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¿Qué son esas burbujas que vemos flotando en el ojo?

  • Son opacidades que aparecen de forma natural con el envejecimiento
  • Están situadas en un líquido que hay dentro del globo ocular
  • En la mayoría de los casos se trata de un problema sin importancia

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A veces cuando miramos vemos manchas en  el interior del ojo
A veces cuando miramos vemos manchas en el interior del ojo

Casi todos las hemos visto alguna vez. Para ello hay que hacer un pequeño ejercicio de concentración. Hay que dirigir la mirada al cielo o hacia alguna superficie de color uniforme y no enfocar ningún punto en concreto. Entonces, las vemos, unas manchas, burbujas o hilillos transparentes, velados o negruzcos. ¿Qué son? ¿Son perjudiciales? ¿Por qué aparecen?

“Son opacidades que aparecen de forma natural en el interior del ojo. Aparecen asociadas al envejecimiento”, explica a RTVE.es Rubén Pascual, oftalmólogo del Hospital San Pedro (Logroño).

El ojo es como una pelota hueca casi esférica. Por dentro tiene un envoltorio, la retina. La cavidad interior del ojo está llena de un líquido viscoso llamado humor o cuerpo vítreo. Es una gelatina transparente muy espesa, que está sujeta a la retina en varios puntos. No tiene vasos sanguíneos. En su interior hay muy pocas células, y en su mayor parte está compuesto de proteínas que forman una red tridimensional o malla que atrapa el agua y que hace que el vítreo se comporte como un todo, que no fluya”, explica el experto.

El vítreo tiene una función clave para el desarrollo del ojo. Durante la etapa embrionaria y fetal sirve de soporte para la formación del resto del ojo, pero tras el nacimiento ya no tiene una función definida. Eso sí, debe permanecer transparente para que la luz llegue bien a la retina situada al fondo de la cavidad y veamos bien.

Nosotros vemos gracias a la luz. Esta entra hasta el fondo del ojo y choca con la retina, que está llena de células fotosensibles que transforman este estímulo en impulsos nerviosos. Estos llegan a nuestro cerebro que los interpreta y es entonces cuando somos conscientes de la imagen que tenemos delante.

Con el envejecimiento el vítreo, como todo el cuerpo humano, tiende a deteriorarse. Va perdiendo el agua, las proteínas se condensan y pierden la transparencia. Se forman entonces opacidades o grumos. Cuando esas opacidades se ponen en el medio, la sombra cae en la retina central y lo vemos más oscuro”, detalla el doctor. Son las moscas volantes o puntos negros, que dependiendo de la forma de la opacidad vítrea puede ser un hilillo, una telaraña, una sábana o una burbuja. Al mover la vista los puntos no se quitan, porque están en nuestro ojo.

Suelen multiplicarse a partir de los 60 años y en los miopes aparecen antes. En la mayoría de los casos se trata de un problema sin importancia. “No hay tratamiento habitual para este problema porque lo único que es eficaz, la cirugía, implica unos riesgos mayores que el problema de visión de las moscas o hilillos. La operación se reserva para casos más graves en donde la retina se ha desprendido”, concluye.