Muere la duquesa de Alba a los 88 años
- Cayetana Fitz-James Stuart ha fallecido en el palacio de las Dueñas
- La capilla ardiente se ha instalado en el Ayuntamiento de Sevilla
- La duquesa será incinerada y reposará en el templo de los Gitanos
- Fue la noble con más títulos del mundo e icono más popular de la aristocracia
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La duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, ha fallecido en el palacio de las Dueñas, su residencia en Sevilla, a los 88 años, acompañada de su actual marido Alfonso Díez y de sus seis hijos.
El Ayuntamiento de Sevilla acoge la capilla ardiente de la aristócrata por la que han comenzado a desfilar los ciudadanos para mostrar sus respetos. La capilla ardiente está instalada en el Salón Colón de la Casa Consitorial, el espacio más amplio del Consistorio reservado a las grandes ocasiones.
Fuera del Ayuntamiento más de 300 personas han esperado la llega del féretro con los restos al que han recibido entre fuertes aplausos.
El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, ha afirmado que la capilla ardiente estará abierta "sin hora, mientras haya sevillanos que quieran despedirse de ella o la familia lo determine" y que el entierro se celebrará este viernes. En el ayuntamiento de Sevilla las banderas ondean a media asta y ha sido decretado un día de luto por su muerte, según ha informado el alcalde.
El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ha trasladado sus condolencias a la familia de la duquesa de Alba y le ha ofrecido la posibilidad de que la Catedral sevillana acoja la celebración de las exequias bajo la presidencia del cardenal Carlos Amigo Vallejo.
Una vez que el cadáver de la duquesa sea incinerado, parte de sus cenizas serán depositadas bajo el Cristo de los Gitanos, en el altar mayor de la capilla de esta hermandad de Sevilla, de la que era muy fervorosa, y cuyo templo, cercano al Palacio de la Dueñas, fue financiado por la propia fallecida.
La otra parte de las cenizas serán ubicada en el panteón que la familia Alba tiene en cementerio de Loeches (Madrid), según ha desvelado Carmen Tello, la esposa del torero Curro Romero, y una de las mejores amigas de la fallecida.
La duquesa ha expirado tras no haber superado las complicaciones de una gastroenteritis, una afección respiratoria causada por una neumonía y una arritmia cardíaca que llevaron a su hospitalización el pasado domingo 16 de noviembre.
Su hijo Carlos hereda el ducado de Alba
Ahora, el mayor de los seis hijos de la duquesa, Carlos Fitz-James Stuart, duque de Huéscar, de 66 años, heredará el ducado de Alba de Tormes y todo el resto de títulos nobiliarios y patrimonio de la casa de Alba. Así, el primogénito y que fuera padrino en el tercer matrimonio de su madre será el continuador de una casa cuyo abolengo viene del año 1472.
María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva era (parte) del nombre completo de la duquesa de Alba, XVIII poseedora del título, XI duquesa de Berwick, catorce veces Grande de España por calidad de sus más destacados títulos nobiliarios, un total de 51, entre ducados (6), condado-ducados (el de Olivares), marquesados (18), condados (18) y vizcondados, además de ser condestable de Navarra. Y eso que cedió seis títulos con Grandeza de España (la mayor distinción nobiliaria) a sus hijos.
Fue la segunda mujer en ostentar la jefatura de su casa en cinco siglos de historia. La última fue su pariente Teresa Cayetana, la del retrato de Goya que constituía unos de sus más preciados tesoros personales.
Sin embargo, el peso simbólico de su apellido, sus títulos y sus propiedades por toda España no le impidieron llevar una vida independiente que la convirtió en referente de la vida social no solo por el legado que encabezaba. Se casó tres veces -la última con 85 años, con Alfonso Díez, un amigo de su anterior esposo 24 años más joven que ella-, tuvo seis hijos, todos con su primer marido, Luis Martínez de Irujo.
No solo su vida pública, con su presencia en corridas de toros, sus bailes flamencos en la Feria de Abril sevillana, sus compañías con celebridades tan diversas como Jacqueline Kennedy o Grace Kelly y su relación con la Corona -sus padrinos de bautizo fueron el rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia, y los duques de Alba piden permiso al rey para casarse- y los rumores sobre amoríos atribuidos la hicieron famosa.
Fue su peculiar y espontáneo carácter, lejos del estereotipo de la solemnidad aristocrática, su gusto por lo popular y su imagen cercana lo que contribuyeron a convertirla en un referente inevitable en la crónica social española, quizá en su figura más prominente.
Un gran patrimonio y un vasto legado artístico
Inseparable de la historia de su apellido es también el patrimonio material y cultural de la casa de Alba, rica en palacios, castillos, tierras de cultivo, fincas y empresas. El Palacio de Liria en Madrid, el Palacio de Dueñas en Sevilla, 34.000 hectáres de tierras y un patrimonio que se calcula de unos 2.800 millones de euros, lo que hacían de Cayetana de Alba la novena persona más rica de España, si bien su patrimonio inmobiliario y las obras de arte que posee son de difícil tasación real.
En su biblioteca constan más de 30.000 volúmenes con algunas joyas únicas, como la primera Biblia en castellano, datada en 1433. Por eso, la duquesa constituyó en 1975 la Fundación de la Casa de Alba para cuidar y conservar el patrimonio artístico de su familia y sus colecciones privadas, en las que hay obras de Tiziano, Mengs, Goya, Murillo, El Greco, Fra Angelico, Veronés, Velázquez, Renoir o Picasso.
En 2012, en el Palacio de Liria de Madrid, buena parte de ese patrimonio se expuso al público en la exposición "El legado de la Casa de Alba" que visitaron 155.000 personas.