'El amor es extraño', 100% ternura, 0% sentimentalismo
- RTVE.es entrevista a su director, el estadounidense Ira Sachs
- John Lithgow y Alfred Molina interpretan a una madura pareja
- "El éxito de una pareja es vivir juntos y mantener la independencia", dice
FICHA TÉCNICA
Título original: Love is Strange
Año: 2014
Duración: 94 min.
País: Estados Unidos
Director: Ira Sachs
Guión: Ira Sachs, Mauricio Zacharias
Fotografía: Christos Voudouris Reparto John Lithgow, Alfred Molina, Marisa Tomei, Darren Burrows, Charlie Tahan,
La película más romántica del año no contiene ardientes pasiones juveniles, fogosas escenas, épicas dificultades, o una banda sonora arrebatada. Es una serena historia de amor de una pareja gay neoyorquina que, tras casi 40 años de convivencia, ven temblar su estabilidad tras perder uno de ellos su trabajo y, como consecuencia, el apartamento que habitan.
Ira Sachs (Memphis, 1965), uno de los puntales del cine independiente estadounidense (Delta, Keeps the Light on), es el autor de la historia que interpretan dos maravillosos e improbables Alfred Molina y John Lithgow. Sachs abandona su visión más combativa sobre parejas jóvenes y se entrega a una emotiva y reposada radiografía sobre el amor, el cariño y la complicidad, que ya se proyectó en Berlín, Sundance y el último Festival de San Sebastián, donde Sachs acudió a presentar su película.
“Mis películas previas tratan de gente perdiendo su camino en otra persona”, dice Sachs en una entrevista para RTVE.es. “Lo que me interesaba de esta pareja, lo que admiraba de estos personajes, es que mantienen su propia independencia e identidad. Y creo que es lo que hace a las relaciones exitosas porque están viviendo juntos e individualmente. Y eso es algo muy difícil”.
La pareja se verá obligada a renunciar a vivir juntos y tendrán compartir piso con sus mutuos familiares y amigos. Una dura prueba para su apego y también para la paciencia de los que los acogen, representados por el personaje de la mujer del sobrino de uno de ellos que interpreta Marisa Tomei.
Lo extraordinario de la vida diaria
El amor es extraño brinda la oportunidad de disfrutar de dos inmensos actores. John Litghgow y Alfred Molina se entregan a sus personajes y alcanzan una química y complicidad perfectas. “Son los personajes. Es imposible distinguirlos”, dice Sachs. “Acordamos que lo que ellos son en la vida real aparezca en la película y por eso, particularmente en Litghgow, ves una interpretación muy naturalista, diferente a lo que normalmente hace, que es más teatral. No quiere decir que no esté interpretando, porque es una interpretación muy precisa, pero lo es más al estilo europeo, en el que se revela a sí mismo también”.
Lighgow interpreta a un pintor sin reconocimiento que no ceja en su creatividad. “Litghgow es una persona muy curiosa sobre el mundo y el arte. Una cosa que admiro de él, y que es muy similar con Ben, es que, cerca de los 70, está en su mejor momento: haciendo una película en Nueva York, con la voluntad de arriesgarse de un modo muy inspirador”.
En un momento de la película, uno de los personajes muestra su disgusto porque un espectáculo que han visto “añade mucho drama a algo que ya es muy romántico”. Una cita que podría ilustrar la delicadeza de Sachs para narrar su historia.
“Sí, funciona como un lema, aunque no pretendía describir la película", analiza Sachs sobre su trabajo de despojar todo sentimentalismo para llegar al núcleo del amor. "Es un cuestión de estética: cómo equilibrar mucho en muy poco, y cómo decir suficiente. Es un intento de hacer extraordinario lo que es ordinario”.
Polémica calificación en EE.UU.
El amor es extraño no contiene desnudos, sexo violencia. Sin embargo, a la MPAA (Motion Picture Association of America) la calificó con la temida y restrictiva ‘R’, que prohíbe a los menores de 17 años verla sin el acompañamiento de un mayor de edad. Toda una letra escarlata que sugiere lo que la película no tiene, y que ha limitado su distribución.
“Dicen que es por el lenguaje, pero hay muchos precedentes para haberlo calificado para audiencias familiares", dice Sachs resignado y aclara que en la película solo se dice varias veces ‘joder’ (fuck) y dos veces ‘hijo de puta’ (motherfucker).
Cuando Ira Sachs empezó su carrera en los años 90, el llamado New queer cinema vivía sus años de combate con las películas de Gus Van Sant o Todd Haynes que buscaban alejarse de la imagen distorsionada de la homosexualidad. “Creo que los movimientos son útiles. Todavía hay dificultades específicas en contar historias de gais o lesbianas y nos podemos ayudar con programas que se centran en crear equilibrio por la falta de apoyo económico. Pero, como artista, la sexualidad solo es una parte de quién soy”, explica.
La homofobia es solo uno de los temas de El amor es extraño. Es el desencadenante de la trama cuando el creyente Ben (Alfred Molina) es despedido como profesor de música de un colegio católico por publicar en su cuenta de Facebook fotos de su boda gay. “Es un hombre con sus propias creencias, con mucha seguridad. El revés que recibe de la Iglesia no afecta a sus sentimientos sobre sí mismo o Dios. La Iglesia no es Dios”, resume Sachs.
La torpeza homófoba de la MPAA confirma la necesidad de la película. Con El amor es extraño, Sachs impulsa la temática hacia una nueva dimensión: la de olvidar por fin que sea una temática.