Las sanciones por Ucrania cuestan a Rusia 32.000 millones de euros al año
- La bajada en el precio del petróleo le cuesta otros 72.000 millones
- Lavrov: "Las sanciones buscan un cambio de régimen"
Las sanciones de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos contra Rusia por la crisis de Ucrania suponen para la economía rusa pérdidas de 40.000 millones de dólares anuales (32.000 millones de euros), según ha declarado este lunes el ministro de Finanzas, Antón Siluánov, a la agencia Tass [EN].
La caída de los precios del petróleo en un 30% produce pérdidas anuales adicionales de entre 90.000 y 100.000 millones de dólares (72-80.000 millones de euros).
Siluánov ha realizado estas declaraciones en un foro celebrado de la Academia de Finanzas adjunta al Gobierno de la Federación Rusa.
Las sanciones buscan el cambio de régimen, según Moscú
Este pasado sábado, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, declaró que las sanciones contra Rusia buscan "cambiar el régimen" en el país y no que el Kremlin modifique su política hacia Ucrania.
“Los líderes occidentales declaran que las sanciones deben dañar la economía rusa y provocar protestas públicas. Occidente no quiere cambiar las políticas de Rusia. Quieren un cambio de régimen. Prácticamente nadie niega eso", afirmó Lavrov en un congreso del Consejo de Política Exterior y de Defensa, un centro de análisis ruso, según declaraciones recogidas entre otros por Russia Today [EN].
Lavrov acusó a una "minoría agresiva" de países de perseguir objetivos ideológidos en Europa del Este. No obstante, Lavrov descartó la ruptura de las relaciones económicas con la Unión.
Por su parte el presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó el domingo que a Occidente no le gusta una Rusia fuerte que defiende sus intereses, en una entrevista publicada este domingo por la agencia oficial Tass.
Tras la anexión, en marzo pasado, de la península ucraniana de Crimea por Rusia, la UE, EE.UU., Canadá y otros países adoptaron una serie de sanciones contra Moscú que han sido endurecidas progresivamente tras el estallido de la sublevación armada prorrusa en el este de Ucrania.
A fines de julio, la UE acordó restringir el acceso a los mercados de capitales europeos para los bancos públicos rusos, un embargo de armas, la prohibición de exportar a Rusia bienes de uso dual y un veto a las exportaciones de equipamiento para el sector petrolero. En respuesta, Rusia prohibió las importaciones de alimentos de los países de la Unión Europea.