con diversas geografías en que una influencia está muy presente. Así por ejemplo, los Ukiyo-e (estampas marinas japonesas) de Katsushika Hokusai o Utagawa Hiroshige influyen poderosamente en el manga japonés, y las ilustraciones de Norman Rockwell hacen lo propio en el cómic norteamericano".
Y en cuanto a las obras homenajeadas: "Hay muchas. Nosotros hemos seleccionado unas cuantas que eran pinturas que se repetían mucho en viñetas de todas las épocas y cuyos autores eran de países de todo el mundo y hemos incluido en el libro una serie de páginas dobles dedicadas a estas obras, reproduciendo 10 o 12 casos de cada cuadro. Las pinturas que nosotros hemos elegido aunque habría más son: La Gioconda o Mona Lisa de Leonardo Da Vinci, La creación de Adán de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel Buonarroti, La libertad guiando al pueblo de Eugène Delacroix, La isla de los muertos de Arnold Böcklin, El Guernica de Pablo Picasso, El grito de Edward Munch, Atlas y las Espérides, de John Singer Sargent, y La gran ola de Kanagawa, de Katsushika Hokusai".
Incluso, en los últimos años, se han publicado numerosas novelas gráficas sobre grandes pintores: "En principio ha sido por la misma razón por la que hay biografías o películas sobre pintores -asegura Asier-, porque sus vidas han sido mitificadas y su personalidad y talento sobredimensionado para convertirlos en "genios", por lo que dejan de ser personas para convertirse en personajes. Por ello, resultan tremendamente atractivos para protagonizar una historia ya que desde Homero, los relatos necesitan héroes, sea cual sea el medio narrativo utilizado para contar sus hazañas: La literatura, el cómic, el cine..."
Una relación que se va a intensificar
A pesar de esta estrecha relación, Asier deja claro que el cómic es un lenguaje muy diferente a la pintura: "Sin duda él cómic está emparentado con la pintura narrativa pero no es pintura narrativa. Es un caso claro de evolución de un nuevo arte que, en sus orígenes busca su camino apoyándose en otras artes preexistentes, pero que, finalmente se separa y adquiere su personalidad propia y autonomía. Es un modo de narración muy personal que cristaliza a finales del siglo XIX y que tiene su máximo auge a lo largo del siglo XX. Curiosamente, en este siglo también se desarrolla otra de las artes narrativas por excelencia, el cine que, además, nace en fechas muy similares al cómic".
"Creo que en gran medida el cómic es un fenómeno de época que surge por una necesidad de encontrar nuevas formas de narración que capten la atención de las masas. Es conocido el caso de los periódicos del magnate norteamericano William Randoph Hearst que tiene la idea de incluir tiras de cómic en sus diarios para que los emigrantes que no dominaban el inglés pudieran entenderlas dada su sencillez literaria y su fácil comprensión al estar apoyadas por un dibujo narrativo. De este modo pensó que podría hacer llegar su producto a muchas más personas y que vendería muchos más periódicos. Y así fue. Las tiras de prensa se generalizaron y muchos periódicos de hoy día las siguen incluyendo".
En cuanto al futuro de esta relación entre cómic y pintura, Asier asegura que: "No me atrevo a hacer pronósticos de futuro. Lo que sí parece claro a un plazo corto o medio es que la relación entre pintura y cómic se intensifica y así va a seguir siendo. En mi opinión, la revolución digital relacionada con las técnicas de impresión y el auge de nuevos formatos con buen papel como la novela gráfica que permiten una reproducción optima de cualquier original, tiene mucho que ver en este proceso. Autores como Gradimir Smudja que juega a mimetizar en sus cómics la gama cromática y el estilo de los grandes maestros de la pintura como Toulouse Lautrec o Vincent Van Gogh, puede llevar estos proyectos a buen término porque hay una tecnología de reproducción que lo respalda. Obtener estos resultados con los medios de hace 20 0 30 años, habría sido realmente difícil y económicamente muy costoso"
Sus proyectos
Por último, Asier nos ha avanzado sus proyectos: "Gran parte de mi trayectoria profesional esta centrada en el comisariado de exposiciones. Por centrarme sólo en el ámbito del cómic, mi intención es realizar una exposición sobre el tema de la pintura en el cómic centrada en pintores españoles vistos por autores de cómic españoles, tema que me resulta sumamente atractivo.También quiero explorar las posibilidades didácticas del tema que me resultan muy atractivas, en especial relacionándolo con el aula y las nuevas tecnologías".
"Además, no creo que con lo dicho hasta aquí el tema se agote. En el mercado hay manuales generales de Historia del Arte y monografías más profundas dedicadas a pintores concretos. No son cosas incompatibles. Y yo creo que con el tema de la Pintura y el cómic pasa lo mismo. De hecho, estoy escribiendo una monografía sobre Leonardo Da Vinci y el cómic".