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Juncker pide a los Estados que apoyen su plan de inversión, pero advierte que no deben politizarlo

  • "No necesitamos una lista de deseos nacionales", ha dicho ante la Eurocámara
  • Asegura que las aportaciones de países no contarán en sus cuentas públicas

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El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en el hemiciclo del Parlamento Europeo
Juncker en el hemiciclo del Parlamento Europeo en Estrasburgo, antes de iniciar su presentación.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha pedido a los Estados miembros de la Unión Europea que apoyen su plan de inversiones -con el que pretende movilizar más de 300.000 millones de euros- y que contribuyan con fondos, pero también les ha advertido contra la tentación de politizar el programa y limitarlo "a una lista de deseos nacionales".

Durante la presentación de su plan ante el plenario del Parlamento Europeo en Estrasburgo, el responsable del Ejecutivo comunitario también ha señalado que las contribuciones de los Estados a este nuevo fondo no se va a contabilizar dentro de sus cuentas públicas nacionales, por lo que "no va a contar para el déficit público" de los países con ese desequilibrio.

"No necesitamos una lista de deseos nacionales"

"Necesitamos un aval y un apoyo político, pero no necesitamos una politización de este proyecto, no necesitamos su utilización en el juego político ni tampoco una lista de deseos nacionales. No va a ser una ventanilla automática y el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas [el nuevo mecanismo que diseñará el uso del dinero] no va a ser un banco. Se necesita un mecanismo que evolucione y no se vea limitado por una lógica temática, sectorial o geográfica; un mecanismo que tenga credibilidad y garantice la lógica", ha señalado Juncker.

El presidente de la Comisión ha insistido en que debe pensarse a largo plazo y en lógica europea, no nacional. "¿Por qué deberían contribuir los Estados si no pueden calcular de antemano cómo repercutirá en sus países? Muy sencillo: porque más crecimiento en España va a significar más crecimiento en Alemania, más desarrollo en el sur de Europa va a generar desarrollo en el resto de la Unión. Deberíamos darnos cuenta de una vez de que somos una comunidad unida en su destino".

"El dinero no va a caer del cielo, no hay una máquina de hacer dinero. Lo que se necesita es atraer dinero, crear un nuevo mecanismo, una garantía que pueda propulsar nueva inversión", ha defendido el político luxemburgués, quien ha recordado que la inversión en Europa se ha hundido desde el comienzo de la crisis en 2007.

Confía en que cada euro del nuevo fondo genere otros 15

Según los cálculos de Juncker, se trataría de rentabilizar al máximo el dinero puesto desde ese fondo de inversión, de forma que "cada euro destinado a estos proyectos puede generar otros 15".

Para que Europa vuelva a ser atractiva para los inversores privados, el presidente del Ejecutivo comunitario ha marcado "un calendario muy ambicioso" en el que será "muy importante reducir la burocracia y los cuellos de botella" en la regulación comunitaria.

Además, Juncker ha explicado que los proyectos a los que se destinarán esos fondos se decidirán en un comité de expertos que los evaluará desde un punto de vista económico y social. "Creamos un oleoducto de proyectos para que estas inversiones vayan a parar a proyectos maduros de notable valor europeo. Marcarlos es tarea de expertos, no de políticos, porque ellos disponen de la experiencia y los conocimientos pertinentes para hacerlo", ha indicado.

El vicepresidente de la Comisión responsable de Fomento del Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad, el finlandés Jyrki Katainen, ha destacado en su intervención que el plan es como un triángulo, ya que cuenta con tres puntos básicos: "Asegurar que cada euro del plan maximice su impacto" -para lo que la clave estaría en que "se van a financiar inversiones de alto riesgo, pero proporcionando garantías para cubrir las primeras pérdidas a través del BEI"-, seleccionar los proyectos adecuados "para garantizar que el dinero llega a la economía real" y "eliminar los obstáculos a las inversiones del sector privado" impulsando, entre otras cosas, el mercado único en los sectores de energía, agenda digital y transporte.

Se invertirá en proyectos en los países con mayor riesgo

Ese efecto multiplicador y la asunción de mayores riesgos en las inversiones ha concentrado las preguntas de los periodistas en la rueda de prensa posterior. Allí, Katainen ha explicado que el BEI no será el que decide las inversiones de riesgo, sino que para ello se ha creado el nuevo mecanismo del Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas. Lo que sí hará el Banco Europeo de Inversiones -ha continuado- "será cubrir las primeras pérdidas que pueda haber en los proyectos, lo que ayudará a acudir a los bancos, que no suelen estar dispuestos a facilitar la financiación a proyectos con pérdidas".

"Gracias a que el nuevo mecanismo nos permitirá arriesgar más, podremos invertir en los países de la UE con mayor riesgo", ha añadido.

En esa misma línea, el presidente del BEI, Bernard Hoyer, ha asegurado que, por el hecho de avalar esas pérdidas, no teme que el organismo pierda su triple A, la nota que califica a instituciones, Estados y empresas con un menor riesgo de incumplir sus compromisos.

Hoyer ha destacado que el nuevo plan trata de resolver las dos causas principales que dificultan la inversión en la UE: el miedo al riesgo y el exceso de regulación y burocracia. Además, ha añadido, continúa la trayectoria iniciada por el BEI en los últimos años de traspasar los fondos públicos desde la política de subsidios a la de garantías y préstamos.

Así, según el presidente del BEI, la clave para el funcionamiento del plan estaría en que "se obtiene dinero de alguien que confía en tí para que inviertas su dinero y logres con él cierto rendimiento o beneficio".

Críticas de los grupos de la Eurocámara

La Comisión Juncker ha tenido que escuchar críticas desde muchos de los escaños del Parlamento Europeo. Aunque todos han coincidido en la necesidad de impulsar la inversión para estimular el crecimiento económico, socialdemócratas, verdes e Izquierda Unitaria han criticado la falta de fondos reales del plan.

Hay que recordar que la iniciativa de la Comisión Europea parte de 13.000 millones de euros aportados como garantía por el presupuesto de la UE y el Banco Europeo de Inversión (BEI), que se multiplicarían hasta alcanzar los 60.000 millones gracias a la emisión de deuda en los mercados con el aval de la triple A del BEI.

Con esos 60.000 millones se financiarían los proyectos seleccionados por el comité de expertos de una lista elaborada por la Comisión Europea y el BEI, confiando en que esa apuesta será seguida por inversores privados y -si así lo deciden- Estados y otros organismos públicos, que aportarán su dinero hasta alcanzar en tres años esa cifra de 315.000 millones manejada por Juncker.

Sin embargo, la mayoría de los grupos políticos han remarcado la dificultad que supone atraer inversiones en un momento en el que la Unión Europea está al borde del estancamiento económico y corre el riesgo de entrar en deflación.

Pese a esas reservas, los grupos parlamentarios popular (PPE), socialdemócrata (S&D) y liberal (ALDE) han dado un voto de confianza al plan de inversiones, mientras que Los Verdes y la Izquierda Unitaria (GUE/NGL) se mostraron en contra, así como la mayor parte de los No Inscritos, la mayoría de tendencia euroescéptica.

El tercer grupo en número de escaños, los conservadores y reformistas (ECR) -liderados por el ala que apoya al primer ministro británico, David Cameron- mostraron su escepticismo a un plan que, a su juicio, no se ocupa de resolver las barreras burocráticas y reguladoras que alejan a los inversores de Europa.