La sonda Philae empieza sus experimentos pero se podría apagar en horas por falta de energía
- Le queda poquísima energía y recibe tan solo 1 h 20 minutos horas de luz
- Se han activado dos instrumentos, unos sensores y un espectrómetro
- Mientras, la Agencia Espacial Europea trabaja para reorientar la sonda
- La esperanza, que con el acercamiento al Sol se pueda reactivar
La sonda Philae de la Agencia Espacial Europea (ESA), que está sobre la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, ha empezado en la madrugada del viernes a realizar algunos experimentos científicos, aunque los técnicos y científicos temen por la duración del módulo: no le queda mucha batería y está recibiendo cinco horas y media menos de luz solar de lo que estaba previsto.
Así lo ha informado la ESA en un mensaje en Twitter y posteriormente en rueda de prensa. Han activado el instrumento MUPUS, unos sensores de usos múltiples para la superficie, ya han perforado la superficie del cometa y el espectrómetro APXS también ha comenzado su trabajo.
Y es que, después de una larga maniobra de descenso y de aterrizaje al cometa 67P el pasado miércoles, la sonda Philae estuvo durante unas horas en movimiento alejándose -después de no poder engancharse con sus arpones y rebotar- a un kilómetro del punto en el que tenía que haberse posado.
La agencia espacial ha reiterado este viernes que, aunque saben que el aterrizador está a un kilómetro del punto inicial, siguen investigando para conocer el punto exacto de ubicación e intentar reorientar sus paneles solares para que les llegue más luz.
Esta operación es crucial para la misión espacial y científica, puesto que la sonda que está sobre el cometa, que ha estado viajando por el espacio junto a su compañera Rosetta durante diez años, tiene una limitación de combustible y necesita recibir luz solar para transformarla en energía.
La energía, clave
Actualmente Philae se encuentra en una zona, probablemente en el anillo externo de un cráter, en la que solo recibe una hora y 20 minutos de luz para generar energía en solo uno de sus paneles, y una hora y media en el otro, según ha explicado Valentina Lommatsch, del centro de control de aterrizaje de la ESA. "Philae está en un rincón y podría estar cubierto de rocas", ha señalado.
Hacia medianoche del viernes se podría abrir la siguiente ventana de comunicación con Philae y los técnicos podrían saber si la sonda tiene suficiente energía para transmitir los nuevos datos que han recogido los instrumentos, ha comentado el director del proyecto del aterrizador Philae, Stefan Ulamec.
La única esperanza, ha subrayado Lommatsch, será que cuando el cometa se vaya aproximando al Sol las placas solares del aterrizador no estén cubiertas de polvo y pueda recibir luz para reactivarse de nuevo, lo que permitiría enviar los datos guardados en el módulo, que se conservan aunque no tenga energía.
Búsqueda intensa de Philae
Uno de los científicos de la misión Rosetta, Matt Taylor, ha señalado, entre sollozos, que están intentando "hacerlo lo mejor posible" para encontrar el aterrizador. Ha asegurado que desde el miércoles están observando las imágenes de la zona en la que se encuentra para hallarlo, incluso ha confesado que lleva una imagen en su móvil.
En cuanto a la obtención de más pistas para localizar a Philae, el investigador de la cámara OSIRIS, Holger Sierks, ha revelado que tan pronto como puedan tomarán más imágenes desde Rosetta.
Asimismo, están trabajando para procesar las fotografías que obtuvieron en la separación de las sondas y en el descenso. "Esperamos que en tres o cuatro días las tengamos, os iremos informando", ha indicado.
Los experimentos de Philae
A pesar de que los acontecimientos que están haciendo peligrar una parte de la misión, los expertos han recalcado que ya ha sido un éxito y que la sonda Rosetta continúa orbitando el cometa 67P.
Sin embargo, esperan poder recibir los datos ya recabados, también de las muestras que Philae ha tomado. Y es que la sonda aterrizadora lleva incorporados diez instrumentos, de los cuales han puesto en marcha dos. Por un lado, MUPUS usa los sensores que se encuentran en los anclajes y en la propia sonda para medir la densidad, propiedades térmicas y mecánicas de la superficie.
Por otro lado, el espectrómetro APXS (Alpha de rayos X Espectrómetro) desciende a un radio de 4 centímetros del suelo y detecta partículas alfa y rayos X, que dan información sobre la composición elemental de la superficie del cometa, según informa la ESA.