India conmemora el 30 aniversario del desastre de Bhopal y pide justicia para las víctimas
- Las asociaciones elevan la cifra de muertos por el escape de gas a casi 23.000
- El Gobierno indio se ha comprometido a aumentar las indemnizaciones
- La empresa propietaria de la fábrica se niega a asumir nuevos pagos
Durante la madrugada del 2 al 3 de diciembre de 1984, una fuga de gas isocianato de metilo en la fábrica de pesticidas de Bhopal (India) provocó el mayor accidente industrial de la historia y la muerte de miles de personas. La fábrica pertenecía a la estadounidense Unión Carbide, hoy propiedad de Dow Chemical.
La India ha celebrado este martes el aniversario de la tragedia, que costó la vida, según cifras oficiales del Gobierno indio, a 5.295 personas, mientras que 4.902 sufrieron incapacidad permanente y 42 resultaron heridas graves.
Los actos por el aniversario, celebrados junto a las ruinas de la fábrica -aún contaminadas-, han incluído una marcha de antorchas y la inauguración de un museo, además de la quema de una efigie del directivo estadounidense Warren Anderson, a quien las asociaciones de apoyo a los afectados consideran el principal responsable de la catástrofe.
Arderson fue detenido inmediatamente después del accidente, cuando se personó en Bhopal, pero logró salir del país en circunstancias poco claras. La Justicia redujo los cargos contra él de "homicidio culpable" a "muerte por negligencia" y el exdirectivo estuvo prófugo hasta su muerte en septiembre pasado, con 92 años.
"Queremos justicia"
"Queremos justicia", han clamado con pancartas en inglés y en hindi las miles de personas que han asistido a la concentración nocturna convocada por las asociaciones de víctimas, junto a fotos como la de un niño muerto que hace treinta años dio la vuelta al mundo y se convirtió en uno de los iconos de su denuncia.
"Estamos aquí para luchar por nuestros derechos ante India y ante Union Carbide", ha dicho a Reuters Kamla Bhai, una mujer de 70 años que perdió a su marido cinco años después del accidente. "Perdimos a nuestros hijos, a nuestros maridos, a nuestras madres y padres y durante los últimos 30 años hemos sido ignorados por el gobierno y timados por la compañía. Hemos recibido un trato vergonzoso", ha reconocido.
"Había mucha gente, pero más que el número, lo importante es que no se olvide lo que pasó", ha declarado a la agencia Efe el activista Sati Nath Sarangi, del Grupo para la Información y la Acción en Bhopal.
Con este propósito de mantener viva la memoria de lo ocurrido se ha inaugurado durante la noche un museo junto a la fábrica de pesticidas abandonada de la que salió aquella noche el escape de gas tóxico que el viento esparció por las barriadas de chabolas.
"Es un museo con testimonios orales de los supervivientes y con objetos de los que murieron, el primero de este tipo en la India, puesto en marcha por las propias víctimas y por activistas, sin fondos institucionales", ha explicado una de sus impulsoras, Shalini Sharma.
Las víctimas piden reconocimiento e indemnizaciones
El aniversario también se ha aprovechado para exijir ayuda del Gobierno indio. Las asociaciones de víctimaselevan las cifras de la tragedia y hablan de 22.917 muertos, 508.432 casos de incapacidad permanente y 33.781 heridos graves.
El mes pasado el Ejecutivo indio se comprometió a revisar el número de afectados. "Se ha elaborado una lista que se ha entregado al Tribunal Supremo y este ha decidido, después de examinar cada caso, lo que se pagará a cada uno", ha explicado el secretario de Estado encargado de las indemnizaciones de las víctimas de Bhopal, Pravir Krishn, que ha detallado que India ha destinado 40.000 millones de rupias (525 millones de euros) para 575.000 afectados.
"Es importante que el Gobierno indio haya anunciado mayores indemnizaciones, pero también lo será que se castigue a los culpables", ha declarado a Efe la activista Nati Nath Sarangi, del Grupo de Información y Acción de Bhopal.
Las autoridades indias exigen a Dow Chemical 1.200 millones de dólares, mientras que las víctimas piden 8.100 millones. La emprea niega toda responsabilidad y afirma que adquirió la Union Carbide en 1989, cuando ya había pactado indemnizaciones de 470 millones de dólares con el Gobierno indio.
Otra de las reivindicaciones de las organizaciones de derechos humanos es que se retiren las 350 toneladas de residuos tóxicos que están enterrados en el lugar donde estuvo la fábrica de pesticidas, y que ahora es propiedad del Estado.
Segunda y tercera generación de afectados
En realidad, el número de afectados por el vertido no deja de crecer. "Todos los días nacen nuevas víctimas del desastre de Bhopal, que sufren de por vida problemas de salud", sentenció en un comunicado el relator especial de la ONU sobre derechos humanos y desechos tóxicos, Baskut Tuncak.
Se refiere a una tercera generación de niños que nacen con malformaciones, retraso mental o sordera, porque sus progenitores estuvieron en contacto con el gas o han consumido agua contaminada.
A unos 500 metros de la fábrica se encuentra el centro de rehabilitación infantil de la organización Chingari Trust. El administrador del centro, Tarun Thomas, ha explicado a Efe que en la actualidad tienen registrados a unos 700 niños con deficiencias producidas "por el consumo de agua contaminada por el desastre o por transmisión genética de los padres afectados".
"Vengo aquí desde hace seis meses. Quiero que me hijo se cure y pueda andar y correr como los otros niños", declara a Reuters Lakshmi, de 40 años, cuyo hijo de 7, Vikas, sufre distrofia muscular y problemas de habla.
"El Gobierno y la Union Carbide han hecho poco para reconocer a estos niños como parte del desastre", explica Rashida Bee, una de las fundadoras del centro, que perdió a varios de sus familares.
Faltan estudios epidemiológicos de largo recorrido para probar la relación entre los defectos de nacimiento y el vertido. "El Gobierno sabe que el isocianato de metilo puede afectar a dos o tres generaciones, pero ha dado poco apoyo a las mujeres que resultaron expuestas", concluye Bee.