Insectos robot que sobrevuelan las ciudades absorbiendo el CO2 de la atmósfera
- Se trata de una idea conceptual de un grupo de diseñadores
- El exceso de CO2 en la atmósfera agrava el efecto invernadero
- El CO2 capturado tiene aplicaciones en numerosos sectores
Aunque el dióxido de carbono (CO2) no es un gas tóxico, se considera que es uno de los principales causantes del efecto invernadero. Actualmente existen numerosas investigaciones y desarrollos dirigidos precisamente reducir las emisiones y absorber el exceso de CO2 en la atmósfera.
Además de su origen natural -por procesos geológicos o por la respiración de los seres vivos-, el CO2 también es uno de los gases que se emiten a la atmósfera al quemar combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas.
Precisamente la absorción de CO2 es la causa que ha motivado el proyecto “-CO2” ideado por el grupo de diseñadores Nas Dra de Hong Kong. La propuesta es todavía un diseño conceptual, bastante espectacular, pero de momento adelantado respecto a la posibilidad de hacerlo realidad a corto plazo.
Drones con aspecto de insectos
El proyecto consiste en desarrollar una especie de drones, de vehículos aéreos no tripulados, con aspecto de insecto y totalmente mecánicos que pueden moverse libremente por la ciudad y situarse en distintos puntos de ella para capturar la contaminación del aire.
En su morfología las alas de estos insectos robot están recubiertas de una pintura formada por un polímero capaz de atrapar el CO2 presente en el aire durante las horas de sol, utilizando un proceso parecido al de la fotosíntesis que hacen las plantas.
De hecho, esa absorción de CO2 fomenta el crecimiento de plantas en las alas artificiales de los robots que funcionan a su vez como filtros para el aire y cuyo desecho en forma de CO2 también es absorbido por el polímero que impregna las alas.
Así funcionan los robots
Durante la noche los robots pueden aprovechar puntos de luz artificial de la ciudad para mantener el proceso de fotosíntesis de las plantas liberando parte de ese CO2 en ellas.
El CO2 atrapado también puede trasladarse y extraerse aplicando temperatura sobre el polímero en un proceso inverso para extraer el CO2 y aplicarlo en la producción de metano y otros combustibles, mientras que los residuos originados por las plantas pueden resultar en biogás.
Parte de la energía atrapada y recolectada por los robots se utilizaría en hacer funcionar a los drones, en un proceso que, idealmente, los haría autosuficientes; recolectarían su propia energía, filtrarían la polución atmosférica y además contribuyen a la producción de combustibles.
Según sus creadores, la inspiración para este tipo de drones, y la tecnología en la que se basan, procede del desarrollo llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California sobre "polímeros capaces de absorber el CO2 del aire y liberarlo de forma controlada aplicando la temperatura adecuada (en torno a 85º) resultando en aire con una alta concentración de CO2 apto para la producción de metano y en agricultura".
El dióxido de carbono tiene numerosas aplicaciones en un amplio número de sectores, desde el agrícola y alimentario a la industria y a la sanidad, incluso en el tratamiento de las aguas residuales.