Una gamba gigante, posible solución para frenar la expansión del caracol manzana
- Esta gamba gigante es depredadora biológica del caracol
- La gamba ha acabado con plagas de caracol manzana en países asiáticos
- La Generalitat de Cataluña ha pedido fianciación a la UE para usar la gamba
Un equipo de científicos españoles e israelíes cree que una gamba gigante de río (macrobrachium rosenbergii), una especie invasora muy popular en la cocina tailandesa, la posible solución para acabar con plaga del caracol manzana en el Delta del Ebro.
El problema de la extensión por el Delta del Ebro del caracol manzana, una especie exótica invasora de molusco, lleva siendo desde hace cinco años un dolor de cabeza para los agricultores, principalmente, pero también para ecologistas y administraciones públicas.
Ahora, el departamento Desarrollo Rural de la Generalitat de Cataluña ha pedido financiación a la Comisión Europea para poner en marcha un proyecto científico ideado por Guiomar Rotllant, investigadora del departamento de Recursos Marinos Renovables del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC).
La idea, que se desarrollaría con el apoyo tecnológico de la Universidad de Negev (Israel), consiste en criar mediante acuicultura ejemplares machos de esta gamba gigante de río procedente de áreas tropicales y subtropicales del Pacífico Oeste, que es depredadora biológica del caracol.
La investigadora justifica el uso único de machos, no solo para evitar la reproducción, sino porque crecen más rápido y alcanzan una talla mayor que las hembras.
Propuesta de actuación con la gamba
Las temperaturas superiores a los 35 grados o inferiores a los 14 son letales para la gamba gigante de río, lo que "haría imposible su supervivencia" con la llegada del invierno, cuando el agua del Ebro alcanza los diez grados, según ha indicado Jordi Sala, director de Desarrollo Rural de la Generalitat.
El crustáceo ya se ha probado altamente eficaz para acabar con plagas de caracol manzana en varios países asiáticos. A juicio de Sala, "hace falta más conocimiento científico de cómo funcionaría en el Delta y resolver incógnitas cómo su tolerancia a determinados pesticidas usados en los arrozales, a los que este crustáceo parece ser sensible".
Sala subraya que de hacerse, la actuación se llevaría a cabo "con prudencia y con todas las precauciones: primero probándolo en un laboratorio para garantizar que no aporta ningún parásito a un ecosistema tan frágil, y más tarde en un campo de arroz experimental".
En el mejor de los casos, faltarían al menos tres o cuatro años para que la también invasora gamba gigante de río nade en aguas del Ebro buscando caracoles manzana para engullir para más tarde morir, más de frío que de exceso de glotonería.
Dañino caracol manzana
El caracol manzana, causa estragos en las cosechas de arroz, podría causar pérdidas millonarias en la agricultura y enormes daños medioambientales de continuar avanzando hacia el norte desde el margen izquierdo del delta y llegar a la costa.
Desde 2010 se han invertido unos seis millones de euros para combatir el problema y están colaborando administraciones -Generalitat, Gobierno y Unión Europea-, la Confederación Hidrográfica del Tajo y las organizaciones ecologistas.
Sin embargo, los caracoles manzana siguen devorando 7.000 de las 10.000 hectáreas de arroz afectadas en el Delta y haciendo temblar el bolsillo de agricultores y administraciones, incluida la Comisión Europea, y quitando el sueño a ecologistas y científicos que trabajan en la zona.
Inundar los campos de arroz con agua salada y hacer un lavado intensivo con agua dulce una vez muerto el caracol se ha demostrado una solución eficaz en los arrozales, al igual que la lucha química con productos de origen orgánico que entran rápidamente en descomposición, se degradan rápidamente y no permanecen en el terreno.
La primera solución acaba con la totalidad del caracol en los arrozales y la segunda con aproximadamente un 80%. Sala ha subrayado: "Hay mucho caracol en el río y hasta que no solucionemos el problema del río no acabaremos".