Draghi dice que el BCE podría comprar deuda pública para combatir la baja inflación
- El italiano reclama a los gobiernos reformas estructurales e inversión
- Insiste en que la política monetaria no es suficiente para impulsar el crecimiento
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha insistido en que el BCE está preparado para adoptar nuevas medidas no convencionales si es necesario para combatir el riesgo de baja inflación, entre ellas la compra de deuda pública.
Pero Draghi ha vuelto a avisar de que la política monetaria "no puede hacerlo todo", y ha reclamado a los Gobiernos y a las instituciones de la UE una "estrategia común" para reactivar la economía que incluya reformas estructurales, política presupuestaria e inversión.
Si las iniciativas de estímulo monetario que ha tomado hasta ahora el BCE "no son suficientes" para hacer aumentar la inflación hasta el objetivo del 2% o para frenar un empeoramiento de las expectativas de inflación, el Consejo de Gobierno del BCE "es unánime en su compromiso de emprender otras medidas no convencionales", según ha resaltado Draghi.
"Otras medidas no convencionales pueden implicar la compra de una variedad de activos, uno de los cuales son los bonos soberanos", ha dicho el presidente del BCE a los eurodiputados. El Consejo de Gobierno, según ha recordado, ya ha pedido explícitamente a los funcionarios del BCE y del eurosistema que preparen estas medidas.
Pide más medidas a los gobiernos
En todo caso, Draghi ha subrayado que "la política monetaria en solitario no puede superar la fragmentación financiera en la eurozona" y ha dejado claro que las medidas adoptadas en 2014, entre ellas la puesta en marcha de la unión bancaria, "no son suficientes".
"2015 debe ser el año en el que todos los actores de la eurozona, gobiernos e instituciones europeas al mismo tiempo, desplieguen una estrategia común coherente para reactivar nuestras economías", ha defendido el presidente del BCE.
"Hay una necesidad urgente de llegar a un acuerdo sobre compromisos concretos a corto plazo en materia de reformas estructurales en los Estados miembros, sobre una aplicación coherente del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, sobre la posición fiscal agregada para la eurozona, sobre una estrategia de inversión y para lanzar el trabajo sobre una visión a largo plazo para compartir todavía más la soberanía y garantizar el funcionamiento sostenible y sin problemas de la unión monetaria", ha reclamado.
Draghi ha avisado de que "el impulso de crecimiento de la eurozona se ha debilitado durante los meses del verano y las previsiones más recientes se han revisado a la baja". "Al mismo tiempo, nuestra expectativa de una recuperación moderada en 2015 y 2016 se mantiene", ha agregado.
No obstante, el presidente del BCE ha resaltado que persisten los riesgos "a la baja". "En particular, el debilitamiento en el impulso de crecimiento de la eurozona, junto con un aumento de los riesgos geopolíticos, podría afectar a la confianza y, en particular a la inversión privada", ha alertado. El alto paro y los progresos insuficientes en las reformas estructurales son otros de los riesgos que ha identificado en su discurso.
Mersch admite que se pueden comprar activos
El representante luxemburgués en el BCE, Yves Mersch, ha señalado que "en teoría" las nuevas medidas no convencionales que la institución podría llegar a aplicar podrían incluir la compra de bonos soberanos o de otros activos como el oro, acciones e incluso fondos cotizados (ETF).
"El Consejo de Gobierno ha abogado unánimemente, cuando sea apropiado, por adoptar medidas no convencionales adicionales para combatir un periodo prolongado de baja inflación". "En teoría, esto incluye también la compra de bonos soberanos u otros activos como oro, acciones o fondos cotizados (ETF)", ha señalado el banquero luxemburgués.
No obstante, Mersch subrayó la necesidad de analizar cualquier opción imaginable desde una perspectiva de "coste-beneficio", así como comprobar también su eficiencia y viabilidad desde un punto de vista legal. Ha expuesto sus dudas sobre la efectividad de comprar deuda soberana por el riesgo de que la política monetaria acabe viéndose dominada por cuestiones fiscales y pierda capacidad para buscar la estabilidad de precios.