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Mueren un británico y cuatro afganos en un atentado contra un vehículo diplomático en Kabul

  • Otras 34 personas también han resultado heridas, entre ellos, varios británicos
  • Los talibanes han reclamado la autoría del atentado

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The wreckage of a British embassy vehicle after a suicide attack in Kabul
Restos de un vehículo de la embajada británica después de un atentado suicida

Un ciudadano británico y cuatro afganos han muerto este jueves en un ataque suicida contra un vehículo de la embajada británica en Kabul, Afganistán, según han informado fuentes oficiales. En el atentado también han resultado heridas otras 34 personas. Los talibanes han reivindicado el ataque.

"Un vehículo de la embajada ha sido atacado, hay heridos, estamos en contacto con las autoridades afganas", ha señalado a AFP un portavoz de la embajada británica, poco después de la explosión.

La policía afgana habían informado inicialmente dos muertos y diez heridos, pero fuentes hospitalarias han elevado posteriormente las víctimas a cinco.

Dos empleados de la embajada de Reino Unido

Entre los fallecidos hay dos emplados de la embajada británica, un afgano y un británico. "Estoy profundamente entristecido al confirmar que un británico, un miembro civil del servicio de seguridad y una trabajadora de la embajada afgana, han muerto", ha señalado el ministro de Relaciones Exteriores, Philip Hammond, en un comunicado, quien ha añadido que un "segundo miembro británico del equipo de seguridad" había sido herido.

Según el portavoz del Ministerio de Salud afgano, Kanishka Turkestani, el ataque se ha producido en torno a las 10.30 hora local (7.00 en horario peninsular español) en el este de la capital afgana. El portavoz talibán Zabihulá Muyahid ha reivindicado la autoría de un atentado dirigido, ha asegurado, contra "los invasores extranjeros" y ha afirmado que una docena de extranjeros murieron en el ataque suicida, aunque los insurgentes suelen ofrecer datos erróneos sobre las consecuencias de sus acciones.

Varios ataques durante la semana

El pasado domingo, al menos 60 personas murieron y decenas resultaron heridas en un ataque suicida registrado durante un partido de voleibol en la provincia de Paktika, en el sureste de Afganistán. Horas después, dos soldados estadounidenses murieron en otro ataque suicida contra su vehículo.

Afganistán atraviesa una de sus etapas más sangrientas después de que el año pasado las fuerzas locales se hicieran responsables de la seguridad tras la retirada paulatina de la ISAF, cuya intervención comenzó en 2001 tras la invasión que derrocó al régimen talibán, y que concluirá su misión en diciembre.

No obstante, la OTAN, EEUU y el Gobierno afgano han llegado a un acuerdo para mantener en Afganistán a unos 12.500 militares a partir de 2015, de ellos alrededor de 9.800 soldados estadounidenses. Las Fuerzas Armadas afganas tomaron el mando de la lucha contra los insurgentes en junio pasado ante el fin de la misión de la ISAF en un clima de continúa violencia.