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Otras miradas de Patricia Gadea en el Reina Sofía

  • El Reina Sofía ofrece la primera exposición retrospectiva de Patricia Gadea
  • Atomic-Circus podrá visitarse entre los días 4 de noviembre y 6 de enero
  • Incluye dibujos inéditos de la artista

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Patricia Gadea, "Pata con teléfono", (1986)
Patricia Gadea, "Pata con teléfono", (1986)

En la primera exposición retrospectiva dedicada a Patricia Gadea, el Museo Reina Sofía propone nuevas lecturas de la obra de una de las protagonistas esenciales de la figuración madrileña de los años 80 y 90.

Con el título Atomic-Circus, la comisaria de la exposición, Virginia Torrente, ha seleccionado alrededor de 120 obras de Gadea (Madrid 1960-Palencia 2006), fundamentalmente pinturas de gran formato, y una serie de cartulinas creadas a partir de los años 90. La muestra podrá visitarse entre los días 4 de noviembre y 6 de enero.

Además, se puede contemplar un conjunto de dibujos realizados desde 1999 hasta su fallecimiento. La mayoría de estos dibujos son inéditos, ya que entre 2000 y 2006, alejada de los circuitos artísticos, la pintura pasó a un segundo plano y el dibujo tuvo un mayor protagonismo en su producción.

La pintura de Patricia Gadea surgió en un momento de experimentación de las libertades, al amparo de la movida madrileña y de un ambiente de euforia provocado por el cambio democrático. Relacionada con los artistas de la nueva figuración, en su obra se apropia de elementos del cómic, utilizados junto a personajes de la cultura popular y a imágenes que provienen de la publicidad gráfica para, a través de ellos, reflexionar sobre su propia época.

Estos elementos son alterados usando en sus obras la técnica del "collage" para ofrecer una nueva visión crítica de la realidad. La propia artista afirmaba que le gustaba "la sensación del momento, el riesgo de mi historia real, en la que lo complejo pueda llegar a ser muy simple. Ironizar sobre los distintos lenguajes y las imágenes dislocadas".

Palencia, Madrid, Nueva York, Palencia

La obra de Patricia Gadea se desarrolla en etapas y lugares que marcaron la evolución de su trabajo, Madrid, Nueva York, regreso a Madrid y Palencia, y que pueden leerse cronológicamente. En su pintura de los ochenta y noventa usó el lienzo como un campo repleto de objetos y personajes, una narrativa que revela las contradicciones del momento y apela a lo popular: la hegemonía de las imágenes procedentes del cómic, el "collage" o el recurso del cartel/anuncio, ya sea de circo, publicitario o de propaganda política.

Cada cuadro es una o varias viñetas que recrean de manera exhaustiva en el lienzo temas sociales, banales, políticos y humorísticos, todos mezclados, salpicados de referencias personales de la vida de la artista.

Su estancia en Nueva York, en los últimos años de la década de los ochenta, supuso un punto de inflexión en su carrera. En esta ciudad, Gadea formó el colectivo "Estrujenbank" junto al también pintor Juan Ugalde y al poeta Dionisio Cañas.

Los políticos, payasos que hacen del país un circo

El trabajo dentro del colectivo le llevó a una mayor politización de su lenguaje, especialmente apreciable en la serie "Circo" (1991-1994), donde pone de manifiesto, a modo de sátira, el modelo de promoción de la imagen del país en los inicios de los años 90 y el desencanto que dejó tras de sí el proceso democrático.

El circo, es una metáfora en la que los logos de partidos políticos personajes del gobierno caricaturizados, comparten cartel con los payasos, la mujer trapecista y el tigre, figuras a partir de entonces, recurrentes en su iconografía. Con su traslado a Palencia en 1996, ciudad en la que permanecerá hasta su muerte, su trabajo se vuelve más intimista, sereno e introspectivo, en el que el papel, utilizado como soporte prioritario, ofrece un aspecto de fragilidad acentuado por la estética abocetada de su imaginario más onírico.

El recorrido planteado por la comisaria, para quien la obra de Patricia Gadea sigue siendo hoy "de una aplastante lucidez y contemporaneidad", se divide en cuatro secciones que muestran su evolución desde sus primeros trabajos en Madrid, en plena movida con una pintura colorista, hasta sus últimas creaciones sobre papel en Palencia, pasando por la experiencia en Nueva York.